El contenido de La espiral Bipolar se engloba en un libro de alrededor de 140.000 palabras (o al menos eso creo de momento) Aquí haré la honesta y árdua tarea de transcribir los cápitulos en varias fases para una lectura mas fácil. Y sobre todo compartiré el arte porque el arte que trasmite es el arte para TODOS.
La curiosidad dió sentido a nuestros pasos y nuestros pasos nos llevaron a ella...a la curiosidad bajo el influjo de las mismas espirales.

{Os mando la energía... si queréis saltar os espero en la otra espiral}

lunes, 10 de septiembre de 2012

CAPITULO 10, 1º PARTE



La formación de los círculos. Año 2045*




Todos se acercaron aglutinándose entre los asientos y el gentío, expectantes hasta que llegara Rasha. Algunos, que llegaron tarde para coger asiento, se sentaron en el suelo. Otros se quedaron de pie, incluyendo algunos león de Judá y algún que otro Ecodita que iba más retrasado en el andar que el resto.
Mientras el Consejo se esperaba pacientemente a que acudiera Rasha, Levar se acercó a la casa de la reina Madre.
Cuando llegó, buscó a alguna princesa y encontró una joven que aún recogía algunos utensilios de la cocina. La sesión en la que prepararon dulces lo había dejado todo patas arriba. La muchacha le comentó a la reina bipolar que un chamán acababa de salir de la casa.
Levar salió con paso firme y encontró al chamán Ribe unos pasos más alante. Le explicó su dolencia y éste le aconsejó que se pusiera hielos y cuando bajara un poco la inflamación se untara con mantequilla y perejil.
Volvió a la casa. La princesa seguía con sus labores. Era una dulce joven de unos catorce años, con tez blanca y dulzura en los ojos. Dejó sus quehaceres y le ayudó con el hielo y la tela, incluso le untó la mantequilla y el perejil cuando la inflamación bajó. 
Cuando salió y llegó a los asientos de mármol, todo el mundo estaba en silencio. Estaba hablando la reina Makkeda. Era una mujer de una gran belleza y estatura. Ahora su pelo era largo y sedoso y lo tenía recogido con dos orquillas en las entradas. También vestía como una guerrera, con la diferencia de que su falda era larga y finamente replegada. Por otro lado, tenía una larga toga que cubría media espalda y medio pecho por delante, de un color gris plateado.
Su gran voz se metía entre todos los entresijos de la reunión.

-Hemos sido cobijados por los leones de Sión, los leones Negros… Algunos han hecho un largo viaje para llegar hasta este punto -dijo señalizando a la gente-. Otros han hecho grandes esfuerzos para tratar de tener una actitud guerrera -dijo mirando a los Ecoditas-. Así que nos une la garra y la fuerza que este pueblo ha sabido aportar sabiamente con su entereza y su tolerancia. Gracias por todo a los leones, y gracias por estar ahí luchando hacia la liberación.
En ese momento, todos aplaudieron eufóricos llevados por la pasión y las ganas de lucha.

-Ahora hablará Rasha -dijo señalando su asiento, aunque él aún no había llegado.
Todos miraron en rededor. El león, que llevaba unos minutos  detrás de la piedra rezando a sus ancestros,  subió al altillo por fin gracias a que fue por uno de sus leones fieles.

-Perdonar, necesito hablaros de algo importante.
Su tez estaba seria y algo pálida de no dormir lo que hacía que su aspecto moreno esta vez no lustrara en su esplendor.

-Todos hemos llegado hasta aquí, el camino no ha sido fácil pero ahora deberíamos mirar hacia adelante. Me he reunido con todo el Consejo y están de acuerdo conmigo en lo siguiente: he elaborado una estrategia, junto con los leones de Judá, que nos será de gran ayuda.

Miró a todos los allí reunidos e hizo una pausa. Todos se miraban inquietos y sorprendidos. Nadie había planteado ninguna táctica hasta el momento. No habían previsto ni si quiera que el líder pudiera hacerlo.

-El único modo de vencer al Faraón -siguió diciendo convincente- es introducirse en su mundo, ser parte de él y vencerlo desde dentro -hizo una pausa y continuó-. Es importante que tengáis claro que debemos proceder así.
Se oyó un murmullo al unísono.
-Entraremos en la espiral de los mutantes azules y nos haremos pasar por ellos hasta que encontremos a los π -hizo una pausa y tragó saliva-. Ellos nos llevarán a la bola del Faraón. El único modo de vencerle es convirtiéndose en su esclavo.
Las voces se sumaron a un descontrol y los leones, que estaban entre el tumulto, apaciguaron como pudieron el ambiente hasta que Rasha pudo hablar de nuevo.
-Así que entraremos en su espiral a través de la espiral de los mutantes. Una vez dentro, elaboraremos una estrategia para llegar a la espiral del Faraón y poder atacar su templo. Aunque el Faraón sea nuestro objetivo, antes deberemos pasar desapercibidos, como si fuéramos  π, es decir, convertirnos en uno de los suyos.

Todos se quedaron anonadados. La estrategia sonaba bien, pero realizarla supondría bajas seguras.
Los visitantes tenían preguntas. Todos temían las bajas, pero en ningún momento tenían previsto hacerse pasar por π.

-¿Cuántos seremos? -gritó uno desconcertado.
-¿Cómo entraremos tantos en la espiral de los mutantes azules? Va a ser imposible pasar desapercibidos-gritó un hijo de Acuario.
-Tendremos preparados seis farms -dijo, haciendo caso omiso de las preguntas-. Partiremos mañana, después del desayuno. Teóricamente llegaremos a través de una bola flotante hasta los desiertos del Cuervo llegando allí a mediodía. Lo demás iremos programándolo  sobre la marcha. Habrá que observar al enemigo de cerca.



Levar miraba asombrada las reacciones de los grupos. Por un momento habían perdido la serenidad y el valor. Todos estaban desconcertados y perdidos en su propio desierto mental.
Levar pidió permiso al chamán Lucas para hablar haciendo un gesto sutil con la mano, luego le susurró en la oreja en palabras su deseo de declarar sus pensamientos. Éste se lo concedió ansioso de oír su  homilía.

-Rasha, ¿me permites…? –dijo musitando y apartándole del centro. El león se apartó asombrado pero con total respeto. El chamán se quedó de pie frente a todo el mundo, e hizo un ademán consiguiendo que la reina Bipolar se acercara y se posicionara en el lugar del líder.

