La espiral del Faraón. 2047*
Volaron
hasta el distrito 224 guiados por el GPS.
Cuando
llegaron al edificio donde se suponía que estaba Kramp, Tania se sobrecogió de
emoción.
Miró
a Rasha y le dijo que era recomendable dejar a Levar en el Walnut durmiendo,
junto a los niños y Blod.
El
resto bajaron del vehículo y se acercaron al edificio.
Casualmente
no era un edificio alto. Tenía solamente seis plantas de las cuales más de la
mitad parecían deshabitadas.
La
fachada del edificio era gris, con los zócalos de las puertas y las ventanas
marrones y las barandillas y las repisas de los ventanales blancos.
Parecía
un edificio antiguo pero a pesar de ello no tenía ni una sola grieta en las
paredes y ningún desconchado en las molduras o en las barandillas blancas que ostentaba.
De
todos modos la puerta de entrada era amplia y señorial, exhibiendo dos grandes
láminas de cristal que se abrían hacía dentro y un soportal elegante de mármol
gris veteado con rayas blancas.
Según
el registro que habían logrado hallar los chavales, Kramp vivía en el piso 3º, en la escalera B.
Llamaron
al timbre sin ninguna dilación.
Abrió
una señora de unos cincuenta años vestida con camisón rosa y bata fucsia. Tenía
el pelo corto, redondeado y tan alborotado y extravagante que ni la reina más
intuitiva podría descifrar ni su forma ni su color.
-¿Qué
desean?- Preguntó algo sorprendida y con voz áspera.
Rasha
improvisó.
-Venimos
de parte del Faraón. Kramp tiene que acompañarnos.
La
señora, aún dormida, contestó pidiendo por
favor que esperaran en la puerta.
Kramp
apareció a los pocos minutos.
Tania
no pudo verla enseguida, ya que, para no llamar demasiado la atención, se
encontraba escondida detrás del resto.
Cuando
la muchacha salió vieron a una preciosa mujer de pelo largo y mirada expresiva.
Le caían varios mechones de su cabello negro sobre la cara y el resto de lo
mantenía recogido en una gran horquilla.
Su
aspecto de hija de Acuario había desaparecido, incluyendo los tatuajes de la
cara que antes lucía con toda seguridad.
Ahora
solo quedaba una expresión de resignación en sus ojos y el eterno deseo
congelado de volver a ser una hija de Acuario…
-¿Qué
querían?- contestó la muchacha con la voz amarga y el sueño en los talones.
-Queremos
presentarte a alguien… - dijo Rasha sonriendo- aunque creo que ya la conoces…
Entonces Tania, eufórica, se hizo paso entre
el resto con la esperanza de regalar a su prima la promesa de una nueva vida.
-Hola
prima, por fin te he encontrado.
La
chica se estremeció de emoción y corrió a los brazos de Tania. Mientras se
abrazaban unas lágrimas caían por las mejillas de ambas.
-Vamos,
vístete, vienes con nosotros.
La
prima de Tania se quedó patidifusa.
-Tania,
tengo que advertirte. Todos nosotros estamos programados. Nos buscaran y nos
encontraran rápidamente. Soy un GPS andante. Además los π no perdonan a ningún
hagged. – dijo Kramp exhausta.- ¡Que haré yo si dejo a la señora Plácida! Me
avasallaran castigándome sin piedad.
-No
temas prima, nos buscan por muchos motivos. Este solo será uno más.
-Yo
aquí ayudo a la señora Plácida. Es mi labor en la espiral y no puedo salirme
del programa establecido. ¿No lo entiendes? Si me marcho… - volvió a repetir.
-Que
prefieres, morir luchando por tu libertad o vivir como si estuvieras muriendo.
Se
creó un silencio de unos veinte segundos. La muchacha miró a Tania y luego
buscó respuestas en las miradas del resto del grupo.
Kramp
por fin contestó:
-Obviamente
elijo tu compañía, Tania…- Resolvió con una gran sonrisa.
