El contenido de La espiral Bipolar se engloba en un libro de alrededor de 140.000 palabras (o al menos eso creo de momento) Aquí haré la honesta y árdua tarea de transcribir los cápitulos en varias fases para una lectura mas fácil. Y sobre todo compartiré el arte porque el arte que trasmite es el arte para TODOS.
La curiosidad dió sentido a nuestros pasos y nuestros pasos nos llevaron a ella...a la curiosidad bajo el influjo de las mismas espirales.

{Os mando la energía... si queréis saltar os espero en la otra espiral}

viernes, 7 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 8, 1º PARTE

 La marca espiral. Año 2045*




Los braseros ya estaban preparándose para ponerlos en marcha en breve y la bebida llenaba grandes barriles de madera. Aunque la comida aún no estaba cocinada harían por beber.
Las princesas preparaban una gran olla con caldo de verduras. Algunas iban de arriba a abajo con vasos y otros utensilios de cocina.
Tres leones estaban preparando las brasas donde cocinarían distintos manjares. Entre las delicias guisarían una especie de perdices que doblaban el tamaño de las terrestres, así como unas aves que tenían picos muy cortos llamados shokokus con largas plumas y una voz prodigiosa y con aspecto de pollos gigantes, los cuales luego desplumaban y descuartizaban. Además de las patatas que echarían al guisado de perdices apartarían unas cuantas y las taparían con unos trapos especiales para meterlas en las ascuas y asarlas. Pese a la algarabía de visitantes, la reina Madre se las había arreglado para que no faltaran alimentos para todos. 

Mientras Levar bebía con Jacky, la reina Makkeda se acercó a ellos.
-Reina Bipolar, quería hacerte una sugerencia.
-Si, claro, dime -contestó jovial.
-Hemos estado comentándolo y consideramos que si tú no tienes ninguna objeción, deberías marcarte “la espiral”.
-¿Cómo? -quedó fascinada.
-Gracias al fuego, reina Levar.
-Una escarificación, supongo… -contestó Levar hablando para sus adentros pero en voz alta.
-Sí, eso. No sé…  -balbuceó la reina Makkeda- la marca de una espiral en forma de hierro ardiente aplicada en el cuello…
-Sí, sí, bueno… no tengo inconveniente alguno… -dijo poniendo en duda sus propias palabras. Luego pensó en lo que podía suponer un hierro ardiendo en la piel y le dolió solo de pensarlo.
-Entonces acompañadme antes de la cena. Acabaremos pronto.
Levar cogió a Tso de la mano y avisó al resto de que estaría con la reina Makkeda marcándose la… espiral…
Por el camino el desahuciado le habló.
-Tso y Levar mejor. Solo Tso mal. No compañía.
-Tranquilo Tso -le dijo mirándole a los ojos- aquí no te pasará nada entre toda esta gente. Se que te encuentras más a gusto con los niños y algunas princesas pero eso no siempre puede ser así si quieres estar junto a mi.

Siguieron andando hasta una de las últimas hogueras, la esperaban en unas brasas esparcidas al final de los comederos, camino casi de la tienda provisional.
Allí el chamán Lucas con el chamán Ribe, la reina Makkeda y algunas muchachas y muchachos jóvenes de la espiral de los leones.

-Hola -saludó con una gran sonrisa-. Veo que has sido valiente -dijo mirando a la reina Levar.
-Quizá tenga que serlo hasta las últimas consecuencias -apuntó la chica bipolar.
-Quizá tenga que ser así…
-Veamos, ¿el hierro está preparado? –inspeccionó el chamán mirando a un joven león que miraba a Levar con cierta admiración y entusiasmo.
-Faltan las gasas. Hay que esperar a que llegue la princesa Néctar con ellas- contestó el muchacho orgulloso de servir de ayuda.