Cuando Levar se puso en el lugar donde estaba Rasha fisicamente comenzó a decir:
-Visitantes y leones… quizá yo no sea la adecuada para luchar en el Universo Alfa como una más. Pero eso ya me trae sin cuidado. -Hablaba y gesticulaba continuamente con sus manos.
-Ahora soy la reina Bipolar, he luchado en muchas ocasiones por mi vida, me he sentido en un pozo otras tantas y siempre he conocido las dos caras de la verdad in extremis. Esta vez quiero luchar por la cara de la verdad de Sión, y mi lucha no será un deseo extremista de ganar, es un deseo de que todos juntos lo hagamos. Cada uno de vosotros ha hecho que me sintiera mejor, cada uno me ha dado un cachito de su corazón. El Faraón para mi no es el peor de los pozos. Yo misma podría haber caído en sus redes- en este momento la reina Madre la miró con compasión.
-Sin embargo, la encrucijada ha querido que yo siguiera viva y que me hiciera fuerte. Si alguna vez caigo no temáis, porque el extremo de mi balanza puede cambiar, entonces, después de un pozo, probablemente vuelva a renacer como Ave Fénix. Hay que tener esperanza en nuestros corazones -dijo mientras todos se sumaban en un silencio sepulcral-. Hay que recordar que Sión es más fuerte que cualquier cara del mal y confiar en ello porque el Faraón solo no hace nada, es un ser que necesita de la esclavitud de los demás -dijo entristecida-. Somos más poderosos porque nosotros, entre todos, componemos un puzzle indestructible: Sión.
-Gracias por devolverme a la vida –terminó diciendo con suavidad y dulzura-. Gracias por haberme enseñado que Sión también soy yo.

Entonces todos se levantaron y comenzaron a aplaudir, silbando y vitoreando.
Levar había conseguido sembrar esperanza en sus corazones. Y Rasha, que no salía de su asombro, se acercó a ella para agradecerle que cambiara su discurso.
-Ambas partes eran necesarias -le contestó alegremente ella.
Ahora acontecería para los visitantes la última celebración de la ganjha sagrada.






Todos se dirigieron a las bancadas de las brasas. La reina ya había llegado antes y se encontraba moviendo el agua con una gran pala de madera, mientras una princesa echaba la pasta de ganjha.
Jacky y Tania estaban algo desconcertados. Hablaban entre ellos sin parar acerca de cómo sería estar en la espiral de los mutantes azules. Nadie solía pasar esa pantalla, excepto en circunstancias excepcionales, como lo hicieron en alguna antigua batalla los leones y como la harían ahora los guerreros que había reunido Rasha.
Ambos se mezclaron entre el gentío entusiasmados  por los gestos de celebración y por todo lo que se había estado hablando sobre la lucha.
De camino a los comederos, Levar se encontró con Blod y le siguió para sentarse junto a él; ambos solo harían acto de presencia ya que no podían beber ni ingerir hierba; inconscientemente que ambos compartieran esta responsabilidad les calmaba.
A ella, de las celebraciones, le encantaban las batucadas. Gracias al sonido de los tambores no podía dejar de bailar en toda la noche y eso le aliviaba del estrés y la ansiedad, además de que le entusiasmaba moverse y bailotear emborrachada de unos movimientos espontáneos y mágicos.
Por el camino se les unió Ággelo.

-¡Kufu! -exclamó Levar-. ¿Qué harás? ¿Vendrás también a la espiral de los mutantes?
-Creo que sí, soy el único Ággelo, así que me tocara representar a mi espiral. No se si lo sabes pero mi espiral también ha sido infectada por π. Tendremos que poner de nuestra parte, supongo- manifestó con un gesto de resignación.
-Quizá tengas problemas con los π, entonces…
-Bueno, los Ággelos  podemos aparecer y desaparecer en cualquier momento. No será tan díficil para mí esquivar a un π.
-Claro, eso supone una gran ventaja –dejó caer pensativa.
Zanjada la conversación siguieron andando hacia las bancadas.

Cuando se sentaron, Ággelo quiso hacer más preguntas. Parecía interesado en todo lo que le ocurría a Levar.
-He oído que tuviste un incidente negativo con la hierba de Judá.
-Si, la verdad que lo pase horrible, pero todo quedó en eso, en un susto. Creo incluso que me hizo más fuerte.
-Siempre has sido fuerte -le alabó.
-Bueno, así, asá. -Puso cara de repugnancia-. ¿No recuerdas mis crisis? A ti no te hacían mucha gracia, recuerdo.
-Bueno, no entendí lo importante que eran las señales.
-Bueno, diste a entender que eran incordiosas, además nunca entendiste el valor de las señales…
-Tranquila, eso no ocurrirá ahora. Ya no más -dijo jurándolo con la mano en el corazón.
-Sabes… ahora que recuerdo… no quisiste hablar de todo lo ocurrido cuando nos separamos -dijo con la expectativa de escudriñar sus intenciones presentes.
-Claro, yo también estaba dolido.
-Te comprendo, Kufu, pero no era para tanto. Te traicioné con uno de mis amigos, pero si hubiera sido al revés yo no podría haberme separado de ti.
-A ti no te pasó. Quizá por eso no lo entiendas. Pero ahora ya no volverá a suceder jamás -dijo con una sonrisa-. Ahora no puedo pensar en eso, solo miro tus ojos grandes y pierdo la noción de todo lo demás -espetó mirándole a las pupilas fijamente.

 Ambos se acercaron, y él se arrimó aún más a su cuello.
-Cuanto tiempo sin olerte.
En todo este rato, Rasha observaba desde las bancadas. Volvía a sentir ardor en el estómago; volvía a sentir furia.
–Ya ves, huelo igual -dijo apartándose de él-. Qué cosas, eh…
-Dime la verdad… -siguió diciendo ella-. Dejamos de hablar porque yo ya no te importaba o…
-No volvimos a hablar porque fue doloroso para mí. Perdí la confianza en ti y ya no podía creer en tus palabras.
-¿Y ahora sí? -preguntó escéptica.
-Ahora es distinto. Además, como Ággelo, tengo otra encrucijada.
-Supongo… -contestó ella.