La
muchacha volvió a entrar en la casa para vestirse despidiéndose de la mujer que
había estado cuidando tantos meses. La pobre señora necesitaba de su ayuda para poder manejarse ya que era una anciana
con problemas de visión. Esta disyuntiva supuso un gran dilema para la hija de
Acuario pero pesaban más las ansias de libertad.
Ésta, probablemente, sería la única oportunidad que tendría de huir de aquel infierno.
Bajaron
las escaleras sin usar el ascensor. Era más seguro y en el fondo más rápido. Cuando
llegaron a la calle corrieron hasta el Walnut. Un π les llamó la atención desde
lejos.
Hicieron
caso omiso con lo cual el π comenzó a
correr tras ellos siguiendo los pasos del grupo.
Llegaron
al Walnut sanos y salvos, exceptuando el propio vehículo que había recibido un
golpe que un π le había propinado en uno de los cristales.
Rasha
comenzó a conducir y elevó el Walnut a unas alturas extraordinariamente
sobrecogedoras.
-Chicos
-dijo dirigiéndose a los niños. – Hay que buscar el método de romper Spider.
Esta gente no recibirá ni un castigo más. No dejaremos que estén esclavizados
por más tiempo.
-Tenemos
la dirección del creador de Spider. Quizá sea el único que nos pueda proporcionar
los códigos de acceso. – Expuso Divad.
-Estupendo
chicos, les felicito. Ahora podremos llegar al centro de la cuestión.
Levar
no podía entender que no encontraran a Sol. Les pidió a los chicos que
siguieran buscando a su hermana. Los muchachos sugirieron rastrearla por la
foto. A mitad del trayecto Imad encontró un dato de interés según la chica bipolar. No parecía su hermana pero
tenía algo en su aspecto que le hacía sentir cierta familiaridad. Tenía dudas
pero también le invadía un presentimiento que no podía desechar.
-Rasha,
hemos encontrado algo. No sé si es ella pero deberíamos ir a buscarla antes de
encontrar al controlador. – Le dijo Levar tocándole el hombro.
-Es
peligros. Los π están tocándonos los talones continuamente. – Le advirtió él.
-Entonces
yo me quedaré aquí hasta que la encuentre.- Acometió ofuscada la reina Bipolar.
-Tranquila-
intervino Jacky- Iremos a buscarla. Rasha solo está un poco nervioso.
-De
acuerdo, chicos. Me habéis convencido. Prepararos para una nueva parada.
E
león comenzó a sobrevolar unos edificios
dirección al edificio donde supuestamente vivía Sol. No era momento de dejar
nada para mañana y Rasha era consciente que la estabilidad de Levar pasaba por
tener el conocimiento fehaciente de que su familia se encontraba bien.
¿Quién
era él para arrebatarle dicho propósito?
¿Cómo
podía olvidar que estaba sintiendo que bebería los mares por aquella mujer si
hiciera falta?
Cuando
llegaron bajaron del vehículo Levar, Blod
y Rasha. La situación cada vez se incrementaba en peligro y los π iban cercando
el trayecto del Walnut que conducía Rasha.
Según
Divad la muchacha que buscaban se encontraba en el distrito 346, en el piso 22C.
Llegaron
a la planta baja y subieron el ascensor hasta llegar a la casa.
Llamaron
al timbre y salió un hombre ataviado con un batín marrón.
-¿Qué
desean?- Preguntó frunciendo el ceño.
-Buscamos
a Sol. – Contestó Rasha.
-¿Qué
Sol? Aquí no vive ninguna Sol.
-No
puede ser. Sol tiene que estar aquí. Vimos una foto…, supusimos que vivía aquí.-
Esgrimió Levar bastante sofocada.
-Quizá
se hayan equivocado.
Levar
miró detenidamente a aquel hombre. Su cara le era familiar. De hecho había
escuchado antes esa voz.
-Buscamos
a mi hermana, la buscamos desde hace muchos meses. Tal vez un año ya.- Expuso
tratando de ocultar la desesperación de su voz.
-Pues
no sé. Aquí solo estamos mi mujer y mi hijo.
-Por
favor - suplicó la chica bipolar.- Tiene que ser ella, por favor, no me diga
que no.- Esta vez rompió a llorar. De nada le había servido tratar de controlar
su angustia.
