El contenido de La espiral Bipolar se engloba en un libro de alrededor de 140.000 palabras (o al menos eso creo de momento) Aquí haré la honesta y árdua tarea de transcribir los cápitulos en varias fases para una lectura mas fácil. Y sobre todo compartiré el arte porque el arte que trasmite es el arte para TODOS.
La curiosidad dió sentido a nuestros pasos y nuestros pasos nos llevaron a ella...a la curiosidad bajo el influjo de las mismas espirales.

{Os mando la energía... si queréis saltar os espero en la otra espiral}

miércoles, 19 de septiembre de 2012

CAPÌTULO 11, 6ºPARTE



 La abnegación del los mutantes (Año 2045)
 (Parte 6º)





Levar miraba absorta el techo del farm. Un pájaro había entrado en él y era incapaz de salir. Era un mirlo macho con un plumaje negro y un pico entre naranja y amarillo. Su longitud y su altura eran aproximadamente de veinticinco centímetros
Estaba mareado hasta que de repente algo le asustó y cayó ipso facto en el regazo de la muchacha.
Se levantó con el pájaro en las manos y lo acercó a la luna subiendo una pequeña escotilla situada a mano derecha al final del cristal. Soltó al pájaro y suspiró.

-Hay algo que no me gusta-susurró Blod en la oreja de Levar.
-Dime, gran amigo- contestó ella.
-Bien… ahora que todos imagina que ya saliste, sería un buen momento para marchar. Algún rojo te podría poner en contacto con un chamán y el te llevaría de camino a…  
-¡Blod…!- rechistó la muchacha- ¿Cómo puedes imaginar que…?
-Reina, sería una buena ocasión para acabar con esta absurda guerra… ¿Qué temes si elijes un destino distinto al que ellos te quieren imponer?- siguió susurrando Blod. Ambos eran conscientes de que no podían llamar la atención mientras hablaran sobre este tipo de asuntos.
-Yo tengo que luchar, amigo Blod. Tengo que ayudaros y tengo que demostrarme a mi misma quien soy hasta llegar al Faraón y quizá allí elija mi encrucijada. Soy yo la que elijo… - dijo esta vez con toda la ternura que le cabía.
-Tu encrucijada sucede a cada rato, reina Isthar. El Faraón no tiene porque ser la última salida.- Le dijo en voz alta.
-¿Qué pretendes que haga?- inquirió ella volviendo a susurrar.- No te entiendo…
-Pretendo que siempre pienses donde estás y por qué.
-Ahora tengo claro algunas cosas, antes todo estaba más confuso. Ahora las miradas me han llevado al camino, incluida la tuya.
-Entiendo- contestó Blod agachando la cabeza. Posteriormente  se sonrojó y dejaron de hablar.





Levar estaba ensimismada mirando la piel de Asar. Era de una tez dorada casi tostada, similar a los leones de Sión pero un poco más cítrica.
Asar miró a la reina Levar. Ambos tenían cosas que decirse.
-Tu piel no es lila. No es como la de los mutantes- le dijo inocentemente sin ningún preámbulo.
-Soy una mezcla entre mutante y león. ¡Quién lo diría verdad! ¡Un gato fortalecido!-dijo recreándose en una gran sonrisa.
-Yo en mi espiral siempre fui una mezcla extraña. Mas bien un gato sobre las nubes…- rió estrepitosamente Levar. Asar siguió sonriendo con ella aunque no entendía la alegoría. Oír simplemente la sonrisa de la reina era motivo suficiente para sonreír.
-¿Entonces eres un insurgente?- preguntó la reina.
-Los ayudo, sí- contestó él.
-Ya estamos con que no sabemos quienes somos.- Discrepó Tania que había estado escuchando la conversación.
-Soy Asar, tampoco hay mucho que decir.- Contestó modestamente acallando el malhumor perpetuo de Tania.
Se hizo una pausa y Jacky habló.
-A mi me gustaría saber que armas portan el resto de farms.
-Bastones… espadas… bumerangs con pinchos afilados…arcos…hondas… y alguna que otra mas. –Descubrió Rasha.- Aunque su mejor arma es que son insurgentes.
-Peligrosos si se enfadan ¿no?- comentó Jacky riendo de soslayo.
-En efecto.- Contestó Pal que tenía información de primera mano.
-Y tu, reina, supongo que provienes de la espiral de las reinas.- Quiso saber Asar.
-Supones bien-contestó y zanjó la conversación levantándose y cogiendo el mentón de Asar estirándolo hacia arriba.
-Tu si que tienes ojos honestos y firmes como un auténtico chamán.
Asar se quedó mirando a la reina entusiasmado como si estuviese viendo un cuadro o el horizonte del mar. Rasha les observaba.
No podía sentir celos por el muchacho. Sabía que el amor que le estaba profesando Levar era absolutamente fraternal. Sin embargo, por el motivo que fuese, intuía que ella se estaba alejando de él y, a medida que esto iba ocurriendo, iba sintiendo como su corazón se rompía en pedazos; lentamente pero sin pausa, un pedazo detrás de otro…