Entonces el Ággelo cogió a Levar, pasándole las manos dulcemente por pelo y sus orejas y le dijo:
-Pequeña, ya estás perdonada. Ya te perdoné, así que, olvídalo ya.
-Me gustaría, pero me hizo daño tantos años… porque yo si te quise.
-Y yo, preciosa, y yo –dijo en tono de confesión.
Entonces acercó sus labios a los de la reina Bipolar y esta se dejó besar.
Al hacerlo ambos cerraron los ojos.
Luego él la miró y dijo:
-Fue tan dulce… -y dejó sus labios entreabiertos.
-Kufu… -murmuró.
-¡Levar! -le pegó un codazo Tania-. Mira qué juego con fuegos. Ese león es especialista, ¿eh?
La estrategia de Tania sirvió para que la mujer bipolar dejara de lado a Kufu y mirara los fuegos algo hipnotizada.
Él era dulce y elegante, pero… jamás olvidaría aquella traición.



Tso salía con una princesa de la casa de la reina. Había mejorado considerablemente y ya podía andar, aunque sus pasos eran lentos.
Se dirigió a la reina Bipolar. Esta le acogió con cariño y se sentó sentándolo en su regazo. Después se lo presentó a Ággelo y cuando este le dio la mano, Tso arrugó la nariz.

-No te preocupes. Lo hace con todos los nuevos –sonrió ella.
-Reina Levar, las batucadas empiezan -sonrió Blod, consciente de que a ella le encantaban.
-Genial, es mi parte favorita - dijo la reina bipolar entusiasmada.

La terrestre bailó con todas sus fuerzas, ignorando las miradas de los curiosos, que no eran pocas. Jacky y Tania la acompañaron en todo momento, y el gran can junto a Tso sonreían contagiados del ímpetu de los músicos y bailarines.
La noche transcurrió entre risas y bailes a golpe de tambores y darbukas.
Rasha no probó ni una vez la ganjha sagrada. No estaba preparado para cambiar de pantalla. Solo deseaba tener el privilegio que un Ággelo había estado teniendo con Levar durante toda la celebración…
La reina Madre se retiró pronto. Los visitantes, poco a poco, se iban retirando a la tienda provisional y los leones, aún con los cuencos de hierba en la mano, iban cayendo rendidos en un estado de profunda narcosis.
Levar estaba extasiada, y dentro de su vorágine de sentimientos, logró ver a lo lejos a Rasha. Se estaba marchando  hacia casa. Dejó los bailes y se acercó a él.

-Espera -le gritó.
El se paró y la observó impertérrito.
-¿Qué quieres? –inquirió con reservas.
-Nada, al menos darte las buenas noches.
-Buenas noches -contestó.
Cuando se iba le volvió a gritar:
-¿Podemos hablar?
-No, Levar. -dijo entristecido-. Es tarde.






Cuando Levar llegó a la tienda provisional, habló con Blod de inmediato.
-Blod, despiértame pronto -le dijo estirándole de la ropa.
-Reina Levar, ahora, desde que tengo este cuerpo, duermo más… -dijo algo resignado.- No se a que hora me levantaré.
-Lo sé, lo sé. Tu despiértame a tu hora, que seguro no habrá salido el sol.
-Bien, así lo haré -dijo adormilado.

Levar se durmió con una ensalada de sensaciones. La lucha le retaba y le inspiraba respeto. Todo lo que habían hecho estas gentes había sido inesperado para ella. Habían sido gentiles, comprensivos y cariñosos. Ser reina Bipolar, de hecho, le proporcionaba cierta seguridad, pero al mismo tiempo algo de miedo.
La reina Madre había sido excepcional con ella y Rasha le había ofrecido algo que solo él podía darle. Y aunque estaba Kufu con su dulzura y una horrible belleza que le atraía para sí, por fin había comprendido su encrucijada en la espiral de los leones de Sión. Por un lado, tenía que aclararlo todo con Kufu, y por otro, aún faltaba por resolver la situación con Rasha.
Esta, hasta el momento, había sido una aventura llena de emociones de la que no sabía si saldría viva, y en cualquier caso, tampoco sabía cual podía ser su destino futuro.
Si la muerte infernal existía, serían los agujeros negros y presentía que a ella no le tocaba, a estas alturas, caer en un nuevo pozo.
Ahora todo había cobrado otro sentido: la lucha por Sión, la lucha por los Alfarianos, la lucha por la Tierra.






Blod llamaba a Levar insistentemente. No había manera. La chica bipolar dormía profundamente.
Él se propuso despertarla con efectividad así que le gritó en la oreja de forma continuada:
-¡¡Levar, Levar, Levar!!
Ésta se levantó de un brinco.
-¿Qué pasa? Déjame dormir -remoloneó.
-Tienes que levantarte para hablar con Rasha. Lo dijiste entre sueños -rió este.
-Vaya, a ver que hacemos.
Entonces se desperezó y se acercó a la fuente que habían habilitado para la ocasión, fuera de la tienda provisional. Allí se lavó la cara y se mojó el pelo.
Jacky, que no había podido dormir muy bien, abrió los ojos y se levantó de golpe. Luego  siguió a Levar y se lavó a su lado.

-¿Dónde vas tan pronto? -le preguntó a la reina bipolar medio dormido aún.
-Tengo que hablar con Rasha. Creo que está enfadado conmigo.
-Normal, no haces más que ignorarle -le incriminó Jacky.
-No le ignoro. Además, si le hiciera más caso de lo debido, tampoco se acercaría. Me rehúye haga lo que haga, Jacky. Es cansado hablar con él.
-Claro, es un león recio. Se debe a su honor y dignidad -dijo dando zancadas y parodiando los gestos del león.
-Claro, claro -contestó, queriendo vestir sus palabras.
-Un león recio -repitió ella.


Terminó de arreglarse y fue a vestirse con su vestimenta de guerrera para ir en busca de Rasha.
Este se encontraba en la armería metiendo, en unas cajas de madera revestidas con metal, espadas, venablos, flechas y arcos. Otros leones le ayudaban sumidos en sus quehaceres.