-Relájate
–le consoló el desconocido.- Tu no debes perder las esperanzas nunca, hay una
encrucijada para ti. Tú no debes perderlas…
El
grupo miró atónito al hombre. Parecía conocer a la reina Bipolar y lo más
escalofriante era que parecía conocer su historia.
A
los pocos segundos salió una mujer a la puerta.
-Hola
pequeña. Ya veo que me has encontrado. –Dijo serenamente una mujer joven
vestida también de batín, esta vez de color violeta.
-¿Hermana?-
Exclamó la terrestre con el deseo sincero de darle un abrazo espléndido a la
joven.
-Pequeña
Levar. ¿Cómo me encontraste?- dijo sonriendo serenamente.
El
aspecto no era el que tenía su hermana Sol en la Tierra pero tenía dibujados
varios lunares en la mejilla formando una estrella.
-Veo
que has hecho realidad tu sueño… –Le sonrió acercando su mano a el dibujo de la
estrella de la mejilla.
Sol
asintió y se acercó a Levar sin mediar palabra.
-Te
he buscado en los confines del Universo Alfa. Pero no esperaba encontrarte en
el peor de los sitio.
-Bueno,
tal vez parezca el peor sitio. Pero aquí tengo una familia. Nunca pensé que
podía pasarme pero veo que tú también has llegado hasta aquí.
-Sí,
pero yo no he venido a quedarme sino a encontrarte.
-Mi
niña – murmuró Sol con cierta tristeza.- Todos hablan de ti… pero no acababa de creerme que eras
tú. Al principio creí que lo que me pasó tenía sentido respecto a tus genes bipolares... Pero he estado tan
equivocada…
Yo
creí que también era bipolar, que lo que me había sucedido tenía sentido
teniendo en cuenta lo que tú estás pasando. Pero me di cuenta de que…
Bueno,
mi marido me guió…
El
que parecía un buen hombre volvió a salir de las sombras. Parecía un tipo
callado y tranquilo pero Levar lo vio todo claro.
-¿Fue
él? –preguntó algo perturbada.
-Él
es el padre de mi hija. Tengo una vida plena junto a él y mi niña.
-No
entiendo… -balbuceó Levar.- Entonces… ¿No vendrás con nosotros?- Dijo aturdida.
Quería
entender pero nada se le estaba concediendo…
Entonces,
mientras Sol se ausentó, Levar aprovechó para hablar con el hombre de bata
marrón.
-Odio
tener que hacer esto, pero tengo que obligarte a que me digas que pasó con
ella. –Le intimidó desafiante.
-La
mataron pensando que eras tú. Pierdo contándote esto porque… bueno, realmente
no gano nada pero debes saberlo. Yo he estado todo este tiempo aquí para
esperar tu presencia. El Faraón sabía que la buscarías. Pero te juro que la
quiero, tanto que no sería capaz de alejarme de ella y de la niña por nada del
mundo. Son mi vida pero tengo que alertar al Faraón.
-¿Qué
sentido tiene...?- Tartamudeó la chica bipolar.- Él me encontraría de todos
modos…
-Si…
pero al principio la confundieron contigo en la Tierra pero fue un grave error.
La torturaron para obtener información acerca de los viajes en el tiempo. Ella
murió en el acto y luego consideraron que si era la otra hermana, debían
capturar a mi mujer hasta que volvieras a por ella. Creció aquí y se crió entre
haggeds. Después me asignaron para que pasara por su marido…
-¿Y
ahora…? ¿Avisarás al Faraón?
-Él
ya sabe que estás aquí y tú lo sabes. Supongo que deja que elijas tu propia
encrucijada.
-¡Paparruchadas!-
Intervino el león exclamando a voz en grito.
-Espera…
-Le pidió Levar al león apartándole de la puerta.
-Creo
que el presupone demasiadas cosas que son falsas a ojos de otros. Espero que la
protejas con tu vida. Es lo único que me importa. ¿Y sabes? Sé quién eres.
El
hombre la miró desconcertado.