Ya no quedaba mucho para llegar al estado de Rugby. Rasha tenía la sensación de que en cada lucha vivía momentos interminables donde no podía controlar la seguridad de Levar al cien por cien. Esa sería su propia cruz durante todo el viaje, sería su propia encrucijada…
¿Era necesario seguir así, y si así fuera, que supondría cambiar un solo gesto de compañerismo por sucumbir a un pequeño instante de amor?

Levar dejó de mirar a Asar y se dio cuenta de que Rasha les observaba lleno de orgullo.
Cruzaron las miradas y fue entonces cuando el líder de los mutantes constató el amor que se había forjado entre ambos.
No era un amor oculto- pensó Asar. Era imposible cerrar la brecha del amor que había nacido entre ellos. Estando juntos siempre surgiría la chispa adecuada aunque fuese invisible a los ojos de otros.




El desierto de Pentecostés se acercaba. Se encontraron con un desierto de arenas blancas. No había ni una sola planta ni animal ya que las pocas horas del día hacían unas temperaturas que eran insoportables a la vida orgánica. Solamente había una arañita que había desarrollado una velocidad y unas patas inmunes al calor de la arena. La llamaban la araña faraónica.
Todos los farms fueron avisados por Pal. No podían salir bajo ningún concepto de ellos. Eran alrededor de 50 farms.
Aunque nadie lo habría apostado, era extraordinario que todos esos farms no llamaran la atención en la vieja estación pero, fuese como fuese, habían logrado llegar al desierto de Pentecostés.
Se prepararon para cualquier cosa aunque era improbable que alguien los encontrase allí.  Si una cosa caracterizaba a la espiral de los mutantes era su asombrosa capacidad de crear refugios; lugares donde los insurgentes podían respirar a gusto aunque estuviesen en las mismas cloacas.