Mientras esperaban, Tso apretaba fuertemente las manos a Levar. Ella estaba nerviosa y se lo trasmitía al desahuciado, lo cual creaba un círculo vicioso donde él absorbía las energías positivas de ella, que rebosaban de entusiasmo y no de miedo, y eso hacía que ella derrochara más energía.
Este influjo le servía de lujo al pequeño hombre para alimentarse y despedir a su vez hondas negativas que equilibraban la balanza de la terrestre para que ella no se desbordara.
Bien sabían ambos que ese círculo vicioso no era tal, sino un complejo y armonioso compendio de dos organismos que se ayudaban recíprocamente.

A los pocos minutos llegó la princesa con las gasas.
-Procedamos -dijo con suavidad el chamán.
-Yo le sujetaré el pelo y el cuello-dijo la reina Makkeda.
-¿Tú estás preparada con las gasas? -le dijo el chamán a la princesa Néctar.
-Sí, sí -contestó ella algo excitada.
Entonces la reina Makkeda procedió sujetando a Levar con fuerza. Segundos después el chamán acercó el hierro al cuello de la valiente y sin pensarlo dos veces le marcó con él.
El desahuciado, que cogía fuertemente a Levar con la intención inocente de protegerla y protegerse, oyó el chisporroteo del hierro y antes de que a la princesa le diera tiempo a ponerle las gasas, ambos, tanto Levar como Tso, desaparecieron.







-¡Mierda! ¿Esto qué es? -gritó Levar.
- Yo no malo.
- Lo sé, lo sé, tonto. Pero nos hemos metido en un buen lío. Me parece que si volvemos con los leones no van a permitir que estés a mi lado -dijo tratando de estirar las manos y los pies.
Segundos antes se  había percatado de que estaban flotando dentro de una cápsula, apartados de la aldea y sobrevolando la selva tropical. Se encontraban suspendidos ciertamente a cinco metros del suelo y encarcelados por una envoltura visiblemente azul que al parecer no se podía romper con facilidad. Tenía la forma visual de una pompa gigante de jabón pero la dureza y la textura del cuero.

-¿Qué podemos hacer, Tso? –dudó en voz alta mientras pensaba un solución.
-Amor romper cápsula -contestó este.
-Sí, pero caeremos al suelo.
-Amor puede levitar.
-Cierto, pero es que no se como hacer todo eso a la vez.

El desahuciado miró a la mujer desalentado. Sus ideas no eran  malas pero necesitaba de la ayuda de la chica para llevarlas a cabo.
La quemadura del cuello le dolía sobremanera y la imposibilidad de moverse se sumaba a la impotencia de no saber qué hacer.
De repente dos π aparecieron entre la maleza. Observaban en silencio la selva como si de un enemigo ciego se tratara. Después de éstos aparecieron dos más. Tenían el aspecto de humanos y vestían una capa de color negro que hacía entrever uno pantalón negro y una camiseta gris.
Inspeccionaron la zona sin hayar nada fuera de lo común.
Levar y Tso se mantenían en la cápsula, ingrávidos y expectantes.

-No hables, Tso -le dijo susurrando mientras le tapaba la boca.

