El contenido de La espiral Bipolar se engloba en un libro de alrededor de 140.000 palabras (o al menos eso creo de momento) Aquí haré la honesta y árdua tarea de transcribir los cápitulos en varias fases para una lectura mas fácil. Y sobre todo compartiré el arte porque el arte que trasmite es el arte para TODOS.
La curiosidad dió sentido a nuestros pasos y nuestros pasos nos llevaron a ella...a la curiosidad bajo el influjo de las mismas espirales.

{Os mando la energía... si queréis saltar os espero en la otra espiral}

martes, 18 de septiembre de 2012

Capitulo 11, 2ºparte


La abnegación de los mutantes (Año 2045)





Todos los farms se sentían preparados para la lucha. Estaban ávidos de que  se sucediera en el Teatro el encuentro entre ellos y los mutantes azules.
Decían que saldrían airosos o al menos diluirían cuantos miembros destacados mejor.
En el farm de Rasha habían dos visitantes nuevos: Sofia y Pal. Ayudarían con las pantallas y las coordenadas, así como a identificar, en plena lucha, a cada miembro de la reunión.
Sofía se parecía físicamente a Pal, aunque tenía un poco menos de estatura, el pelo aclarado por algunas mechas de color rubio ceniza y, sin ninguna duda, con un gesto mucho más dulce y sereno que su compañera.

Los farms ya estaban completos y las disposiciones sujetas a las circunstancias.
Se dirigieron al Teatro sobrevolando por el aire a una distancia de unos ciento cincuenta metros de altura sobre el suelo. No podían subir a más altura porque debían evitar ser avistados por nadie desde la ciudad.
Tan solo el conductor, unos pocos como Rasha, algún león más y los mutantes al mando, podían ver el panorama desde la luna delantera.
El resto luchaba con sus propias emociones  y las mismas circunstancias.
En el farm de Levar, el chamán Lucas regulaba los ánimos. El león de Judá Pripe, la Ecodita, Ari y Najren escuchaban atentamente al chamán. El resto hacía concesiones con sus propios temores.
Rasha se mantenía de pie aguardando la hora de la confrontación.
Levar hablaba con Tso sobre el cometido de su presencia allí.
-Debes absorber energía mala. Entonces, el chamán sabrá que hacer con ella. Pero hazlo solo para curar no para crear ningún mal, ¿eh?- le advirtió.
-De acuerdo, hago, tsi. – contestó el desahuciado.
Blod permanecía también de pie. Su costumbre adquirida como perro del Oeste había vuelto a aparecer en momentos cruciales. Tania, que anhelaba esta situación como agua de Mayo, ensayaba un truco con el keburi para mantenerse ocupada.


Llegarían rápido al Teatro por la velocidad que había alcanzado los farms.
Ja y Sofía podían indicar la dirección ya que estaban viendo desde lejos, con su prodigiosa vista, las líneas del perfil del Teatro.

La audiencia del Teatro era grande. Todos se encontraban en el círculo exterior menos algunos técnicos que preparaban el sonido en lo alto del entramado interior del escenario.
Los farms comenzaron a llegar. Los grupos fueron bajando perdiéndose entre la gente. Supondrían de doscientos Alfarianos más visitando el Teatro exterior.
Levar bajó y siguió a Rasha. Se posicionaron por el centro. Los allí presentes empezaron a poner en duda la procedencia de los nuevos visitantes. Aunque el Teatro estaba iluminado, el resto del recinto solo gozaba de la lejanía de esa luz.
Mientras oían la orquesta, un hijo de Acuario junto a otro hijo de la Liberación escucharon inevitablemente la conversación que mantenían dos mujeres mutantes.
-Que asco de vestidos, que poco protocolo.- comentó una refiriéndose al resto de mujeres mutantes ya sentadas.
-En Babylon las mujeres son mas elegantes, ¿no crees?- intercaló la otra.
-Tienes razón. A mi me gustaría tener un Hagged, como hacen las mujeres de altas castas del Faraón. Los esclavos de otras espirales son algo estúpidos pero los Haggeds de cuna son tremendamente serviciales.- Contestó la otra orgullosa de su deducción.