-Hola Rasha.
-¡Qué pronto estás despierta! ¿Dormiste bien? -le dijo mirándole de reojo.
-Si, al menos lo intenté. Quería hablar algo contigo.
-Si, bueno, pues lo siento… Estoy ocupado.
-¿No puedes parar ni un momento?
Entonces, el resto de leones le miraron de modo inquisitivo. Debía hablar…
-Bien, pararé en un momento -contestó serio y confundido.
Cuando dejó el arma que tenía en las manos, cogió a la reina Bipolar y se la llevó junto a la estatua de mármol del león.
-Dime, tengo prisa -dijo, queriendo eludir la conversación.
-Quería saber por qué no me hablas -dijo, expresándole con los ojos lo mucho que le necesitaba.
-Es obvio, no se dio el caso.
-No me hablaste en la reunión del consejo y tampoco en la celebración, ni tan siquiera cuando me fui a dormir.
-¿Estoy obligado a hacerlo? -contestó con una pregunta.
-No, pero por favor, no me digas que no puedes hablarme -dijo enfadada-.
-¿Qué no puedo hablarte? ¿Acaso te has permitido tratarme con normalidad?
-Pero, ¿por qué me gritas? -dijo estallando en cólera mientras le cogía de la camiseta.
Éste le apartó la mano y le cogió de la muñeca.
-Eres una egocéntrica, niña. Yo solo he hecho lo mejor para la reina Bipolar. Ese era mi deber -dijo soltándole ahora la mano-, y además la he protegido incluso por encima de mis creencias. Eso debería bastarte, ¿no crees? -añadió-. No puedo darte nada más.
-¿Por qué? -dijo agachando esta vez la cabeza.
-Ahora has sellado tu boca con otros labios. Mi punto de inflexión no cambiará.
-No entiendo, ¿lo dices por Ággelo? -le miró perdida.
-¿Acaso quieres perderte en otros brazos más?
-Kufu acaba de llegar, es inofensivo y aún me recuerda.
-Elige lo que te plazca. Yo no puedo dejar que juegues entre dos cuerdas.
-Rasha, yo le hice mucho daño. Un daño que tengo que enmendar.
-Pues corre -dijo enfurecido.
-Rasha…. tú… tú… ¿me amas? -dijo extendiendo su mano llena de inseguridad.
-Adiós, Levar. No hay nada más que hablar -dijo marchándose hacia la armería.


Levar agachó las manos expresivas y miró al suelo. Luego se postró ante la arena y comenzó a llorar desconsoladamente cuando Rasha ya se había marchado.
Un viejo anciano que vivía cerca de la plaza del león salió acercándose directamente al lugar donde estaba ella.
-Niña, levanta, hay que llorar sentados, por lo que pueda pasar.
El anciano la cogió agarrándola del brazo y se la llevó hasta las bancadas, cerca de las brasas. Debía comer algo antes de partir.


Después de consolarse con la serenidad de aquel hombre, se fue con sus compañeros. Cuando llegó a los comederos, se encontró una bella niña de tez negra que no llegaba bien a las mesa. Amablemente se acercó a ella y la acompañó durante todo el desayuno.
Jacky y el resto se deleitaban de las delicias que habían preparado las cocineras.
Levar tenía la mirada perdida, pensativa, hasta que llegó Ággelo.

-¡Hola, bella reina! -exclamó dulcemente.
-Hola -dijo esta sin hacerle apenas caso.
-¿Estás bien? Juraría que estás baja de energías -le psicoanalizó vagamente.
-Es obvio que si tengo la mirada triste es porque estoy baja de energías, aunque visto lo visto en este Universo, en realidad podría pasarme cualquier cosa -contestó irónicamente-. Ah, perdona. No debería ser tan sincera. Recuerdo que no te gustaban mis sarcasmos -increpó, sin ganas de seguir la conversación.
-Bueno, todo tiene arreglo. ¿No crees?
-Si, menos la muerte, como decía mi padre.
-Quizá algunas cosas no tengan remedio -argumentó Kufu, mientras Levar cogía un trozo de pan y lo untaba en mantequilla de melocotón para dárselo a la niña.
-Mira, creo que me haré uno de éstos -dijo Levar señalando el pan y la mermelada- y otro batido de cereales. Están geniales. ¿Los has probado?
-Bueno, no como mucho. Los Ággelos en general no comen demasiado, ya lo sabes. La comida no es necesaria cuando te alimenta el espíritu-. Se justificó reafirmándose en sus propias palabras.
-¡Qué pena! Es uno de los mejores placeres del ser humano y veo que aquí en las espirales también nos siguen -dijo con una gran sonrisa y algo de manteca en la boca.
-Tienes ahí… espera… te quitaré la manteca… ahí en la comisura de la boca -indicó señalando sus labios.
-Ah, perdón, buscaré telas limpias.
-Eres una chica excepcional. Eres tan natural… -confesó poniéndose zalamero.
-Sinceramente, si no lo valoraste entonces, no tiene sentido ni cometido alguno que lo hagas ahora.
-Cuando nos separamos no pude decirte nada. Pasamos la última Navidad juntos y todo se acabó. Ahora estás aquí -dijo Levar dudando por un momento su propia versión de los hechos.
-Ahora estoy aquí y vine a poner las cosas en su sitio.
-¿Qué cosas? -preguntó extrañada.
-Ya lo sabes. -Hizo una pausa y siguió-. Mi perdón, estás perdonada.
-Ah, la traición -musitó Levar-. Ahora estoy perdonada y ya no voy a dormir igual por la noche-. Ironizó.
-Eso es irónico y mordaz, y lo sabes -contestó él.
-Lo siento, me siento dolida. Hoy hablé con Rasha y apenas quiso dirigirme la palabra.
-Quizá no aprendas nunca, Levar -escupió el Ággelo.
-Quizá, si algún hombre demostrara que están verdaderamente unido a mí, todo sería más fácil.
-Lo tendré en cuenta -dijo sonriendo de medio lado y mirándola a los ojos.

En ese momento, Blod pasaba lleno de furia con Tso a su lado.
Levar le paró:
-¿Qué sucede? ¿Dónde vas corriendo? -preguntó ávida de una explicación.
-Un león me trató como un desahuciado por estar con Tso.
Tso, que se había recuperado aunque con alguna pequeña reserva, saltaba de alegría al ver la comida.
-¿No habéis desayunado?
-Claro, pero Tso quiere dos veces, y si le dejas tres -dijo agotado.
Entonces ambos se pusieron a reír estrepitosamente.
Ággelo les imitó con la sonrisa y Tso, sin tener en cuenta lo que se decía de él, se puso a desayunar otra vez.
El resto, que ya se habían provisto de alimentos más sólidos, se cogieron vasos de zumo de mango y se sentaron en las bancadas.
Una gran mayoría de visitantes ya habían desayunado, pero ahora faltaban algunos hijos Nacientes y algún hijo de Acuario también, que serían los últimos en recargar energías con los alimentos matutinos.