Este se quedó completamente tieso sin mover ni un solo pelo.
Levar trató de pensar en la mejor opción. Quizá debían mantenerse en la cápsula, allí estarían protegidos. Había pasado muchos pozos profundos en su vida y este sería, en comparación al resto, un juego de niños.
Un π se quedó justo debajo de la cápsula. Por algún motivo, algo le llamó la atención de aquel punto exacto de la selva. El resto acudió a su encuentro.
Hablaban entre sí pero Levar era incapaz de oír algo dentro de aquella cáscara cuasi trasparente. El cuello le estaba supurando y le dolía, Tso tiritaba de miedo y el material de aquella bola resultaba ser hasta el momento impermeable.
Un tucán, con un pico alargado como el de una cigüeña, pasó cerca de la cápsula. Levar temía lo peor. Tenía que pensar rápido porque si los encontraban probablemente las consecuencias serían nefastas. En tal caso tenía que reaccionar, defenderse  y proteger a Tso.
Un instinto irreconocible mantuvo a la terrestre en un estado de sensatez. Pasase lo que pasase ella era Levar, la terrestre reina Bipolar, lo que significaba que podía hacer mano de energía negativa para volcarla sobre los π. Ahora sabía, a sangre y fuego, que debía defenderse y proteger al desvalido de la misma manera que debía hacerlo con cualquier alfariano desvalido.
Tso había sido para ella un ejemplo de empatía hacia lo distinto, hacia lo que a priori era discriminado por una imagen estereotipada, un ejemplo que enseñaba al resto la sencilla tarea de ver mas allá de las apariencias.
Pero fuese como fuese los π no tendrían compasión por él.
Sujetó la pócima en su mano para que no se rompiese y miró al desahuciado con total complicidad.
-Agárrame si caigo, Tso -dijo murmurando por si la escuchaban desde afuera.
-Tsi -contestó suavemente este.
El señor tucán amarillo y negro pasó por la cápsula pero esta vez hubo peor suerte y se llevó un lateral de la misma por delante con el pico.
La cápsula estalló y Levar consiguió agarrarse a un árbol, quedando colgada entre dos enormes ramas. A Tso no le dio tiempo a agarrarse ni a la muchacha ni a ninguna otra cosa. Por ese mismo hecho cayó con la desgracia de hacerlo justo al lado del π que se había parado inicialmente en aquel lugar. La mujer bipolar quería gritar. Tso no tendría escapatoria. 
Ella siguió sentada en el árbol y rumió un plan para rescatar al desahuciado mientras los π inspeccionaban al desahuciado.
-Je, je, je -gritó uno mientras miraba a Tso-. Un desahuciado aquí. Desde luego llegan a todas partes. Ahora hasta llueven.
-Je, je, je –le acompañaron el resto.
-Mirad, lleva ropa de leones. Al menos esto no se lo pondría un desahuciado -dijo uno que portaba un arma de fuego.
Tso estaba temblando de miedo. Un π le agarró de la camisa y lo levantó a trompicones en el aire.
-Podemos hacer que baile -dijo el más bajito.
-Cierto, tráelo aquí a la roca. Veremos a ver que canta… -dijo el primero.

Levar se esperaba lo peor. Si le hiciesen hablar lo diría todo y lo que es peor, habría una probabilidad alta de que le hicieran daño.
Debía reaccionar pronto, pero frente a aquella calaña se sentía impotente ya que si conseguían raptarla la batalla que tanto ansiaban los leones ni si quiera tendría lugar.