-¡Maldita mutante! – gritó un hijo de la Liberación. - ¡Dais asco!- vociferó como si estuviera siendo testigo de una aberración.
La mujer que habló por última vez abrió bien sus ojos y segundos después chilló fuera de sí. El hijo de la Liberación le había clavado un venablo asestándole la punta en el costado.
Segundos después se empezó a desatar una locura colectiva por todo el Teatro y en cuestión de un minuto todo el mundo comenzó a luchar.
Algunos keburis atinaban a matar a algunos mutantes con un solo tiro de arco. Los hijos de la liberación mataban enfurecidos. Desfogar toda su furia no sería fácil.
Los mutantes, Sofía y Ja, trataron de mantenerse al margen.
Las reinas volaban y echaban brebajes venenosos que al respirar eran mortales. Suponiendo que las reinas rechazaban la violencia, sus reacciones estaba siendo una de las mejores respuestas esperadas para la lucha y la mas inesperada por ellas mismas…
Los chamanes, sin embargo,  preferían luchar por su cuenta.
El chamán Ribe armonizaba la fuerza energética combinándola con la utilización diestra del venablo.
Los Ecoditas empleaban con bastante atino la honda; eran fuertes, rápidos y precisos y, por primera vez, volcaron toda  su rabia con los intrusos que les atacaban usando la honda, al tiempo que arañaba y golpeaba a los más cercanos.
Por otro lado, los leones de Sión y los hijos de la espiral Naciente maniobraban sus espadas y su fuerza energética con el acierto suficiente para no ser vencidos ni una sola ocasión.  
Los luchadores de Rasha crearon muchas bajas entre los mutantes del Teatro. Llegó un momento en el que algunos de los azules tuvieron que enfrentarse a varios luchadores de distintas espirales.
Un mutante comenzó a desafiar a Rasha dando volteretas. Se movía sin parar y, mientras hacía piruetas varias, trataba de absorber la energía del líder poniéndole la mano en el pecho, cuando al dar un brinco, alcanzaba el suelo. 
Rasha se debilitó un poco. Se apartó como pudo y, cuando éste estaba desprevenido, le atacó  con la espada.  En este caso la fuerza bruta iba a ser más eficaz que la maestría. Al moverse le impidió el paso con la misma espada. El mutante ya no podía absorberle  nada. Había creado un reducto entre él y el mutante. Con solo un movimiento giró todo su cuerpo a la derecha y hacia atrás. Luego adelantó un paso moviendo todo el cuerpo y le cortó la cabeza. Ya no haría mas daño.
Los luchadores acabaron con los mutantes, menos con algunos que huyeron durante la lucha, como un sacerdote y alguna mujer.
Debían volver a los farms.


En la congregación teatral un sacerdote realizaría un discurso. Era el jefe de una de las sectas de los mutantes.  Como sacerdote asistía a otras tantas homilías, conferencias y reuniones llamado por el Faraón.
En cuanto comenzó la lucha, trató de esconderse en el escenario. Era lo suficientemente ambicioso y cobarde para no enfrentarse a ningún luchador, a menos que la muerte de uno resultara ser un encargo.
Esta vez, pese a sus escarceos, le tocó lidiar inevitablemente con una reina. Le sacó una espada y este, sonriente, separó la espada de la reina con el poder de su mente. Ella se puso las manos en el pecho y realizando un triángulo lo despidió contra el suelo unos cuatro metros.
El sacerdote enfureció. Se levantó y, al hacerlo, se acercó peligrosamente a la reina creando una pantalla entre ambos que ella no podría traspasar.
Pese a su arrogancia, ella metió la mano en la pantalla y estiró. Daba la sensación de que la estaba replegando cogiendo cada una de sus puntas.

-¡Malditos súbditos del Faraón!- gritó la reina con fuerza.
-¡Atrévete a desafiarme!- vociferó estirando los brazos hacia el suelo.
-No valéis nada – contestó algo aturdido el sacerdote. -¿Creéis que vas a intimidarme con esos trucos malos de las espirales débiles?
-¿Dime quien es el jefe de la Secta?- volvió a gritar enfurecida la reina.
-No te lo diré. ¿Quién eres tú?
-Una reina más- chilló ella.
Entonces el se dispuso a tirarla al suelo pero antes de llegar a ella, empezó a levitar frente al sacerdote.
El paró y se acercó a una caja de instrumentos.
Ella anticipó sus movimientos y la cerró con su fuerza energética.
Estaba leyendo el pensamiento del sacerdote.
Éste se paralizo sorprendido y, después, buscó un objeto para agredirla.
Un acompañante del sacerdote que apenas se movía estaba observando toda la lucha escondido en un rincón, entre bambalinas. Siguió callado, prefería no tentar a su suerte.  
El sacerdote trato de controlar su mente para averiguar quien era. Entonces apareció Rasha que tiró un venablo en dirección a las manos de la reina. Ella, sin ninguna dilación lo cogió y se lo clavó al sacerdote en la tripa.  
-¡Soy la reina Bipolar!- confesó encolerizada mientras se lo clavaba.
En ese momento el sacerdote calló al suelo con el venablo retorciéndose en su interior.
Cuando dejó de respirar, el acompañante que estaba escondido salió corriendo. Debía alertar de lo ocurrido. Ya habían encontrado a la reina Bipolar…

Después de aquello la reina se arrodilló en el suelo. Era la primera vez que mataba a alguien y la primera vez que sentía la ausencia total de la esencia de un Alfariano. Lo peor de todo era que ella misma había sido la causa de su muerte. 
Cerró los ojos y vio pasar la muerte, la nada, la ausencia de vida.
Ella tan esquiva, su compañera de travesías, su espía, la falsa ironía de la vida…