Rasha fue llamando a los rezagados. Debían organizarse.
Las cajas de las armas estaban preparadas para cargarse en los farms. Faltaban los luchadores.
Cuando todos estuvieron en la explanada, Rasha les habló:
-A partir de ahora iremos en grupos de ocho individuos. En cada farm habrá tres grupos. En total, seremos seis farms.
-Un total de ciento cuarenta y cuatro individuos. Me encantan las matemáticas -dijo Jacky ipso facto, enseñando los dientes en una gran sonrisa.
-Repartiremos ahora los círculos o grupos –dijo esto último dirigiéndose a Levar para que le quedara claro-. Debemos elegir seres de facultades distintas. Así podremos aprovechar los dones de cada espiral. Todos tenemos que tener un Keburi, una reina, un hijo de Acuario… y así sucesivamente.
-¿Quién dividirá a los grupos? -gritó un hijo de la Liberación que llevaba una honda en la mano. El resto de grupo supuso que él quería ser elegido.
-Sugiero que elijáis a uno de vosotros para hacer las elecciones de los miembros de cada círculo. Alguien razonable, que sepa hacerlo sin prisas pero sin pausas. Además tendrá que elegir a siete porque él mismo contará como el octavo del grupo.
Se oyó un murmullo rico en exclamaciones.
Ya se estaban buscando los elegidos para formar los círculos. El propio elegido tendría que tener voz de mando porque, aunque no haría las funciones de líder tal y como las debía cumplir Rasha, si debía tomar algunas decisiones importantes.
-Yo elegiré a un grupo -dijo levantando la espada un hijo de la espiral Naciente. Era Ominona, el hijo de la liberación que le había explicado algunas técnicas de lucha durante los entrenamientos a Levar, el mismo que quería cerciorarse de que la muchacha utilizara todo su potencial sin condicionarse por nada.
Todos estuvieron de acuerdo. Ominona lideraría un círculo.
Empezó a elegir y escogió a un Keburi joven que había colaborado con el espectáculo organizado por Jacky; después al chamán Ribe, un hijo de Acuario y un Ecodita, así como un hijo de la Liberación y, respecto a los leones, eligió dos pues eran los mas numerosos y preparados al fin y al cabo.
El hijo de la Liberación dio un brinco cuando fue elegido por Ominona. El muchacho era alto, moreno, llevaba el pelo rasurado y tenían una gran perilla recortada en pico. Su camiseta era roja y sus pantalones tenían dibujos de cuadros rojos y verdes. Tenía una mirada profunda y estaba dispuesto a cualquier cosa por la liberación.

Otro hijo de Acuario levantó su mano ofreciéndose como líder. El resto de compañeros ciertamente le insistían por que su claridad de juicio y su capacidad de funcionar de mentor para el resto siempre había sido evidente.
Le llamaban Watchman que significaba sereno en inglés. Era así porque decía recordar su antigua vida en la Tierra antes de trasmutar a hijo de Acuario. Para recrear estas travesías del pasado solía contar bonitas historias acerca de condes y castillos que sucedían en una región al sur de Inglaterra, donde luchar contra la opresión del Estado suponía ir en contra de la propia vida de uno. Ahora, como hijo de Acuario, era un buen luchador pero siempre consideraba a bien pensar con serenidad antes de actuar lo que le había proporcionado una barriga redondeada y peluda aunque endurecida, como la barriga de un oso pero sin proporciones exageradas.
Rasha hizo que Watchman se acercara. Éste eligió a dos leones, uno Negro y otro de Judá. Luego a un hijo de Acuario, a un Keburi y a la princesa Luz. Y por último, a un hijo de la Liberación y a la reina Makkeda.
Cuando llegó a la reina, la bella mujer le pidió permiso con la mirada al hijo de Acuario para hablar.
Se alejó respetuosamente del círculo y se acercó tres metros de Rasha y le dijo haciendo una reverencia:
-Creo que las reinas, los chamanes y las princesas deberíamos ser elegidos por otros sin cuestionar ni un momento la palabra de los líderes que se escojan por los círculos. Sería lo más adecuado.
Entonces se puso la capucha del hábito marrón que lucía sin apenas rozar el mismo y volvió a retirarse tres metros atrás. Prefería ocultar la alforja  y el traje de guerrera que llevaba debajo con la intención de mostrarse simplemente como una mas del círculo. Esto ayudaría a los propios líderes escoger con objetividad.


Por fin salió Rasha a escoger su propio grupo. Hizo salir primero a Tania y después a un hijo del sol Naciente. Más tarde escogió a Blod y a una Ecodita. Luego a Jacky y al chamán Lucas, y por último, a Levar y a un león de Judá llamado Pripe.
Alguien observó que contando con Rasha, éste círculo se compondría por nueve luchadores.
El líder no necesitó explicar nada pero el león Pripe habló por él:
-Rasha es el líder encargado de organizar todos los círculos. Es por ello que pueden elegir ocho miembros. Además, creo que no es necesario explicar que si la reina Bipolar se encuentra en éste grupo, debemos tomar todas las precauciones posibles.
Fue motivo suficiente para que todos dejaran apartado el tema y siguieran creando los círculos.
Algunos grupos iban surgiendo de manera natural.
El Maestro Chántico, por ejemplo,  y el resto de hijos de la espiral Naciente se fueron escogiendo con normalidad. Las princesas y las reinas que faltaban, incluyendo a la chamán Elsa, también obtuvieron un lugar, que en la mayoría de los casos era privilegiado por las múltiples cualidades que estas Alfarianas tenían a su favor.
La reina Makkeda formaría parte de farm donde viajarían un grupo de tres círculos. Estarían  separados del farm de Levar, pero eran un círculo demasiado fuerte como para mezclarlo con el de la terrestre.
También el grupo de Ominona con otros dos círculos compondría otro farm separado del resto de círculos mas potentes. Rasha había tomado la decisión tajante de no poner a ninguno de los grupos más competentes con otros de igual nivel.
Al final sucedió lo que Rasha temía pero lo que era no solo previsible sino que indicaban que gozaban de un buen ejército: que los grupos estarían organizados y aún quedarían luchadores sin escoger.
La solución fue sencilla para Rasha: se unirían dos miembros más en cada grupo.
Rasha para su propio grupo escogió a otro león y al Ággelo.
No debían retrasarse tanto tiempo, así que líder Negro dio las últimas instrucciones al terminar las últimas disposiciones.
Ya estaban organizados todos los círculos y debían partir.