Le apoyaron en la roca sujetándole los brazos por detrás.
-Vamos, pobre idiota -gritó el que portaba el arma.
-¿Cómo te llamas? ¿De dónde vienes? -dijo otro.
-Tso- dijo casi murmurando-. Soy un desahuciado -confesó sin ser consciente de que todos conocían su procedencia.
-¿De dónde vienes, he dicho? -gritó, y le asestó un bofetada en la mejilla.
-Ya sé que eres un maldito desahuciado -dijo mirando a otro de sus compañeros y hacia el suelo ¿Cómo has llegado aquí? -vociferó enfurecido-. ¡Contesta! -le volvió a gritar pegándole un golpe en la cabeza.
-Gracias a ella -confesó abiertamente Tso.
-¿Quién es ella? -preguntó sinuosamente.
-Una reina -contestó Tso.
-¿Una reina? -dijo emocionado y en tono burlón.
-Je, je, je. Una reina pendiente de un desahuciado, je, je, je –siguió diciendo y el resto rieron.
-Sería interesante llevarle hasta el Faraón. Una reina pendiente de un desahuciado... -contempló uno de los que agarraban a Tso.
-¿Dónde está?
Tso calló.
-¿Dónde está? -el desahuciado siguió callado-. ¿Dónde está, inútil? -gritó quedándose sin voz.
-Está frente a nosotros.
Todos miraron al frente soltando a Tso para ir a por la reina bipolar.
Miraron al frente pero no había nadie más.
Entonces el desahuciado comenzó a correr y todos empezaron a perseguirle. Después de unos metros, el que llevaba el arma logró disparar a Tso en la pierna. Levar bajó del árbol y comenzó a correr hasta llegar a la altura de los π. Alcanzó a dos de los π que iban más rezagados y siguió corriendo paralela a ellos. Con las manos creando un triángulo imaginario se deshizo de ambos con su energía.
Aún quedaban el π que iba armado y el otro que no había parado de reír cuando interrogaban al desahuciado.
Tso cayó al suelo por el disparo y comenzó a gemir del dolor.
-¿Quiénes sois? -le preguntó el π sin pistola a la muchacha.
-Nadie, en tu mundo nadie -contestó orgullosa. Entonces le dio una patada en la cara.
Éste salivó sangre. La miró de reojo y se acercó a ella.
Entonces agarró del pelo a la chica bipolar y trató de subirla hacia arriba. Levar, sin embargo, le cogió de la muñeca a tiempo y se la presionó con la consecuencia de que el π le soltara el pelo ipso facto.
Tenía una fuerza singular, esto desconcertó aún más al π.
El otro π que les observaba se acercó a su compañero y ambos cogieron de las manos a la terrestre. Ella logró escurrirse logrando que ambos chocaran entre sí. Los dos se quedaron en el suelo unos algo aturdidos. Entonces Levar aprovechó para echarse a Tso de mochila y comenzar a correr. El desahuciado estaba desangrándose y por lo tanto iba dejando un rastro de sangre sobre la reina Bipolar y sobre el mismo suelo.
Mientras corrían, gritó:
-¡Vamos Tso, aguanta! –le ánimo tratando de coger aire.
Los π seguían corriendo tras de Levar. No cesaban en su empeño.
Levar trató de llegar a la extensión donde comenzaban los campos espigados. Debía salir de la selva para encontrar la aldea, así que corrió y corrió y corrió…



Corrió con todas sus fuerzas para dejar atrás a los π, tenía el peso del  desahuciado a sus espaldas y el corazón latiéndole a mil por hora.
Cuando llegó a los cultivos ya había dejado bastante atrás a aquellos seres
Y después de correr cien metros oteó por el horizonte a unas planchas voladoras. Eran Rasha acompañado de cuatro leones que iban en dirección a ella y Tso.
El líder subió a la reina Bipolar en una plancha y en otra se llevaron al desahuciado. Ella antes les advirtió que Tso llevaba más de media hora desangrándose. Por lo que contaba la terrestre dos π habían estado siguiéndoles. Dos de los leones fueron en busca de los dos π que faltaban por derribar y el resto se dirigieron a la aldea en sus planchas.
Cuando llegaron todos hicieron preguntas acerca del estado de la reina Bipolar.
Ella llegó extenuada y con la necesidad de descansar, así que la llevaron directamente a la casa de la reina Madre junto con su compañero de hazañas. Pidió estar en las curas de Tso, pero la princesa Corín le aconsejó que comiera algo y descansara. Al fin y al cabo tanto ella como el desahuciado necesitaban verdaderamente reposar el ánimo y alejarse de las emociones del otro.
Levar se sentó junto a una bancada situada en un rincón de la salita. La gente iba y venían y Blod y un león permanecían en plena vigilancia frente a la mujer bipolar. Rasha aguardaba de pie.