-Eres
uno de ellos… No necesito a un chamán para que me lo verifique. Sé que obtienes
favores del Faraón y que esto te viene de perlas. Pero creeré en tu palabra. Si
vuelve a pasar algo a ella o a la niña no te va a servir ninguna encrucijada…
Jacky
estaba desconcertado. Por primera vez la muchacha bipolar estaba usando la
energía invisible para obtener información de otros seres.
Aquel
hombre era un alquimio, un falso buen hombre…
De
repente apareció su hermana con una dulce niña a hombros. No se le veía apenas
la carita pero Sol se afanaba por mostrársela a su hermana.
Tenía
el pelo largo y una cara de caramelo, tan dulce como el mismo gorrión de la
mañana. Era toda luz, tanta que Levar se sintió cegada.
Después
le acarició los mofletitos y la niña resopló. Sus ojos eran azules, como los de
su padre y sus labios carnosos y de color carmesí como los de Sol.
-Siempre
me he sentido algo perdida en esta espiral- comenzó a decir Sol a su
hermana- pero desde que conocí a este
hombre- explicó señalizando a su marido- mi vida cambió por completo.
-Se
dé que habéis hablado pero me importa un pimiento que haga él en la espiral
mientras nosotras estemos bien alimentadas y recibamos su cariño y protección.
No ha sido sencillo pero tengo una familia aquí, Levar…
La
mujer bipolar suspiró. En cierto sentido debía respetar al cien por cien los
designios de su hermana sin ponerlos en cuestión ni un solo momento.
-Lo
entiendo, pero no puedes permitir que te tengan esclavizada. La crueldad del
Faraón no os deja tener una vida propia. No entiendo cómo puedes vivir en estas
circunstancias… - dijo confundida la mujer de ojos plateados.
-El
Faraón no vive las vidas ajenas ni nosotros la suya. Yo tengo una vida plena
junto a mi marido y a mi niña. No puedo trasladarme poniendo en peligro a mi
pequeña.
Sol
se acercó a su hermana y le dio a la niña para que la cogiera en brazos.
El
rostro le cambió totalmente y con ella su actitud.
Entonces
comenzó a decirle cosas al bebé.
-Ojalá
puedas entenderlo, Levar. Este es mi lugar porque en este lugar están mi pareja
y mi pequeña flor de loto. Nos
alimentamos, trabajamos y cuidamos de la pequeña. No necesito más.
-Siento
veros alienados pero entiendo la situación- dijo finalmente Levar.
-Creo
que es hora de marcharnos, ¿No, Rasha?- Dijo mirando al león llena de complicidad.
-Si,
quizá lo sea.- Contestó éste.
En
esos instantes la hermana de Levar cogió a la pequeña criatura de los brazos de
su hermana y más tarde cogió a la chica bipolar del mentón y le dijo:
-He
oído hablar sobre una reina valerosa que nos sacará a todos de la esclavitud. Dile
de mi parte que tenga mucho cuidado y que
la quiero y la he echado mucho de
menos.
-Sé
lo diré. – Dijo la reina Bipolar acompañando a su hermana en la sonrisa.
-Te
echaré de menos, hermana.- Admitió echándose en sus brazos.
Salieron
apresurados de aquel edificio dirección a la casa del controlador. No podían
pararse a reflexionar ni un momento sobre el estado de las cosas. Ahora los π
estaban definitivamente pisándoles los talones a límites insospechados y Rasha
intuía que, probablemente, no era un solo grupo el que los perseguía.
-Su
casa está en el edificio 43 en el piso 50, puerta F.- Constataron los niños.
-El
piso está algo alto, casi preferiría dejar el Walnut en la azotea.
-No
es mala idea Rasha. Será más sencillo escapar, en el caso de que nos veamos
obligados a hacerlo.- Le avaló el gato.
Jacky,
que acababa de despertarse hace unos minutos, expuso coherentemente:
-Es
interesante a no ser que usen planchas voladoras.
-En
cualquier caso nos dividiremos. Levar y Asar vendrán conmigo. El resto os
quedaréis en el Walnut.
Era
un edificio de 120 pisos. Bajaron hasta llegar al 50 a través del ascensor.
El
único modo de entrar era el más sencillo. Llamando a la puerta F.
Al
abrir aparecieron dos π en posición agresiva.