-Finalmente la mayoría tendrán diez miembros en cada grupo. Es decir que habrá tres círculos por farm y estarán compuestos por diez personas cada uno. -comentó consciente de la situación-. Los farms irán cargados. Así que todo dependerá de los Keburis y su habilidad para abrir pantallas. Al entrar en la bola flotante que nos llevara a la espiral de los mutantes azules debemos prepararnos para camuflarnos antes de encontrarnos con los mutantes. Es entonces cuando tendremos que confiar en las alianzas que mantenemos con algunos de ellos. Será necesario vestirnos como ellos.


Levar, mientras Rasha pronunciaba estas palabras, se vio, instintivamente, matando a un mutante y a un π y la escena hizo que sintiera un escalofrío por le recorría todo el cuerpo. No quería ser “Levar la asesina del universo Alfa”. Quería ser “la niña de ojos plateados, la muchacha bipolar de raro humor, la terrestre que venía en son de paz”. Sin embargo, las circunstancias le arrastraban a luchar y, como consecuencia inevitable, a matar cuando fuera necesario.


-En cada farm habrá una pantalla tecnológica -siguió explicando Rasha-. Todos estaremos en contacto continuo unos con otros. Cuando todos estemos junto a la bola flotante, el primer Keburi del grupo pasará la pantalla. Cuando lleguemos a la espiral de los mutantes, nos camuflaremos y, hasta poder hacer un ataque frontal, probablemente pasaran horas o incluso días.
Entonces calló y cogió aire.

En ese mismo instante, un pájaro pequeño, gris y amarillo se posó en el hombro de Levar. Sonrió algo desconcertada. Un pájaro siempre vaticinaba buenas noticias. El pájaro tenía pequeñas vetas de color amarillo en las alas y un pico corto y risueño por su cante. Cuando Levar lo observó detenidamente, el pájaro huyó despavorido.
-Era bonito, ¿verdad? -reparó Jacky mirando a la mujer bipolar.
-Sí, la verdad es que un pájaro… -tartamudeó- siempre trae buenas noticias.
-Los egipcios pensaban que un pájaro traía mensajes de ultratumba, de la muerte y sus ancestros. Aquí todos los relacionan con la trasmutación ya que en ocasiones uno de los ciclos mas comunes es llevar una vida de pájaro y luego trasmutarse en la que a cada uno le corresponda.
-Yo he muerto tantas veces…Jacky -apostilló Levar-. A mi me gusta la parte del Ave Fénix que resurge de sus cenizas.
-Hombre… esa ave no te puede visitar y posarse en tu hombro… -sonrió Jacky.
-En realidad, tengo miedo.- Dijo cambiando bruscamente de tema.
-Yo te protegeré -dijo el Ággelo, que estaba escuchando.
-Bueno, esa no es la cuestión, Kufu -le contradijo sin la menor duda-. La cuestión es que no quiero matar.
Tania, que también escuchaba la conversación, intervino:
-No vas a matar, vas a equilibrar el mal con el bien -explicó Tania convencida.
-¿Y hacerlo matando es positivo? -preguntó inocentemente.
-Podrías quedarte como las princesas de los leones, haciendo pasteles -dijo irónicamente la hija de Acuario-, pero el universo Alfa nos espera. El universo Alfa te estaba esperando, Levar…

Levar estaba preocupada por el desahuciado. Se acercó a Rasha y le preguntó que harían con él.
-Puede venir con nosotros -contestó ampliamente-, pero tarde o temprano tendrá que buscar su lugar en el Universo Alfa.- Dijo con rigor y serenidad.
-Tal vez tenga que ser así -dijo algo entristecida.
Tania, que escuchaba la conversación, quiso participar. Al fin y al cabo la conversación se estaba convirtiendo en grupal.
-Y Ággelo… ¿por qué viene con nosotros? -dijo mirando a Rasha, sin apartar la mirada.
Se oyó un silencio sepulcral y todos miraron hacia otro lado. No les correspondía inmiscuirse en las intimidades de la reina Bipolar y el león Negro.
-Vendrá bien en la lucha.
-Pero si no ha cogido un arma en su vida…
-Muchos no han cogido un arma nunca. No es motivo suficiente para que no la cojan ahora -dijo resarciéndose en sus palabras.
-Rasha -exclamó Do, el otro león Negros que Rasha escogió casi al final-. Los grupos están preparados. Han salido varios luchadores a traer los farms. Tendremos que esperar a que atraviesen la selva.
-Bien, esperaremos. ¡Corred la voz! Desarmaremos la tienda provisional y ensayaremos con algunas armas, mientras esperamos a los farms.
Todos acataron sus palabras y se pusieron a deshacer la tienda. Algunos aún tenían cosas dentro que tuvieron que coger apresurados.
Al final partirían a mediodía.

Mientras tanto, el círculo de Levar, que ya se estaba comportando en unidad, mantenía conversaciones triviales.
-¿Qué tal has dormido hoy? -preguntó Levar al perro del Oeste.
-Bien, creo que hoy tus ronquidos se han difuminado con el murmullo de los que no podían dormir.
Levar rió cariñosamente.
-Y tu forma humana, ¿qué tal va, grandullón? -preguntó Jacky sonriendo.
-Bien, supongo…
-Sigue teniendo la misma fuerza y la misma bondad -opinó Levar.
-Yo creo que debió ser un perro espectacular -dijo Ari, la Ecodita que Rasha eligió para el grupo. Era una muchacha sana y noble y parecía dispuesta a hacer lo que fuese por la reina Bipolar, además de que podía ayudar también con las pócimas. En realidad para Levar aquella muchacha era como un bálsamo y fue una de las primeras Alfarianas-Ecoditas que aceptaron a la terrestre en toda su amplitud.
Blod sonrió agradecido a la Ecodita.
En ese momento, un hijo de la espiral Naciente se presentó ante el grupo.
-Soy Najren. Supongo que tarde o temprano serán imprescindibles las presentaciones. He sido elegido por Rasha para estar en vuestro círculo.
Soy pariente del Maestro Chántico.
-Me habló muy bien de ti y me trasmitió un mensaje para ti: “confía…”-declaró mirando a la terrestre.
Era un muchacho bajo de estatura, con el pelo negro, alborotado y crecido a trasquilones; además tenía unos rasgos dulces y afinados donde resaltaban sus ojos negros rasgados. Vestía similar a todos los hijos de la espiral Naciente pero, por su juventud y su rebeldía inherentes, no soportaba llevar fajín ni colores estridentes. Solo llevaba un kimono cruzado de color beis atado a la cintura con un cordón marrón y un pantalón de lino de color caqui.
-Gracias por el mensaje.- Contestó Levar algo desconcertada pero gratamente impresionada.