Rasha tuvo la necesidad imperiosa de fumar genke. Sabía que si fumada en cristal no afectaría aunque cualquier precaución era mínima. Llamó a Tania, Jacky, Pripe y Ari y se sentó en uno de los asientos de la cabina de mandos preparando la pipa hasta que ellos llegaran.
Para los leones la hierba era la luz que servía de vigía, la reina de Sión, el camino hacia casa.
A Levar no le importaba que fumaran en el farm mientras no oliera la hierba. Najren y Blod se quedaron con ella. Algunos preferían pasar otras pantallas solo, como el hijo de la espiral Naciente. Sabía que él nunca llegaría al nivel que pasaba el líder y que ni por ensoñación conocería las pantallas que veía la reina Bipolar.  Tso no podía fumar porque desviaría la energía sin querer. Todos sabían, incluso el desahuciado, que lo más importante que había que hacer para manejar la energía era saber dirigir su dirección.
Por otro lado, Ággelo ya vivía en su propia pantalla individual, y Blod, por esta vez, simplemente se negó a fumarla. Se sentía algo inseguro por lo que se aferró al brazo de Levar. Después trató de disimular todo el rato que estaba asiado a ella pero no fue relevante para ninguno ya que estaban disfrutando de la hierba especial.
Ninguno podía olvidar que todos los luchadores estaban subidos al carro de la ilusión donde los deseos galopaban amables.
El sueño de cualquier león de llegar a Sión, la sensación de libertad de cualquier hijo de Acuario, ganar la respetabilidad y el honor de cualquier hijo de la espiral Naciente, evocar un grito de guerra por que habían respetado su espacio como Ominona podía sentir…
El genke les acercaba a las dimensiones sin tocarlas. Les llevaba en  una nube hasta la misma cara de un Faraón rendido a los pies de los Alfarianos.
El chamán, que ya tenía sus propios métodos para pasar de pantalla, miraba a Blod y a Levar con una cara risueña.
Se levantó y le dijo a la terrestre:
-Tú no necesitas nada de esto porque ya gozas de lo tuyo. Es el precio que tienes que pagar por acercarte a lo negativo y lo positivo de esa manera, como si fueras el búho de la noche o la estrella del mañana…- Dijo esto en forma de canción retórica y se sentó de nuevo.
Asar que había estado inmerso en un mutismo inusual intervino.
-Yo sabía que entre nosotros se encontraba una mujer con ojos abiertos.- Dijo en tono críptico sonriendo.
Levar estaba sorprendida de que Asar supiera su identidad pero al mismo tiempo le aportó algo de seguridad.
La reina se levantó y se acercó al muchacho. Segundos después se puso en cuclillas a su lado y le dijo:
-¿Cómo lo has sabido?- Le preguntó desconcertada. 
-Por la sonrisa- contestó él sonriendo.
-No te olvidaré Asar. -Le dijo suavemente.
-Aun no debemos despedirnos. ¿No has aprendido la esencia de las encrucijadas?-sonrió sabiendo que ella lo sabía.
-! Bueno, algo habré aprendido, sí ! -contestó alegre la mujer.


Entonces la reina volvió a su sitio junto a Blod y el chamán Lucas y comenzó a divagar.
Pensó que jamás entre tantas espirales le había costado tan poco confiar en alguien. Había tenido una conexión especial con aquel insurgente, sobre todo basada en las miradas. En ocasiones esto también le había sucedido en su mundo. Había sentido una familiaridad con algunos desconocidos con los que apenas había tenido contacto.  Comprobó pues que así le sucedía también en el Universo Alfa.
Era curioso… ¿Cómo podía fraternizar con seres de otros Universos cuando apenas se había socializado con seres de su propio mundo?
Los sentimientos se arremolinaban en su mente. Ideas suicidas habían cambiado a un quizá haya algo que ver…
Sentimientos de soledades enfrentadas  cambiados por una situación en la que varias personas le controlaban, o lo que era mejor, le protegían.
Una fase depresiva en la que no cabían ilusiones frente a una fase eufórica donde era alguien importante sin hacer en principio nada.
El simple hecho de ser bipolar era un don en aquel Universo.
Según le había confiado Jacky, el Universo Alfa era lo primero que vería al morir. Veinticuatro Universos paralelos que se entrelazaban en dimensiones similares los cuales eran supervisados por la reina Omega y el Faraón.
Si lo que le había contado Jacky era cierto, en el espacio entre Blod y Levar podían haber seis Universos distintos, quien sabe si por su forma o color. Quizá entre el triangulo energético imaginario que era ella (negativo, neutro y positivo), existía el mundo de otro ser clonado que vivía en otro Universo.
“Todo lo que se crea, se crea de la nada.” Le reveló el maestro Chántico.
La “nada” pues debía de moverse con algún patrón o debía ser el espacio necesario donde otro patrón se movía. Y si el tiempo era lo que daba un espacio a las cosas, el tiempo podía no existir…
Habían pasado veintiún años. Ella, hace unas semanas, se encontraba en el año 2014. Y ahora estaba en el año 2045. ¿Medían los Alfarianos el tiempo del mismo modo? ¿Tenían la misma noción del tiempo o realmente había hecho un viaje de veinte años  con la suerte de llegar intacta?
Todo parecía una broma absurda pero la carta que había recibido de Íed le alertaba en su tiempo para que fuera fuerte veinte años después.
¿El nexo en común de ambos mundos paralelos era su propia dualidad?
¿Era acaso cruel la encrucijada o realmente algo importante debía acontecer?