-¿Cómo te encuentras, reina Levar? -le preguntó con un tono aún de preocupación.
-Bien, agotada… No sé, tengo la sensación de haber estado dos siglos en este Universo.
-¿Cómo tienes el cuello? -dijo mirándoselo.
-Creo que mejor. Fue el origen de lo sucedido… -confesó agachando la cabeza.
-Lo sé. El chamán nos contó que tu dolor se fusionó con la energía negativa que en ese instante te estaba absorbiendo el desahuciado y tú, de manera asombrosa, creaste un caparazón para protegerte de aquella sobreexcitación. De ahí surgió aquella bola trasparente. Dicen los que la vieron que desapareció de inmediato deslizándose a toda prisa por toda la aldea hasta perderse por completo en la selva. Cuando lo supimos se inició una búsqueda exhaustiva por la selva, incluyendo los cultivos.
-Ya no te tengo que explicar nada, entonces.
-Sí, me tienes que explicar esa obsesión que tienes con Tso.
-Él es indefenso. Supongo que como yo; ambos somos indefensos, pero tenemos facultades en ocasiones peligrosas y en otras extraordinarias.
-Bueno, entonces, ¿qué sucedió? -preguntó en tono severo ahora sin ninguna indulgencia.
-Amanecimos en la selva. Cuatro π estaban merodeando el lugar donde nosotros nos encontrábamos suspendidos e inmersos en aquella cápsula. La bola explotó a causa del picotazo de un pájaro y caímos. Primero arrestaron a Tso y yo quedé agarrada a una rama. Luego decidí saltar y conseguí vencer a dos de ellos, pero el resto nos siguió sin tregua alguna. Tso acabó herido así que me lo eché a la espalda y me puse a correr todo lo que pude.
-¿Eso es todo? -dijo en tono irónico.
-Sí, eso es todo -contestó Levar esta vez riéndose.

Levar esperaba un “te he echado de menos” o un “te quiero”, tal vez. Quizá ella misma tendría que haber sido sincera, pero afrontar sus sentimientos y exponerlos a corazón abierto implicaba apostar demasiado. Había estado expuesta a emociones trepidantes pero revelarle sus emociones era una de las más difíciles pruebas. Había tenido que deshaprender todo lo vivido en la Tierra para enfrentarse a un Universo completamente distinto al suyo. Pero jamás había imaginado que lo que a priori parecía más sencillo pudiera convertir en lo más sublime.
Del mismo modo que había aprendido a amar en cada una de las relaciones sentimentales que había vivido siempre lo hizo inocentemente, como si fuera la primera vez, y quería pensar que así le sucedería también con Rasha.  Pero las circunstancias eran bien distintas y precisamente por ellas debía contraer las fuerzas que de forma natural su corazón tenían destinadas al león de ojos negros.
Se preguntaba por qué él no tenía las mismas ganas de fundirse en un abrazo como ella las tenía con él y por qué, del mismo modo, cuando se miraban a los ojos, no sentía hundirse en un abismo junto a ella.
Había logrado afrontar el dolor, la rabia y la ira haciéndoles frente valerosamente. ¿Por qué no podía admitir también que se moría por mostrar su afecto hacia él?

Intentó cogerle de la mano para atraerlo hacia sí misma y abrazarle, pero justo cuando iba a rozar su mano oyó una voz que exclamaba:
-¿Dónde está esa incauta? -dijo Jacky en tono jovial.
-¡¡Jacky!! -exclamó Levar entusiasmada.
-Sí, aquí estamos -respondió tranquilamente el Keburi.
-Madre mía, sana y salva -vociferó Tania.
Levar se levantó y abrazó a los dos al unísono. Luego se sumó a ellos el can. Envolvió a los tres de la misma energía cálida y especial que le había envuelto en su momento el chamán Lucas cuando ella así lo necesitó.
Volvió a sentarse para contarle toda la hazaña al trío que esperaba frente a ella esperando conocer todo detalle.
Los tres escuchaban con la misma inocencia con que Levar relataba la historia, y a medida que lo hacía, Rasha miraba a la mujer bipolar con orgullo y devoción.
Aunque a los ojos de ella no fuera tan evidente lo que él sentía, en algún momento debía expresarlo. Si bien no podía demostrárselo directamente al menos intentaría hacerlo a través de otra persona. 
Cuando acabó el relato quiso preguntarle de nuevo por Tso. Quería saber como iban las curas y preguntarle directamente si la había echado de menos.
Estaba preocupada por su salud, así que solicitó poder visitarle bajo el beneplácito de Rasha. Éste abandonó por un momento la sala y volvió cuando Levar ya estaba comiendo algo en la cocina junto a sus compañeros.
Le contó que los chamanes habían logrado quitarle la bala y que después le habían aplicado un ungüento para que la herida cicatrizara y no se infectara.
El apósito estaba elaborado con limón, eucalipto, romero, manzanilla y una cucharadita de un compuesto que las reinas siempre tenían a mano, y que era un completo secreto que solo las reinas y unos pocos chamanes conocían.
Seguramente Tso saldría del paso, aunque con alguna pequeña secuela pues todavía estaba por ver que recuperara toda la movilidad de la pierna.
Después de Rasha tranquilizara a la muchacha y al resto lo mejor sería ir a comer y luego a descansar un poco.