-Y yo, al igual que Najren, también fui elegido. Soy Pripe, león de Judá.
Todos se miraron unos a otros saludando al mismo tiempo a los tres desconocidos; Ari, Najren y Pripe, ya que Ari para la mayoría era desconocida o simplemente había pasado desapercibida.
-Al chamán supongo que ya lo conocéis todos -dijo Jacky, poniendo una mano en el hombro al chamán Lucas.
-Cierto, y quería aconsejaros algo para los nervios.- Abrió la mano y enseño una fruta arrugada.
-Esto es fresa deshidratada -dijo, sacando una bolsita del interior de su hábito. Después, aun con las fresas en sus manos, repartió un cacho generoso a cada uno.
-Usadla cuando queráis. Está bañada en tila y hierba luisa. Nos vendrá bien a todos. Pues bien, ya está el grupo al completo. Falta Ággelo, que se ha ausentado y no sabemos por qué.
-Será para arreglarse la vestimenta -rió Tania, ironizando.

El resto de grupos también se fueron presentando, unos mas empáticos que otros pero todos unidos por objetivos similares.
Mientras tanto Rasha preparaba el campo de lucha. Cogió algunas espadas y venablos, y llamó a los chamanes y reinas para que hicieran acto de presencia.
Comenzaron realizando juegos inofensivos donde los Keburis daban saltos mientras las espadas de los hijos de la espiral Naciente marcaban solo a los más diestros, haciendo una danza de la lucha singular.
Por otro lado, los chamanes, por primera vez en los entrenamientos, se pusieron a medir sus fuerzas energéticas con los leones y los hijos de la Liberación.  Algunas escenas resultaron estrambóticas y pintorescas por las reacciones inesperadas de los chamanes. Quizá su fuerte era mas intelectual y espiritual pero combinados podían sacarle partido a la escasa movilidad y elasticidad de la que gozaban.
Levar entró a participar después de haber permanecido observando un rato.
Recordó las palabras mágicas:
“Agarra tu energía con todas tus fuerzas y luego suéltala gradualmente. Si no puedes de forma regular, explota y rómpete por completo.”
Nadie podía competir con ella, excepto el Ággelo, que tenía la facultad de desaparecer.

Mientras ella reía con Ággelo acerca de los juegos, un hijo de la espiral Naciente se acercó a Levar y quiso confiarle un secreto al oído:
-Cuando el Ággelo desaparezca, acuéstate en el suelo. Ellos allí casi no pueden ver si tu estas a ras de tierra. Es una forma de desaparecer ante ellos. De ese modo, cuando desaparezca, cae con él y ensáñate en sus piernas.
Levar guardó el secreto pues, aunque sabía que no tendría que aplicarlo con Kufu, le podría venir bien con otro Ággelo. Quién sabe si otros Alfarianas podían gozar de tal virtud… En realidad nunca había tenido relación con ningún alquimio… La observación de que cualquier secuaz del Faraón podía gozar de virtudes de otros Alfarianos la dejó turbada y, al mismo tiempo, hizo que se advirtiera a sí misma de cualquier imprevisto.

Todo el mundo quería luchar con la reina Bipolar. Hubo un Keburi que quiso luchar con ella, al que se le añadió un hijo de Acuario. Ambos resultaron levemente heridos por la terrestre y sorprendidos por notar que ella estaba regulando sus fuerzas  a conciencia.
Los Ecoditas, sin embargo, aun miraban atónitos las luchas simuladas. Eran diestros con la honda y, algunos con el arco, pero, hasta el momento, solo habían ensayado con objetos inanimados.

Después de hora y media se disparó la alarma. Rasha había recibido la alerta de que los farms estaban llegando a la aldea. Ordenó a todos los grupos que recogieran las armas, se organizaran de nuevo en círculos y tuvieran a mano sus pertenencias.
Los farms estacionaron cerca de la selva, en una explanada de grandes dimensiones donde no afectarían a los cultivos y donde no pudieron situarse la vez anterior por las circunstancias climáticas cuando Levar llegó por primera vez a la espiral.
Anduvieron hasta la gran explanada y una vez allí subieron todos en manada a los vehículos. Mientras tanto Rasha y otro león contabilizaron a los luchadores a medida que iban subiendo a los vehículos. Cuando estuvo todo preparado, Rasha subió al farm junto a Levar y compañía y dio la orden de que le siguieran hasta la bola flotante; una bola que estaba situada cerca de la aldea de los leones Ashanti, la cual les permitiría amanecer directamente en la espiral de los mutantes.
Mientras se dirigían a la aldea, todos los componentes de los farms ocupaban posiciones.

-¿Y cómo es tu espiral? -le preguntó Levar a Najren, el hijo de la espiral Naciente.
-No sé. Ante todo somos humildes. Para nosotros el respeto y el honor son inherentes a nuestra cultura y nuestro carácter. 
-Sí, pero… como es la espiral… no sé, el ambiente, su paisaje, sus casas.
-Ah, bueno. Tal vez deba decir que es preciosa, Montañas majestuosas, grandes lagos e inmensos ríos, y un aroma a tomillo, lavanda, loto y jazmín peculiares.
-¿Y sus mujeres?
-Son lindas, inteligentes, sencillas, con grandes ojos y bocas pequeñas y suaves.
-Vaya, la mejor descripción que he oído de la espiral Naciente -aseveró Tania.

Todos miraron a Najren embaucados por sus palabras.
El león de Judá, sin embargo, miraba hacia otro lado, dando la sensación de que no quería tener contacto con nadie. Aún así, Jacky quiso hacer cuenta de él.