Mientras todos fumaban genke, Levar se encontraba en un instante meditativo agarrada a Tso o más bien con Tso agarrado a ella. Había conseguido estabilizar ambos estados magnéticos entre ella y el desahuciado. Sabía que cuando ella misma estaba algo eufórica Tso se encargaría de absorberle algunas energías para estabilizarla.
¿Qué haría con Tso? ¿A quien se lo entregaría después de la lucha para que le protegiera y se hiciera cargo de él?
¿Qué Universo sería capaz de albergar  todo un ejército de individuos con los que nadie se había enfrentado y que probablemente  podían ser destructivos con cualquier espiral si se lo propusieran?
¿Qué encontrarían en la ciudad Negra?
¿Cómo era Isocrati y cuántos había como él?



Salieron del  desierto de Pentecostés. Ningún vehículo había seguido los pasos de los farms. Habían estado salvaguardados por las dunas del desierto. Ahora en poco tiempo alcanzarían la ciudad Negra.
Pal le hacía gestos a Rasha. Estaban apunto de sobrevolar el confín del desierto y posteriormente dirigirse al distrito L, por el que tenían que pasar para llegar a la ciudad Negra. 

Entraron en una oscura faz mutante, esta vez alejada de las dunas. Ya habían pasado las tres horas de rigor desde que amaneció el sol hasta que se acostó contando con dos horas posteriores. Sobrepasaron un vasto campos yermos donde la única señal de vida era alguna lagartija o, quizás, alguna cucaracha roja del desierto.
Frente a la luna de los cristales de los farms apareció una noche sombría acompañada de una ciudad espectral.
Los edificios fúnebres jugaban a encontrarse en las alturas. Había un exceso de residuos y desechos en las esquinas de las calles y una sensación monocromática de tonalidades grises en toda su gama. La contaminación lumínica favorecía a los farms para orientarse y la contaminación acústica formaba un cúmulo de ruido ensordecedor de vehículos, personas y máquinas.
Subieron a una altura prudencial. No debían llamar la atención antes de lo debido. Buscaron las coordenadas del estadio de Rugby. Se esconderían en el campo a través ya que el estadio se situaba en un área alejada de la ciudad y rodeada de un campo infértil y huérfano en edificios.
Esperarían hasta que fuese el momento adecuado.
Todos en los farms se mantenían expectantes. Aquel lugar inhóspito les ayudaba a estar en continua alerta.
Lucharían mano a mano y cuerpo a cuerpo lo cual hacía que la situación fuese más dificultosa.  De alguna manera preferían esperar lo peor.




-Kufu, he de decirte que se han liado las cosas pero yo….-empezó a decir Levar.
-No te preocupes- siguió diciendo Kufu- Entiendo como te sientes.  Yo tampoco puedo olvidarte. -­ dijo dispuesto.
-Bueno Kufu. No se…- balbuceó- Yo he podido olvidarte... Que no olvide todo lo que paso no implica que solo piense en ti.
El Ággelo agachó la mirada decepcionado.
-Un día te traicioné. No me obligues a decir que esto también es una traición.
-No lo es, pequeña. Pero habíamos creado un lago de malentendidos. Quizá por eso perdimos la confianza.
-Por eso y porque no supiste entenderme Kufu. Yo confiaba en que nunca te marcharías y me dejarías sin más. Tú fuiste inflexible porque no contaste con que yo te habría querido de todos modos. Yo nunca tuve un motivo para dejar de amarte, aunque relamente hubieron muchos. Yo nunca fui mala persona contigo en realidad. Al menos yo no lo siento así.
Kufu le miró con los ojos de un glacial.
-Despues te vengaste de mí, hiciste todo lo posible para que yo sufriera y con los años me he dado cuenta de que el único que fue ruin fuiste tú.
Sencillamente tú no querías a alguien como yo y no tuviste la honestidad de decírmelo directamente a la cara. Y luego me dices que tú me perdonaste…

Rasha que escuchaba a lo lejos traba de hacerse el sordo pero les miraba de vez en cuando de reojo.