-Buscamos
al controlador de Spider.
Los
π no podían reaccionar a su antojo. Debían contenerse. Así que se cohibieron limitándose a enseñar los dientes mientras
Rasha, Levar y Asar entraban en la vivienda.
Les
hicieron pasar al salón.
Aquel
lugar tenía una decoración minimalista; escasez de iconos y figuras y un ambiente con
tintes grises, negros y blancos.
Al
fondo se distinguía la figura de un individuo que escribía afanado en un
despacho, junto a unos grandes ventanales.
Vestía
un morado eclesiástico y llevaba un ornamento de tela blanco que le rodeaba el
cuello hasta el final de la chaqueta.
Cuando
éstos llegaron al salón el individuo
tardó unos segundos en levantarse.
-Interesante,
no tenía el gusto de conocer a la reina Bipolar… – Dijo tan arrogante como
pudo.
-Veo
que es una vulgar y mediocre humana. Será un drama que muera una reina tan preciada… y tan joven… y tan
sencilla…- Terminó diciendo mientras Rasha le miraba con odio.
-Buscamos
los códigos del Spider. Solo negociaremos con eso.- Dijo Rasha mientras Asar le decía al oído que era un alquimio.
-¿Negociar
con qué? Je, je, je. – rió a carcajada limpia el controlador. –El Spider forma
parte del gran Imperio del Faraón. No pensaréis que negociaremos con una amenaza
tan frugal. Ella es lo único valioso que
está aquí entre nosotros para el Faraón. Aunque admito que me parece irrisorio
darle valor a la vida de una… -hizo una pausa y miró a la reina dándose una
vuelta alrededor de ella. -…una simple humana.
-No
queremos negociar con la vida de nadie- Espetó enfurecido Rasha.
-Je,
je, je, je, je- rió estruendosamente.- ¡Vamos, vamos chicos! ¡Esto no es nada
divertido! Además los códigos solo los tiene el Faraón, están en su haber.
Digamos que yo… - dijo algo jovial- … solo soy un mero presbítero que guarda
algunas de las claves. Pero el controlador, el verdadero supervisor, el
gobernador del Spider y de todo el sistema es el Faraón.
-Se
acerca un ejército que arrasará a los π. No tendréis donde agarraros porque no
sabréis defenderos de los insurgentes. – Escupió Asar cabreado.
-Arrebataremos
el poder del Faraón para dárselo al resto de espirales. Hasta él, que para ti
es tan indestructible, tiene sus debilidades.
– Apuntó finalmente el gato.
Por
un momento el insurgente se había
sentido invadido por el impulso de la justicia y la hermandad.
¿Acaso
un alquimio podía comprender estas virtudes?
-Aún
no he visto ese ejercito y respecto a las debilidades que tiene Faraón una de
las principales es ser poderoso.- esbozó una gran sonrisa.
-Ah,
perdón. Soy el sacerdote Emmanuel. Se me había olvidado presentarme- sonrió
sinuosamente mientras se presentaba.
-Entonces,
si no hemos venido a hacer nada aquí nos vamos…- dijo Rasha decidido a
marcharse con un ademán.
-Bien,
si así lo quieres… pero había pensado ofreceros un código a cambio de ver
hablar a la reina Bipolar.
Levar
permaneció callada por unos segundos y después que miró a Rasha y le susurró
delicadamente al oído:
-Negocia…
-¿Cuántos
códigos tienes? – Preguntó Rasha.
-Cinco,
cuatro de ellos los usaré para negociar. El primero solo va a servir para que
la reina bipolar se presente. Los restantes los encontraréis en la pirámide del
Faraón.
-Si
me pides que hable, ya lo estoy haciendo, pero me parece inútil que negocies.
Soy más poderosa que tú.
-Je,
je, je- rió el sacerdote Emmanuel.- Ya veo… Eres otra de esas insurgentes y yo
diría que en un alto porcentaje.
-Soy
realista y tu no lo estás siendo.- Arguyó Levar.
El
sacerdote dio media vuelta y comenzó a cavilar. Parecía regocijarse en su
situación de privilegio pero no quería cometer fallos, así que contuvo el
aliento y volvió a ponerse de cara a sus invitados.