Después de una comida frugal Levar se sentó en la salita junto a sus compañeros y siguieron charlando. Durante ese rato apareció la reina Madre de los leones negros. Se acercó a la terrestre y le miró frente a frente.
La tez de la reina era cuasi negra. Todas sus facciones estaban marcadas y perfiladas y tenía unos ojos grandes, profundos y expresivos. Su nariz redonda estaba casi unida a unos labios voluptuosos, carnosos y grandes que se movían con la expresión de su mirada. En el pelo llevaba un pañuelo de varios colores que recogía unas rastas gruesas y largas que casi siempre escondía.  En una de sus orejas llevaba una enorme dilatación que tenía la forma del símbolo de una luna, y en su cuello lucía numerosos collares hechos con piezas pequeñas en colores amarillo, verde y rojo. Llevaba un vestido sedoso de una sola pieza tintado a secciones grandes, unas de colores verdes y otras amarillas.
Sus manos eran grandes y expresivas y en su voluptuosidad aún guardaba el atractivo de una mujer redondeada y erótica.
Se acercó a Levar posándose en sus hombros y le dijo:
-Me gustaría hablar contigo a solas, reina Bipolar -articuló solemnemente sin apenas parpadear.
-Claro -contestó ella.- Con mucho gusto.
Entonces la expresión de la reina cambió. Apareció en su lugar un halo de ternura inusual discorde a la severidad anterior.

-Querida muchacha terrestre -dijo rozándole la mejilla con los dedos.
Justo en ese momento, Jacky, Tania y Blod abandonaron la sala y la princesa que barría la estancia se marchó detrás de ellos.
La reina se sentó en una silla, apartándose el vestido a un lado lo cual hizo que mostrara la escarificación de las reinas con forma de espiral junto a aquel gesto natural.
-Veo que has vuelto sana y salva de tu peripecia.
-Sí, reina Madre. Aunque me duele algún músculo que otro -explicó tocándose la espalda.
-Quiero que sepas que mereces por mi parte una gran admiración, tu actitud me sorprende. Eres auténtica, naturaleza viva.
-Gracias -respondió agachando la cabeza.
-Me hubiera gustado que te eligieran reina Leona de Sión. Tienes mucha fuerza de carácter. Sin embargo, la encrucijada te ha bendecido con un don especial que te convierte en caballo salvaje raro.
-Quizá necesite crear mi propia espiral -intercaló la muchacha.
-Eso lo hacen las grandes estirpes.
La reina haciendo caso omiso a su última miró con sinceridad a Levar y expuso:
-¿Eres consciente de todo lo sucedido? -siguió diciendo la reina Madre.
-Sí, Reina Madre. Pienso en ello a cada rato -confesó Levar.
-Entonces alguien ha de decirte que luchar contra el Faraón es una tarea ardua, por no decir imposible. Él no tiene un arma, niña, tiene un imperio-. Dijo mirando a la muchacha con algo de tristeza y preocupación.
-¿Eso significa que… moriremos? -preguntó desconcertada.
-Significa que su imperio no morirá, simplemente.
-Pero, ¿por qué tenéis esos conceptos del Faraón? Si realmente la lucha es inútil, ¿por qué partimos?
-Esperanza -dijo dándole color a la palabra con su tono de voz.
-Yo una vez la perdí y, sin embargo, el Universo Alfa me la está devolviendo -explicó con cierto brillo en los ojos-. Y ahora no sé cuál será la próxima encrucijada.
-¿Esperas los próximos cambios con temor?
-No sé lo que espero, reina Madre -dijo con ojos expresivos-. Solo sé que vivo el instante y afronto lo que viene en su justo momento.
-¿Temor? -se preguntó la terrestre en voz alta ilusa de sí misma-. Tuve miedo en cada uno de los pozos profundos donde he caído. No salir de alguno de ellos siempre fue mi único temor.
-¿Y cómo lo afrontaste? -preguntó la reina, a la expectativa de oír una respuesta interesante.
-Lo afronté dejando que mis ojos se abrieran. Un día me levanté y ellos lo hicieron prácticamente solos. Entonces empecé a ver y descubrí un mundo inmenso ante mí pero siempre había una trampa y volvía a caer. La última vez que abrí los ojos después de la oscuridad fue en este Universo, cuando aterricé en la espiral de los hijos de Acuario…
-Reina Bipolar- dijo cambiando de tema y poniéndose aún mas seria de lo debido.
-Has de saber que el Faraón es el peor de los pozos –le advirtió.
-Entonces no será algo desconocido para mí.
-El mal es conocido por todos sin embargo su poder indestructible es infinito y su forma de afrontarlo en ocasiones es ignota. 
-No entiendo… entonces, ¿para qué vamos a luchar? Es que no puedo entenderlo…
-Porque ha de haber un equilibrio. Sión no quiere imperar. Sión lo que desea es tener su propio espacio y si hace falta lo defenderá con uñas y dientes. Él ha roto la encrucijada esclavizando a muchos habitantes del Universo Alfa. Muchos de los familiares de las espirales están ahora bajo su dominio y esta urgencia  ha supuesto por todas las espirales una reacción inminente e inaplazable. Después llegaste tú y averiguamos que los deseos del Faraón no solo eran en imparables sino que sus objetivos tenían un destino que podía resolverse contigo.
-Sión… -musitó Levar.