Levantó sus manos y balbuceó:
-¿Ha donde ha ido? ¿A dónde van estas almas?- Y comenzó a llorar desconsolada.
Rasha se acercó y se arrodilló a ella.
-Pequeña… no llores… - intentó tranquilizarla rozándole la mejilla con sus dedos.
-Escúchame- siguió diciéndole el león acercándose a su oído. –Todas las almas van a parar al Peripato de la encrucijada. Algunas vuelven a realizar la misma vida con la misma encrucijada por no haber sabido evolucionar. Sea como sea, el sacerdote no tenía la licencia de hacer daño a nadie. Tú pusiste fin a un mal que hubieran sufrido otros muchos.
-Hacer esto no está justificado, Rasha- dijo quitándose las lágrimas.
-Luchamos por Sión, por lo tanto contra Babylon- explicó tratando de serenar la situación.
-Lo se, Rasha, pero en mis planes no estaba ver morir a alguien y menos matarlo yo. – argumentó algo mas calmada.
-Ni en los míos ver crecer tan rápido a una persona como tu, Levar. Los Ecoditas han luchado, los hijos Nacientes y el resto también, todos lo han hecho. Ahora no puedes rendirte- le solicito dulcemente.
-No lo haré. Solo necesito asimilarlo- aseguro dubitativa.
De pronto llegó el  keburi cerca de ellos. Tenía la pierna ensangrentada hasta los pies.
Se dejó caer frente a ellos y suspiró.
-Vamos, ayúdame a cogerle. Le llevaremos al farm.
Le cogieron de los brazos ambos. Era un peso delgado y ligero así que no les costó demasiado llevarlo a cuestas.
Tania junto a un hijo de la espiral Naciente aún luchaba contra dos mutantes. Ambos mutantes fueron exterminados con las espadas, rodaron dos cabezas más…
Ya no quedaba ningún mutante vivo o sin herir.
La luchaba  se había zanjado y había sido productiva. La única baja real había sido la de un hijo de Acuario y una Ecodita.
Esto provocó ciertos temores a la vez que profundas tristezas.
Recogieron los cadáveres de los dos Alfarianos que habían muerto. El hijo de Acuario estaba en el grupo de Ominona y la Ecodita en un círculo de Watchamn, el sereno.
Tania estaba enfurecida y Ari  se mostraba triste, afligida y desconsolada.
Todos subieron a los farms. Habían vencido pero empezaron a darle un sentido distinto a su lucha. Si iban a enfrentarse a peores mutantes y ∏ más despiadados si cabía, sería extraño que no murieran unos cuantos luchadores más.
Era pues luchar por Sión y contra Babylon pero también luchar por sus vidas y en contra de realizar una trasmutación nueva.
Ahora tenían que volver a los vehículos y camuflarse en un lugar seguro, en las afueras de la ciudad.



Durante el viaje el tema de conversación era evidente.
Cualquier paso ahora sería decisivo.

-Hemos conseguido las bajas suficientes para poner en previo aviso a los mutantes. La alerta impedirá  usas el factor sorpresa.-declaró Rasha con aire solemne.
-No podemos permitir que pase lo que ha sucedido con Harp, el hijo de Acuario. O con Dab, la Ecodita.- Dijo Tania.
-Ha muerto gente inocente. – intervino Ari.
-Hemos creado una alarma. Ahora ya no hay marcha atrás- reconoció el león.
-Estamos en el ojo del huracán. Precioso momento para atacar a Babylon.- intervino Pripe el león de Judá.
-La cuestión es que parece que ha sido un éxito a pesar de las bajas- declaró Blod mirando a Rasha. - Aunque Jacky no ha salido indemne. – miró de reojo al keburi.
-Yo estoy bien. El chamán sabe lo que se hace, es un simple corte, algo profundo pero podré andar.- Dijo mientras miraba el apósito que el chamán Lucas le había aplicado. Entonces miró a Levar y le guiñó un ojo.
-Yo no sé chicos- balbuceó la terrestre- Yo no me siento bien matando a alguien. No se si está justificado.-confesó. – No entiendo porque tiene que ser el único método…
-No se puede hacer de otro modo, Isthar. Son una amenaza sobre todo en nuestras espirales. Aquí ellos hacen y deshacen pero en el resto de espirales hacen mucho daño. –Otorgó Jacky.
-Lo sé Jacky, lo sé- contestó ella.
-No te preocupes, reina Isthar. –Le dijo el keburi- matar no está justificado pero defenderse sí.- Le planteó sabiendo que esa había sido, al menos, su postura hasta hora.
-Es que siento que somos meros peones. – todos se preguntaron a que se refería. Ággelo tenía la respuesta.
-Somos las primeras filas cierto, pero trabajamos como caballos, alfiles y torres.-Dijo el Ággelo que recordaba aún sus vivencias en la Tierra y no había olvidado el juego terrestre del ajedrez. –En realidad todos somos importantes pero usamos distintas formas de luchar. A veces un simple peón hace funciones de Rey- disertó cerrando el tema.