-Ya
tienes un código, veamos que podemos hacer con los cuatro restantes. – Insinuó
tocándose el mentón.
Todos
callaron y a los pocos segundos el sacerdote se sintió inspirado y se dirigió
al grupo.
Le
pidió a Asar que besara en los labios a Levar.
El
gato se quedó mirando detenidamente tanto a Rasha como a la reina Bipolar.
Ella
asintió con la cabeza y se acercó a los labios de Asar.
El
sacerdote les miraba resarcido.
-Bien,
increíble, ideal…je, je, je- Ahora hacer lo mismo pero con pasión.
Levar
volvió a besar a Asar esta vez imaginando que estaba con Rasha.
El
sacerdote estaba consiguiendo todo lo que se proponía.
Levar
se separó de Asar y éste le pidió perdón. Quería a Asar como un amigo, casi
como un hijo. Ese beso nunca había sido dado…
-No
entiendo que pretendes-. Le dijo Rasha a Emmanuel.- Si nos vas a dar los
códigos dánoslos ya.
-¿Y
privarme del placer de veros sufrir? No, amigo.- Sonrió y se giró mirando
después a la ventana.
-Lo
que no entiendo es porque un alquimio
destapa su cara. ¿Ya no gozas de ese privilegio, querido sacerdote Emmanuel?- Le
dijo Rasha con rin tintín.
-¿Acaso
creías que este era mi aspecto real?- Expresó el alquimio mirando con recelo y
a la vez arqueando al máximo sus cejas.
-Éste
es uno de los aspectos que más confianza les da a los haggeds. Ellos me
consideran maestro espiritual y yo obtengo lo que quiero; su energía más pura.
-Desde
luego, veo que no pierdes el tiempo. Aunque he de reconocer que el sacerdocio
ya no es nada original. ¿Qué les prometes a cambio? ¿Unas limpiezas
energéticas?
El
sacerdote empezó a perder la paciencia. Se acercó a Levar y expresó:
-Bueno,
¡qué noche tan espléndida! Sería ideal que viéramos la belleza al desnudo de la
reina…–Planteó cargado de alevosía y malicia.
-Si
no quieres no tienes porque hacerlo, Levar.
-Tranquilo,
lo haré. Me parece una tontería así que lo haré.
Entonces
comenzó a quitarse el traje que habían robado al llegar a la espiral. El beis
había tomado un cáliz crema, casi ocre y el traje estaba repleto de arrugas.
Llegó
a la ropa interior y luego se quitó el sujetador acabando por las bragas.
-¿Qué?
¿¿¿Estás contento???- Exclamó Levar.
Rasha
estaba ruborizado. No podía defenderla y esa frustración le comía por
dentro.
Levar
miraba con rabia al sacerdote. Se sentía impotente y era precisamente el
sentimiento que él quería ver en ella.
-¡Vaya,
preciosa reina!- Exclamó mientras Levar comenzaba a vestirse.
-Para
el penúltimo quiero que me expliques porque te llaman reina Bipolar.
El
sacerdote sonrió de soslayo pues de algún modo sabía la pregunta.
-Me
llaman la reina bipolar porque tan pronto río como me pongo a llorar.- Dijo y
se quedó callada.
-¿Eso
es todo? Vamos terrestre, habrá algo más…
-No
deberías averiguar porque me llaman así por ti mismo… - Dijo casi en tono de
pregunta.
-No
me importaría pero no se da el caso ahora mismo. Responde, terrestre. –Le atizó
con las palabras esta vez bastante serio.
-Manejo
la energía en dos extremos, negativo y positivo.
-¡Aha!
Ahora entiendo porque te quiere el Faraón…
-Ahora
falta un código…- Siguió diciendo insinuante el sacerdote.
-Necesito
sentarme, veréis tengo un poco de artritis en las rodillas y el bálsamo que me
doy no acaba de funcionar.
Confesando
su dolencia y sentándose en la mesa grande que había frente a los tres
visitantes, les mostró que tenía más debilidades de las que debería aparentar.
Simplemente era un Alfariano más.