La madre se puso en pie cogiendo de los hombros a la reina Bipolar.
-Levar -concluyó- La reina Bipolar… Tengo la sensación de que has visto más cosas sobre el bien y el mal de las que puedes explicar.
Levar subió la mirada trasmitiendo, sin ser consciente, sus sentimientos más profundos.
-Reina Madre, he visto el bien y el mal, cierto. Pero nunca seré capaz de acostumbrarme a la pobreza y a la avaricia -le advirtió consciente de que la reina podía no entenderla- En mi mundo la enfermedad arrasó con mis esperanzas en varias ocasiones y se llevó con ella todo lo demás. Ahora tengo en mi corazón a varias espirales que dan aliento a mi vida y lucharé… lucharé por ellas como si luchara por mi vida -le dijo agachando la cabeza- Pero también me importan los de allí, los de la Tierra, nunca fui consciente de lo mucho que me habían importado siempre.
-Y no solo mi propia familia -añadió- No hay nada que me desgarre más que la sonrisa de un  niño que a penas tiene para comer…
-No cabe duda de que tienes un corazón puro -aludió-. No dejes que nadie destruya lo bueno que hay en ti - dijo sonriendo la reina y poniéndose en disposición de marcharse.
-Bueno, me voy a ayudar a las princesas en sus tareas. Hace falta enmarinar  una gran cantidad de carne. Algunos leones tuvieron buena caza hoy.
-Yo os ayudaré –decidió dispuesta Levar.
-No, no. Has de descansar. Tienes que recuperar energías para el viaje. Y Tso también -increpó.
-Y Tso también -repitió la reina bipolar con una sonrisa. Cualquiera que honrara la existencia de Tso sería honrado por ella misma.
Se marchó con la misma elegancia que había entrado en la sala y Blod, al advertir de su marcha desde el exterior, pasó la cortina para encontrarse con la terrestre.
Levar también se levantó y anduvo hacia él.
Este le superaba dos cabezas y media de altura y desde el encantamiento de la reina Makkeda había recuperado algo de lustro en la cara.