-Yo necesito comer y descansar –comentó la terrestre pasando por alto las palabras de Kufu.-  Tso esta intacto pues no ha salido a luchar esta vez y eso hace que no tenga ni hambre pero yo siento desfallecer.- dijo la reina Bipolar echándole la mano en la espalda al desahuciado.
-Comeremos, ¡sí!- exclamó Rasha poniendo orden.


Echaron mano del pan que tenían reservado y de alguna fruta escachada. De acompañamiento bebieron zumo de cereales y frutas. Los frutos secos no podían tocarlos. Eran una fuente de energía valiosa así que los reservaron para otra ocasión.

El farm se dirigía a una nueva llanura. Cerca de los ríos siempre se nacía presumible algún nacimiento de juncos o algún conjunto de plantas acuáticas. Blod tenía razón cuando le decía a Levar que la espiral de los mutantes no era muy distinta a la Tierra.
Con la ayuda de la coordenadas que proporcionaron Ja y Sonia, dejaron los farms junto al cauce de un río, en una zona segura y resguardada.
Cuando estacionaron los vehículos, Levar ya había comido y se había dormido junto a la mayoría.
Ja y Sofía, que estaban en el farm del león de Judá Joe, fueron llamados para hablar con Rasha.

Solo Ággelo, el chamán y Rasha estaban despiertos en el farm.
Cuando los mutantes entraron reinaba cierta paz.
-¿Estamos a salvo en el cauce del río?- les preguntó el líder.
-El río Xeraco siempre es seguro. Es una zona deshabilitada. Si no usamos tecnología no nos descubrirán. De lo contrario tendremos, como mucho, cinco minutos para desaparecer de aquí. – explicó el mutante Ja clavándole la mirada a Rasha indefinidamente.
-Suena convincente- pensó Rasha en voz alta.
“Lo es, tranquilo”- le trasmitió con la mente el chamán Lucas.
Ambos se miraron con la decisión tácita de mantener la identidad de Levar oculta. Era un dato que ningún mutante debía saber.

-Bien pues si hay que huir estaremos preparados, si se da el caso.- Inquirió Rasha dirigiéndose al mutante.
-Creo que eso sucederá queramos o no. Para saber el paradero de la próxima reunión debemos estar en contacto  con nuestras fuentes. Pal se ausentó para darnos las coordenadas desde allí.  
Ja paró de hablar y cogió una de las espadas con vehemencia. Luego la alzó violentamente y la volvió a bajar a posteriori.  
-No tenemos motivos para conectar con otros farms mientras no tengan que anunciarnos nada importante o viceversa, sin embargo, durante cinco minutos obligatoriamente nos pondremos en disposición para recibir información y emitir a su vez las coordenadas de nuestro paradero. – siguió explicando el mutante.
-Bien, está claro entonces – contestó Rasha mirando con cierto recelo la espada que Ja estaba sublevando a su poder- Esperaremos las señales.
-¿Desde cuando mantenéis alianzas con los leones?- quiso curiosear el chamán.
El resto dormían y, para no molestarlos, el chamán se había acercado hasta sentarse junto a la pareja mutante.
-Desde hace mas de un siglo. Al menos las que hemos mantenido con el padre de Rasha y ahora con él.  Ambos perseguimos lo mismo. Babylon nos impide obrar a nuestro juicio. Impone una alienación que algunos no estamos dispuestos a obedecer.
-¿Y como lográis escapar a sus ordenes?- preguntó el Ággelo mascullando. Había permanecido callado con la consecuencia de pasar inadvertido, pero su afán de protagonismo hacía su aparición una vez más en las conversaciones más delicadas.
-Es fácil hacerlo, aparentemente lo conseguimos. – Dijo Ja rascándose la nariz efusivamente- Algunas alianzas incluso forman parte de las sectas para pasar desapercibidas y estar a la vez informadas. Eso nos proporciona información de primera mano  y consigue que no llamemos la atención.
-¿Y como hacéis para reuniros?- preguntó Rasha.
-A través de la tecnología -confesó-. Nos comportamos como los desahuciados pero en el fondo mantenemos intrincadas redes tanto en la Secta principal como en otros estratos sociales –miró al chamán tratando de psicoanalizar sus gestos, tampoco ellos confiaban al cien por cien en la alianza de Rasha.
- Ellos no son conscientes de nuestro alcance… también podemos llegar a diferentes superficies materiales o a diferentes pantallas burlándonos de sus propios métodos.
-Interesante- intervino el chamán.- ¿Y como os hacéis llamar? Supongo que vuestra alianza tendrá algún tipo de nombre…
-Somos los mutantes rojos. Aunque de cara a la sociedad tenemos que hacernos pasar por mutantes azules.
-¿Y porque no habéis intentado antes crear un conflicto para luchar contra Babylon?- investigó el chamán.
-Podíamos haberlo creado mucho antes, es cierto. Pero en Babylon viven muchas familias… -hizo una pausa y miró al chamán sin apartarle la mirada.- Antes de que el Faraón creara su imperio actual hubo una guerra entre grandes poderes, una guerra entre amores y rivales. Supongo que le sonará la historia, chamán Lucas.
Rasha y el chamán se miraron estupefactos. Dejaron con placer que el mutante narrara su historia, no querían ni debían interrumpirle.