-Tienes
a dos excelentes caballeros a tu lado pero deberías de ser consciente de que no
te sacarán de todos los apuros.
Levar
cayó su respuesta. Ya no se sentía especialmente intimidada por aquel ser
caricaturesco. Estaba harta de sus proposiciones.
-El
Spider- siguió diciendo Emmanuel- es un sistema inteligentemente conformado. El
Faraón nunca os daría los restantes códigos.
Si lo hiciese todo su Imperio se vendría abajo pero aún hay una salida
para vosotros; La reina bipolar.
-En
realidad está siendo para mí un placer ser el preámbulo del Faraón. Quizá esta
espiral cambie pero el Faraón volverá a implantar el código aquí y en cualquier
sitio que pueda instaurar su vasto emporio. Ningún ejército podrá derrocar por
completo todo su Imperio.
-Eso
está por ver.- Se arriesgó a decir Rasha convencido.
-Me
falta un último deseo porque aunque os pese aún tengo los códigos.
-Bien,
seguiremos hasta que nos des todos los
códigos en mano.- Manifestó el león sin dudarlo un solo instante.
-Es
justo pero no os lo daré hasta que no hagáis una última cosa.- Dijo sacándose
una pequeña llave del cuello.
-La
abriré si le das a la reina esa hierbecilla que siempre lleváis los leones
encima. –Dijo consciente de su maldad y los resultados de la misma.
Algunas
habladurías habían llegado a oídos de los haggeds. Teniendo en cuenta que
también el Faraón tenía información de primera mano, el sacerdote sabía
demasiado ducho en la mujer bipolar.
-Eso
es imposible, la reina no puede tomar eso.- Dijo tajantemente Rasha negándose a
prepararle la hierba.
-Es
lo último que debéis hacer aquí.
Rasha
miró hacia todos los lados observando cómo estaban posicionados todos los π. Luego miró a Levar y le dijo que no
debía hacerlo pero, si optaba por esa opción, la respetaría.
-Sabes
que es peligroso -contestó ella. – De todos modos el sacerdote lo ha querido
así. – Dijo resignada.
Mientras
tanto Rasha empezó a preparar una pipa de ganjha. Sabía sus consecuencias pero
la situación era extraña a la par que peligrosa. Ahora no podían echarse atrás.
Tenían que obtener los códigos fuese como fuese.
Cuando
la pipa estuvo preparada el león se la pasó a Levar. Él no quería ni tan si
quiera mirarla.
-¿Qué
pasará, reina Levar? – preguntó Asar.
-Tranquilo,
todo lo que veas y oigas de mi no lo tengas en cuenta. Solo confía en que yo
estoy ahí en alguna parte de mi interior.
-Así
lo haré, reina Bipolar. – Contestó éste.
Cuando
le pasó la pipa le dio varias bocanadas. Pronto empezó a notar el efecto
eufórico y mas tarde empezó sintió un aumento en su sensibilidad hacia el
entorno. Sin embargo el efecto sedante era más fuerte y hacia que su mente
distorsionara la realidad provocando efectos de somnolencia, euforia y
bienestar. De repente no sentía ansiedad ni le dolía la cabeza.
Miró
a Rasha con los ojos algo rojos y la necesidad de protección.
Este
miró al sacerdote deseando terminar la velada surrealista que habían estado
viviendo con él.
-Abre
la caja, ya tienes lo que querías.- Masculló riéndose.
Abrió
la caja y le proporcionó a Rasha un papel plastificado con varios códigos en su
interior.
-Asar,
coge a Levar. ¡! Nos vamos!!
Se
fueron apresurados sin despedirse del sacerdote. Corrieron hacia la puerta de
entrada y luego hasta el ascensor.
El
sacerdote aún reía a lo lejos.
-Levar
está enferma. Hay que darle algo de comida o dulces lo antes posible…- Le dijo el
león a Asar apretando el botón del ascensor.
-No
te preocupes, no está sola. Estoy yo aquí también.- Dijo Asar inocentemente.
-Eso
me preocupa Asar. Qué no sufras tú también.
-Soy
insurgente. He visto cosas muy raras entre los gatos.