-León de Judá -exclamó con jovialidad el Keburi.
-No. Pripe, león de Judá -dijo con unos gestos completamente inmutables.
-León de Judá, Pripe, ummm..... Muy interesante -musitó tocándose el mentón-. ¿Tú de quién eres hijo? -exclamó Jacky intencionadamente.
Blod y Tania rieron.
-Je, je, je, je -reían sin parar- Je, je, je, je.
Levar prefería no participar en la conversación. Temía que este león de Judá le despreciara tanto como el líder de los leones de Judá.
-Respetad al león. No os conviene llevaros mal con él, Jacky -intervino Rasha.
-Tranquilo -contestó Pripe-. Realmente, estar en el grupo de esa muchacha extraña no era lo que mas hubiera deseado, pero ya conoces mis principios -dijo un poco enfurecido.
-Esa muchacha es la reina Bipolar. Eres afortunado realmente por estar aquí -le contestó Rasha.
-Hay que dejar algo claro -dijo el líder de los leones Negros dirigiéndose a todo el grupo-. Aquí todos somos hermanos, y por lo tanto, iguales. Espero, deseo y pido que reine el respeto -dijo, mirando intensamente a Pripe y luego ojeando a todo el grupo.
-¡Ari y Tania, comprobad los cinturones cuanto antes! Debemos estar preparados para cuando pasemos la bola flotante.
-Si -afirmaron las dos, y fueron  mirando los cinturones de todos para averiguar que estaban bien sujetos.
Pronto llegaron a las bolas flotantes, donde se dispusieron a pasar con la ayuda de los Keburis.
-Rasha -le gritó Levar-. Yo no sé nada de esta espiral. No me habéis dicho nada acerca de ella.
-Blod está a tu lado. Él te confiará lo que quieras saber -contestó estirando los hombros.
Blod y Levar se miraron estupefactos y acabaron coincidiendo en una mirada alegre.
-Blod, cuéntame lo peor, va, estoy dispuesta a oírlo.
-Bueno, pues… el sol sale apenas pocas horas. Viven realmente en penumbra todo el día y solo duermen unas horas de claridad, y alguna que otra hora más de oscuridad. No son muy distintos a la Tierra. En realidad, algunos tienen alianzas con algunos leones, pero la mayoría son egoístas y materialistas y no dudarían a la hora de matarte o entregarte al Faraón.
Levar escuchaba atenta, mientras Blod relataba la vida de los mutantes y el resto observaban atentamente.
-Blod, no la asustes- manifestó el chamán Lucas.
-Si, asústala -intervino Tania-. Tiene que estar sobre aviso.

Levar, en ese instante, agarró fuertemente a Tso, deseando no encontrarse lo peor. De todos modos, sabía, de un modo u otro, que apostaría al caballo cojo… la muerte se acercaría a sus ojos.
La reina Bipolar encontraría, frente a sí misma, lo que en otros momentos había buscado dentro del pozo.



Recordó el sueño del pozo profundo. Caminaba por un olivar y comenzaba a correr saltando bancales. Tras de sí, tenía personajes monstruosos y peligrosos persiguiéndola con la intención de capturarla. No paraba de correr y, aunque ellos tampoco dejaban de hacerlo, nunca le alcanzaban, hasta que cayó en un pozo oscuro y profundo. Siguió cayendo hasta que, al cabo del rato, llegó al fondo del abismo, entonces se encontró en la oscuridad arañando paredes.
Segundos después despertó…





-Chamán Lucas, ¿es posible que vuelva a tener otra crisis? -preguntó con reticencias.
-Ya no lo harás, reina Bipolar. Ahora no -exclamó, y rió tan seguro y convencido, que Levar no quiso investigar más en el asunto, por lo que pudiera pasar.
Comenzaron a notar un traqueteo bajo sus pies. Se estaban acercando a la gran bola. Eran el cuarto farm que superaría la entrada a la misma.

Llegaron la entrada, el conductor abrió una escotilla que tenía a mano izquierda y Jacky tecleó unos números en la pantalla.
Despegaron a una velocidad incomprensible y no reconocible por el ojo humano.
Desde el cristal de la luna se veían luces amarillas y anaranjadas, hasta unos destellos luminosos blancos que no se mezclaban con ninguna luz.
El traqueteo en los pies seguía perenne. Los ánimos estaban templados. En algunos momentos del trayecto algunos cerraron sus ojos, como Tso y Ari. Otros observaban ingrávidos la luminosidad de la espiral, el infinito esplendor de una caracola gigante, la forma envidiable del ADN…
La sensación de ingravidez se había apoderado de todos los pasajeros del farm.
Realmente, llegarían pronto al destino.
El desahuciado y Ari abrieron los ojos por fin, junto al resto que también los habían cerrado. Habían llegado a la espiral de los mutantes.  




Si quieres seguir LA ESPIRAL BIPOLAR
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-Quizá seamos pocos, quien sabe… quizá miles.
-Nunca llegaremos allí- musitó Charlie.
-¿Quién ha dicho que queramos llegar.



Istharenlanoxe.

3 comentarios:

  1. Nadie podía competir con ella, excepto el Ággelo, que tenía la facultad de desaparecer.

    ejejje, perdona que te ponga esta frase, sé que no te mola nada que analice tus frases, solo la pongo porque no he podido evitar descojonarme. La metáfora es divertida, y no solo por la facultad mágica del ággelo, jeejej.

    Por lo demás, el capítulo es precioso, las descripciones cuadran perfectamente, el espíritu de batalla va implícito e incluso puedo escuchar de fondo temas de guerra como este

    http://www.youtube.com/watch?v=U_HxjU8TolU

    Y tiene mérito tu hazaña, pues evocar algo así leyendo tu libro quiere decir cosas muy buenas. Este fragmento es de uno de los mejores videojuegos de la historia, y sabes que los japos hacen las cosas bien cuando se ponen... Cuando estaba Rasha organizando los farms no he podido evitar acordarme de este pasaje...

    Poco más que comentar, me ha agradado mucho el capítulo y el esfuerzo se ve recompensado, al menos para mí, con las evocaciones sentimentales y emocionales que me ha producido leerlo.

    Besos cariñosos preciosa isthar...

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  3. Ya sabes ke las desapariciones de los Ággelos van de dos en dos jejejejej, no paran. Por cierto, hay cosas del Ággelo que estoy corrigiendo...
    Y por lo demás ya lo cambié todo, esas palabrillas que me como o esas frases extrañas que a veces me monto jejee
    Gracias, y si no lo sabes son unas "gracias" en muchos sentidos.
    !!!!Hay que empezar a volar.....!!!!

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