-El anterior Faraón Melelik I  había conquistado un gran Imperio que abarcaba varias espirales. En una de sus cacerías conoció a la reina Amerouk que estaba felizmente posicionada en su reino. Éste se enamoró de ella y trató de conquistar su amor, pero la tiranía de ambos quiso que, dentro de sus encrucijadas, ninguno consiguiera el reino del otro a pesar de amarse secretamente e irremediablemente. Entre ambos se generó una controversia que desató en una guerra descomunal donde murieron varias cadenas de familias.
-Este fue el anterior sucesor del Faraón actual… El padre del Faraón Melelik II, supongo…- Murmuró Rasha entre dientes rozándose el mentón.
-Vaya, interesante. Aunque yo ya había oído hablar de Melelik I, primogénito del Rey Salomón y la Reina de Shaba ¿verdad? Sus trasmutaciones fueron largas  y complicadas,- Consideró el chamán.
-Cierto, eso mismo- confirmó el mutante.
-Entonces por lo que entiendo vosotros mismos en aquel momento no pudisteis revelaros.- Añadió Rasha.
-Realmente llevamos tiempo revelándonos pero no tocamos la estabilidad del poder- arguyó Sofía conteniendo la respiración. Aun no había hablado y le costaba respirar el aire espeso que se había generado dentro del farm.
-Por lo tanto ellos hacen la vista gorda confiando en que nosotros no hagamos nunca  nada que  rompa el sistema central. – concluyó Ja.
-Ahora solo hay que pensar lo mejor para Sión- testimonió Rasha.
-Quizá vosotros penséis en Sión. Nosotros nos conformamos con que el equilibrio se mantenga y los mutantes rojos puedan seguir haciendo vida en esta espiral. Sin olvidar, por supuesto, a los numerosos mutantes que ahora son Haggeds-  expuso levantando la mano e ignorando lo que Rasha había dicho.
-Nosotros no nacimos conociendo a Sión. – Siguió diciendo Ja-. Crecimos conociendo la cara oculta y sombría de las cosas.  – dijo resignado.
-Esta vez tenemos que creer en lo increíble, Ja. Si confiamos en las circunstancias, las cosas saldrán bien - intervino el chamán esperanzado.
-Al menos eso esperamos todos- terminó diciendo. Bien sabían muchos Alfaríanos que las palabras del chamán Lucas eran proféticas: un bálsamo para todos.
-Quizá tu te conformes con una revelación o un cambio de estatus para tus compañeros los mutantes rojos -intervino Ággelo dirigiéndose a Ja.
-Pero todas estas gentes luchan por ideales altos. Ahora no podemos defraudar al resto de espirales.
Rasha desvió la mirada. Kufu parecía desear que creciera un malentendido entre los mutantes y el león. Pero ante tal evidencia prefirió no darle importancia ni tan si quiera a la presencia del Ággelo. 









Rasha miraba a Levar mientras dormía, al tiempo que Tania y Ari se despertaban.
-¿Cuando pediremos una confirmación de Pal?-preguntó Rasha a Ja.
-Pueden dormir tranquilos- confirmó el hombre alto de piel violeta inspeccionando al resto del grupo que estaba durmiendo. Luego pasó su mirada por los que permanecían despiertos.
-Hasta el amanecer no abriremos las pantallas tecnológicas y será mejor que ningún farm lo haga antes de ese momento.
Miró de reojo a Rasha y añadió:
-No todo será fácil. Hemos tenido suerte en el primer encuentro. Por esta vez hemos cogido ventaja.


Rasha decidió dejar por concluida la conversación. Necesitaba fumar ganjha sagrada. Así que salió del farm. El resto de círculos se mantenían dentro de los farms, menos algún león de Sión que hacía guardia en las entradas de los mismos y aprovechaba, al igual que el líder, para fumar la hierba sagrada.
Al salir se puso a un lado del farm y comenzó a preparar su pipa.
Entonces Ággelo se acercó al líder sinuosamente hasta ponerse a su lado.