-Bien,
ahora debes estar pendiente de ella. Quizá se ponga algo agresiva pero tú no la
hagas ni caso. La mitad son palabras de papel.
-Chicos,
mierda, que estoy delante…- gritó Levar.
-Me
siento algo eufórica pero aun estoy bien. – Entonces se subieron al ascensor.
-Lo
siento Levar, mi intención es solo tener sobre aviso a Asar.
-Lo
entiendo pero jamás digas que no soy sincera.
-Lo
eres y a veces de una forma que no alcanzo a entender. – Le confesó él.
-Wow,
chicos, creía que nunca llegabais. Varios Walnuts sobrevolaron por encima de
nosotros. No se porque motivo no nos hicieron nada.
-Nosotros
conseguimos cinco códigos, chicos.- Declaró Rasha. – El resto no está en
nuestro haber. Los tiene el Faraón pero no se si será viable llegar a ellos. Él es el único que puede dárnoslo.
-Y
probablemente me quieran a mí a cambio- Intervino Levar con los ojos entornados
y adormecidos.
-¿Y
como haremos para no entregar a la reina Bipolar?- Preguntó Blod preocupado.
-Buscaremos
los códigos en la propia casa del Faraón y si es necesario me entregaré. Él es el único que tiene potestad sobre el
Spider. Al menos en gran mayoría. Si
está dispuesto a confiar su Imperio en mí es porque quiere algo de un valor
superior.
Todos
miraron a Levar presagiando lo peor.
-No
tengo miedo a morir. La reina Omega me decía que solo el agujero negro es la
muerte. El resto son encrucijadas de la vida.
Todos
la miraron con cara de circunstancia.
-Por
favor, Tania, si te quedan algunas fresas escarchadas dale alguna a Levar.
-No
lo dudes.- Contestó ésta.
Si quieres seguir LA ESPIRAL BIPOLAR
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-Una y una dos...
-Eso es mentira, a veces dos
guardan tres más.
-Cierto Charlie, hay que
acostumbrarse a tener en cuenta
todas las cosas.
Istharenlanoxe...
Me parece una pena que no pongas el final por aquí... aunque sé que lo podré ver in situ, jeje. No en serio, siempre te lo digo, la espiral es un libro muy agradable de leer, una aventura sin cortapisas que tiene tanta profundidad como uno pueda llegar, porque está claro que la literatura en este caso tiene mensaje a varias escalas. Yo no sé si me he quedado con todo él, pero sí entiendo un montón de cosas, he aprendido mogoyón con el libro, y ya te digo, me da pena que se acabe... al menos por aquí. Me queda el último capítulo, pero ya sabes que yo tengo un ritual de lectura. Mañana termino.
ResponderEliminarY nada, como por aquí realmente se acaba la encrucijada de las espirales, agradecerte el gran esfuerzo que has hecho, no solo con las revisiones del libro, sino con la elaboración del blog, el tiempo que has invertido, y el cariño que le has puesto. El libro es bueno, ahoar bien, para que alguien ponga los ojos sobre él y lo puedas vender, creo que hace falta, como bien pone en la presentación, atreverse a sumergirse en las espirales. Un viaje que sin duda no te puede dejar indiferente. Al menos, a mí no lo ha hecho, y ya te digo, que valoro un montón la filosofía que has puesto aquí, creo que se adapta bastante a los valores por los cuales te riges, y ya te digo, he aprendido mogoyón.
Muchas gracias preciosa Isthar por este viaje intergaláctico. Pero intuyo que solo será el inicio de algo muy especial. Hay mimbres amiga. Besos de tu Droguito...
Un placer para mi que te guste. Gracias por todos tus comentarios y decirte que la historia aquí no está integramente plasmada de momento pero todo se andará. Y lo mejor de todo es que la historia no acaba en este libro, habrá una y quien sabe alguna que otra parte más.
ResponderEliminarPor lo demás agradezco a todo aquel que se haya querido sumergir en esta travesía. No solo está hecho con el corazón sino también con las entrañas y el eterno afán de curiosidad...
Buena encrucijada a tí, Drogo y para el resto lo mismo.
Suerte y muchas energías!!!