-Es una alegría verte bien en todos los sentidos -confesó alegre.
-Y para mí una alegría verte tan guapo y adaptado a tu nueva forma.
-En realidad disfruto más de las cosas -dijo riendo- quién lo iba a decir, ¿eh?
-¡Ah! -exclamó a conciencia el perro del Oeste-. Rasha desea contarte las nuevas noticias.
-¿Crees que debería hablar con él? -dijo pidiendo consejo a sabiendas de que el can entendería que se refería a temas íntimos que les concernían a ambos.
-Claro, la noche ha caído hace demasiado rato ya. Él apenas duerme, lo estrictamente necesario. Y sería positivo que estuvieras informada de todo lo que está previsto- le guiñó un ojo.
-Bien, entonces le buscaré. Oye, ¿y Tania y Jacky dónde están?
-Durmiendo, supongo.
-Les debo alguna aclaración -le confió.
-Reina Levar, no es necesario -dijo con cierta tristeza.

-¿Por qué Levar nunca entendería que algunas pantallas se pasan en soledad?- pensó para sus adentro Blod.

-¿Por qué? -dijo dubitativa.
-Porque hay gente que no entiende explicaciones. Algunas encrucijadas no pueden entender a otras. Si alguien está en una pantalla, para qué esforzarse en intentar descubrir la anterior que está en otro nivel…
-Blod -dijo acariciando su espalda-. Cada día te explicas mejor, je, je, je -sonrió a carcajadas-. De todos modos no tengo tan claro este dilema. No entiendo porque dejar a otros atrás es avanzar. ¿Por qué aprender a pasar una de esas pantallas, como vosotros las llamáis, es solo un acto individual?  Yo no quiero dejarte atrás, Blod.
-Ya lo sé, mi reina.
-Entonces…
-Entonces que los otros pasen para seguirte a ti. Hay pantallas que no son tan difíciles de  entender pero si alguien no ha podido superarlas es porque no era su momento. Ellos entienden tu situación pero no son capaces de responder a tus expectativas.
-¿Eso crees, Blod? -dijo inspirada de inocencia.
-¡¡Creo que ser bipolar forma parte de ti y te hace especial y el que no lo entienda pues que no te siga!! –exclamó guiñando un ojo.
-Gracias -le dijo, y se dieron un abrazo largo y caluroso.
-Bueno, me voy, te esperaré en la tienda- concluyó el can.
-Yo iré a buscar al gran león- dijo algo irónica despidiéndose del can.




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Istharenlanoxe...

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la contestación de Levar al pi cuando le pregunta quién es y ella responde que en su mundo no es nadie. Se ve que Levar reniega completamente de Babylon, y ante ellos prefier no ser reconocida como reina ni como nada, porque para ella Babylon no merece respeto y ella no tiene por qué dar explicaciones. Me ha parecido un gran gesto de rebeldía por su parte, como desmarcándose por completo de una realidad con la que convive en la tierra pero que puede aislar totalmente en el universo alfa.

    Ese detalle me ha gustado mucho. También la explicación de la Reina Madre de por qué es necesaria la lucha. Equilibrar el bien y el mal me parece algo mucho más sabio que hacer imperar Sión a toda costa. Al fin y al cabo, no hay gente que disfruta siendo esclavo o esclava? quizá para ellos la liberación que supone Sión no les parezca mejor de lo que actualmente viven como mutantes... me ha gustado. Es decir, la guerra será para acabar con el monopolio del mal, no para hacer lo mismo con el supuesto bien que para otros quizá no signifique lo mejor...

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  2. No sé, muchas veces me da la sensación que explicas cosas evidentes para no llegar a ninguna conclusion y si llegas a alguna no es ni de refilón lo que la historia quiere explicar.
    Levar dice lo de que no es nadie obviamente en un momento que podría ser contraproducente decir lo contrario Es una expresion logica sencilla y previsible. No se donde le ves tu tanto bombo. Hay cosas sutiles mucho mas importantes.
    Y sobre equilibrar bien y mal....no se trata de un monopolio. En este caso es el desequilibrio de ambos universos lo que esta en juego, ni mas ni menos.

    Saludos desde la espiral de los mutantes, allá vamos ahora....

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