-¿Quieres?- le ofreció hierba vigilante.
-No, sabes que los Ággelos ni si quiera comemos.
-Sabía muchas cosas de los Ággelos -le contestó de forma sarcástica.- Lo que no sabía es que se les daba bien manipular a las mujeres.- Resolvió.
-Creo que te equivocas. Yo no la manipulo. Yo la amé de verdad cuando vivíamos en la Tierra.
-¿Y ahora que pretendes, recordar viejos tiempos?
-Le debía varias explicaciones. Después me vi inmerso en la encrucijada de Sión y tuve que partir con vosotros.
-Es una historia muy creíble. Quizá por ese mismo motivo no me la creo…-reveló Rasha.
-Soy un Ággelo- dijo este convencido de que eso resolvería algo.
-Yo soy mas cosas que un león. – interfirió él.
De repente notaron  una presencia. A los pocos segundos Jacky se acercó a ellos  saliendo desde la sombra que había sometido a la puerta del farm.
-Menuda siesta. Me entran ganas de correr por el cauce- sonrió lleno de fuerza Jacky.
-Si, entran ganas. Pero no podemos movernos de los farms. ¿Se ha despertado Tania y el resto?- Quiso saber el león Negro.
-Si. Casi todos. Creo que falta la reina Bipolar y Tso.
-¿Y tu que tal estás de la herida?
-Ah- exclamó. – como si no existiese tal herida. El chamán Lucas obra milagros. Además antes del dolor me tomé una infusión de ganjha que me regaló la reina Madre y me quedé genial.
-¿Seguro?
-Hombre, la tengo algo resentida pero no me impide festejar la vida.
-¡Estupendo!- exclamó el león.- ¿Y el resto como andan?- inspeccionó.
-Algunos arañazos y golpes pero todo bien. – comunicó mientras terminaba por saltar encima del farm.
-Ten cuidado, Jacky, sabes que nadie puede avistarnos- le pidió.
-Tranquilo, solo voy a estirar las piernas, llevo mucho rato con la pierna algo engarrotada.-argumentó tocándose la pierna herida.



Minutos después el Ággelo entró en el farm y, a los pocos minutos de que Rasha terminara su ganjha, Levar salió a fuera a tomar el aire y tuvo un encontronazo con el león  cuando éste trataba de entrar.
-Ah, hola – saludó el león Negro a la terrestre sin apenas inmutarse.
-Yo… yo… yo salía a buscar a Jacky y a que me diera el aire.
-Tranquila- dijo pasando por su lado.
En ese instante percibió el  aroma de la reina Bipolar, olía a gloria; a pesar de la lucha siempre olía bien.
-¿Todo saldrá bien?- dijo Levar casi afirmándolo.
Esto frenó los pasos de Rasha obligándole a responder a una llamada de amparo.
-Todo saldrá bien- dijo Rasha absolutamente convencido.
-Y ahora, ¿que esperamos?- dijo casi en el mismo instante en el que el león había tomado la decisión de entrar en el farm.  
-Hasta el amanecer no podemos movernos de los farms. Justo cuando el sol empiece a asomar, Pal, la otra mutante, nos mandará información acerca de la próxima reunión de la Secta.
-¿Cuál es la intención de todo esto?- preguntó aturdida.
-Llegar a la Ciudad Negra. En la próxima reunión nos mezclaremos entre ellos. Hay que llegar a la gran concentración de mutantes azules y averiguar como encontrar la bola que nos llevará al Faraón.
-Sabes… intuyo que en el fondo los mutantes no son muy distintos de los terrestres. –pensó en voz alta.
-Los mutantes en realidad han olvidado quienes son.- descubrió Rasha en voz alta. –Pero si te refieres a los mutantes rojos, si, tal vez sea cierto, aunque no conozco a los terrestres a la perfección.

El mutante Ja, que estaba en el umbral de la puerta, no se había atrevido a interrumpir la charla entre la reina y el león. Pero al oír que hablaban de sus compañeros, tuvo la necesidad de participar.
-Los mutantes saben quienes son- dijo tajantemente saliendo a la luz.- Unos han elegido y eligen la comodidad de no cambiar nada para asegurar su bienestar material. Nosotros, sin embargo, vivimos refugiados en las cloacas porque queremos que nadie nos robe esa autenticidad que la Secta busca con tanto ahínco.
-¿Y como lográis vivir en una comunidad tan contraria a vosotros?- se preguntó Levar casi sin esperar respuesta. Aquel mutante tan alto y cordial le aportaba confianza.  
-Somos parte de ella. Pero odiamos al Faraón. Sus formas y artimañas son insensibles y egoístas. Aquí en la espiral hay una política insurgente y ellos saben que no podrían hacernos frente aunque quisieran. Somos mutantes rojos y no podrán con nosotros- dijo haciendo que su voz retumbara en la cuenca del río.

De repente a Levar se le ocurrió una idea interesante. Se acercó, más si cabía, al mutante Ja y este se vio algo intimidado.
-¿Qué pasa si atacamos al Faraón?- preguntó inocentemente.
-Es lo que haremos, reina Isthar. – contestó algo enfuruñado Rasha. Las cercanías entre la reina y el mutante le incomodaban.
-No, no. No me refiero a eso. Me refiero a que los mutantes rojos se sumen a nuestra lucha- argumentó dirigiéndose al líder.
-Sería algo disparatado pero, si se pudiera hacer, conseguiríamos algo más. O quién sabe, quizá mucho más. Sin embargo, llegar a la Ciudad Negra y hacer que seis farms pasen desapercibidos supone una tarea que aumentaría en dificultad si añadiéramos más luchadores. ¿Cómo podríamos desplazarnos sin que ello supusiera un obstáculo?
-Creo que sería impensable. Los mutantes no lucharán junto a nosotros. Agradecemos la alianza con vosotros, Ja. Pero no creo que seamos del agrado del resto de mutantes rojos.
-Quizá los medios justifiquen el fin- pensó Ja en voz alta. -Habría que hacer una comitiva especial de mutantes rojos. La idea no es tan descabellada.
-¿Y de donde sacaríamos mas farms?- exclamó Jacky saltando del farm y asustando a Ja y a  Levar.
-No sé. Quizá la antigua estación… - propuso Sofía con un brillo especial en los ojos.
-Hay farms en la estación abandonados que solo necesitan ciertos arreglos- razonó contemplando a Jacky que la miraba también con un brillo adicional. -Tendríamos que buscar a unos pocos mecánicos que los hicieran funcionar. Y no dudo para nada de la voluntad de los rojos. Ellos están deseando que algo así suceda.
El mutante miró a Rasha para confirmar su aceptación y, el león, a su vez,
le dio su beneplácito con los ojos entendiendo a la perfección los gestos del mutante.
-Avisaré a Pal.- aventuró el hombre liláceo.- Habrá cambios de planes.
-¿Tu qué opinas?- preguntó Ja a Rasha algo ruborizado.
-Creo que complicaremos las cosas. Pero si se suman también los mutantes rojos la lucha será mas fiera. –dijo en tono de sentencia.
-Bien, si me lo permite Rasha, contactaremos por la mañana con Pal  y seguramente cogeremos rumbo hacia la antigua estación. Está apunto de amanecer… No tardaremos en hablar con ella.  
-Todos deberán estar dentro de los farms. Si quieres te ayudo a avisar a todos los farms sobre los nuevos planes-. Propuso con cierta modestia. Sabía que un líder no permitiría que le dieran órdenes. Tal vez porque no había conocido antes a Rasha.




El círculo de Levar entró en el farm. El líder felino alternó de uno a otro dando la orden de que no salieran de ellos. Seguía siendo un león tozudo e intimidador, hecho completamente para luchar, con lo cual nadie aparentemente podía levantar sus órdenes…
 Luego volvió a su farm.
Todos hablaban de los nuevas decisiones, enrojecidos y algo entusiasmados.

-¡Pero si son malditos mutantes!- gritaba Tania. – Yo no quiero saber nada. Me niego a luchar junto a mutantes.
-No son azules son rojos, Tania. Los insurgentes de la espiral de los mutantes- dijo tratando de calmarla Levar- Los azules son los que siguen al Faraón.
-Si son insurgentes tal vez no puedan traicionarnos- dijo menos enfurecida.
-Cualquiera puede traicionarnos. – espetó algo mas realista Jacky.
-Yo fui perro del Oeste por un tiempo, Quizá ahora me sienta como un insurgente -declaró Blod.  -Yo comprendo a estas gentes. No tiene opción y si les das una que sea convincente, tal vez participen de corazón.
-Reclutaríamos a más individuos. Nos vendría bien- procuró Pripe el león de Judá.
-No olvidéis que puede ser peligros. Quizá desatemos la ira de dos espirales. –añadió Najren.
-Nadie dijo que fuera a ser fácil- intercaló Levar con una mirada de sospecha en su rostro. – Pero es una buena encrucijada. Debemos luchar de una vez por todas para restaurar el equilibrio. Yo se lo debo a la Tierra y vosotros se lo debéis a vuestras respectivas espirales.  Este no puede ser el fin de la vida y la magia.- Agregó resuelta.
-La reina tiene razón. Yo me sumo a la causa- dijo Ari optimista.
-Ahora debemos esperar que los mutantes rojos acepten- expuso el chamán Lucas.- Cuando ellos lo hagan todo ira sobre ruedas.
-Olvidamos a los . Ellos colaboran con los mutantes azules y probablemente estén buscando a la reina Bipolar tanto como ellos.
-Deberíamos dejar a la reina Bipolar en un sitio seguro donde no la encuentren. –interfirió Pripe refiriéndose a Levar.
-Claro, y a ti te dejamos en otro y ya si eso te buscamos un día de estos- se ofendió la mujer de ojos plateados.
-La reina debe luchar y luchará. He comenzado este viaje con vosotros y no me bajaré ahora del tren. Si me habéis hecho entender que soy valiosa ahora no puedo demostrar lo contrario aunque al ver sangre sobre el suelo mis entrañas se resistan. –terminó de decir Levar con los ojos enrojecidos.

Tso se quedó boquiabierto y se acercó levemente a Levar hasta agarrarla de una pierna y abrazarla.
-Tranquilo.- Musitó Levar- No son mas que hombres asilvestrados.
-¿Lucharás? –preguntó el desahuciado casi murmurando.
-Lucharé- contestó esta convencida.
-Deberíamos preguntar a los otros grupos si están de acuerdo- comentó Ja.
-Ya lo he preguntado. Ya se están concienciando de que saldremos hacia la antigua estación de trenes -convino Rasha.- Está todo en marcha. Falta que hablemos con Pal sobre los nuevos cambios. Hay que despertar a los mutantes rojos…

El grupo se calmó mientras Ja y Sofía salían a la superficie para ponerse en contacto con Pal.
Todos estaban algo inquietos y cada uno desde su posición reflejaba una actitud distinta.
Algunos temían lo peor como Blod, Ari y Najren. Otros como el chamán confiaban en que se iban a poder manejar cualquiera de las circunstancias. El resto estaban cargados de adrenalina y solo veían la posibilidad de acercarse a cada rato un poco más a Sión.
Sión era la meta a seguir, la tierra prometida. Pero curiosamente cada día se acercaban más al Faraón…




Levar albergaba la esperanza de estar en paz con todos aquellos que ella quería de corazón. No le confesó a nadie la ansiedad que le había supuesto esta situación pero aún tenía una conversación pendiente con uno de los luchadores lo cual añadía al asunto una doble partida por resolver.
Jacky se había mantenido al margen de la conversación. Examinaba a  Levar y solo encontraba una mirada perdida en el infinito.
Eso le hacía pensar al Keburis en su propia trasmutación.  Había vivido unos largos años de encrucijada ascendente. En la espiral de los hijos de Acuario se le quería y se le respetaba. Y ahora se encontraba en un cruce de caminos: expuesto a venerar el poderoso valor de Sión que todos compartían pero que él no había   defendido con anterioridad, y clavando su mirada en una extranjera peculiar que le estaba ayudando a redefinir muchos de sus valores.   
Ya no estaba en casa y desde que había iniciado esta aventura había visto a la mujer Bipolar cambiar en mil estados de humor. Sin embargo había aprendido a apreciarla porque era mas estable en sus sentimientos de lo que nunca había visto en cualquier Alfariano. Ahora necesitaba aquella gran sonrisa para sentirse bien…De hecho se encontraba entre los luchadores porque, a pesar de que la situación se complicaba cada vez mas, mataría por esa sonrisa. La reina bipolar se había convertido en su propia reina y su reino tenía un rumbo perdido hacia el amor. Ahora ya nada podría refrenar su deseo de protegerla y proteger  a Sión con ella.





-Reina ha sido muy valiente que aconsejaras a todos que nos uniéramos a los mutantes rojos. –manifestó Jacky.
-Solo ha sido una idea- contestó- Quien sabe, quizá podamos derrotar así al Faraón.
-Es muy esperanzador de tu parte pero esa tarea no solo es ardua sino casi imposible- dijo dudándolo de su propio optimismo general.
-¿Quién sabe, Jacky? Estamos haciendo historia.
-Eso no lo dudo reina Isthar. Pero si tu mueres todo habrá sido en vano.
-Si yo muero la lucha seguirá, pequeño.
-La lucha para mi es que tu estés bien. Al fin y al cabo apostaste por mí- confesó.
-Tú me obligaste tirándome de las manos- rió ella con total complicidad.
-Sin duda eres especial. Eres mi reina…
-En ocasiones he creído que me tenían miedo. – confesó Levar.
-No es miedo aunque también- rió jovialmente- Es difícil adaptarse a ti. Eres, como dijo la reina de los leones Negros, un caballo salvaje raro.
-Gracias, me lo tomaré como un piropo- contestó- aunque lo que más necesito es un abrazo tuyo.
-¡Hecho! 
Entonces Levar  le cogió fuertemente y le achuchó durante varios minutos.
Levar sintió un alivio en su corazón, un sentimiento de amor puro. Mientras se abrazaban un destello rosa de luz salía de ambos.
Tania y Blod que estaban cerca se unieron al abrazo. El keburi y Levar eran unos seres excepcionales…




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-Charlie... -me dijo susurrándome al oido- ¿Son todas las heridas iguales?
-No, algunas son profundas, tanto que si escabas no las encuentras.
-¿Y si yo he encontrado la tuya?
-No digas tonterías, a veces nunca se entiende porque se ama o 
porque se muere.


Istharenlanoxe.


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