-Crees que no intenté entender todo lo sucedido… Ahora solo puedo hacerte una pregunta… ¿Hay perdón en tu corazón para mí?- preguntó ilusamente Kufu sabiendo la respuesta.
-Tengo muchas cosas en mi corazón. Una no hacerte daño y otra no hacérmelo a mi misma.
-Entonces prométeme que lo olvidaras todo de una vez por todas.- Pidió apesadumbrado el Ággelo.
-Lo intentaré…- contestó la reina de ojos plateados casi por seguir la frase de Kufu.- Pero no creo que haya nada olvidar. Yo solo quiero no hacerte daño, a pesar del daño que yo sufrí…
Ággelo la miró con cierta arrogancia y luego se volvió a su asiento.
Levar se mareó un poco.
A los pocos segundos Blod se acercó a la reina y la cogió del brazo diciéndole:
-¿Estas bien, reina Isthar. ?
-Si, si claro. Solo me había quedado algo traspuesta. -aseguró nada convencida.



Entonces Rasha habló para todos:
-Todos estamos algo nerviosos. Me gustaría deciros que nadie había llegado a este punto, con lo cual esto es un gran mérito ya. Tenemos frente a frente a Babylon y llegar aquí es solo un paso más hacia Sión.  Tenemos derecho a estar nerviosos pero también a sentirnos orgullosos. Solo queda un paso al estadio y después de esto nos queda la parte más difícil; la espiral al Faraón. Hoy solo tenemos que ser valerosos. Ellos son precisos y veloces, nosotros fuertes e inteligentes. Confío en todos y en cada uno de vosotros. Es nuestra oportunidad para luchar contra Babylon. Hay que atacar como leones. -dijo mirando a Asar después- o en cualquier caso luchar y no doblegarse.

-Yo quería deciros que no os olvidéis de los . Quizá haya alguno entre ellos. Son los más peligrosos- comentó Pal.
-¿Qué pueden hacer?-. Preguntó Levar a pesar de parecer una completa ignorante.
-Pueden absorberte toda la energía hasta morir. Les gusta actuar por detrás así se sienten más cómodos. Se trasforman en animales. Son más inteligentes que los mutantes azules ya que pueden averiguar tu punto débil. Quizá no queráis toparos con uno de ellos. –concluyó Pal.
-Ya se me ha acercado mas de uno-dijo Levar mirando a Tso. Jacky que se encontraba junto a ella le miró con complicidad con la intención de que la muchacha reprimiera sus palabras  y por tanto salvaguardara su identidad.
Pal era la única que no sabía que llevaban en el farm a la reina Bipolar. Al fin  y al cabo seguía siendo una mutante.



De repente Tania exclamó:
-Los son como los humanos. Nunca sabes por donde te van a salir. -Dijo con sarcasmo y alevosía,  aunque la frase le surgió de forma natural.
-Ni que conocieras a todos los humanos.- argumentó Jacky.
Levar que se retorcía de rabia intentaba no saltar. Sin embargo quiso decir algo para probar su capacidad de regulación mostrándose serena.
-Si no los conoces y los juzgas es porque eres una xenófoba- la miró a la expectativa de que entendiera la palabra xenofobia. Su lenguaje no dejaba de ser extranjero en aquellas Tierras.
-Me lo dice alguien que se asombra por el más minúsculo ser del Universo Alfa.
-¿Pero a ti que te pasa?- gritó Levar- Admito que no quieras hablarme, admito tu carácter sarcástico y reivindicativo, pero no admito que hagas entender al resto que las cosas son por mi culpa. Si, me dio un ataque maníaco, si, soy lo que soy. –dijo de forma encriptada- No me gusta la falsedad pero yo al menos no te odio.
-Yo tampoco, reina Isthar- dijo con rintintín.- Y sinceramente me da igual cualquier cosa que digas.
-Bien- exclamó Levar- así ya tengo a alguien que dice que no me odia pero se atormenta con tan solo mi presencia.
Tania ardió de rabia y trató de mirar hacia otro lado.
Rasha se interpuso entre ambas y comentó:
-No hemos venido hasta aquí para odiarnos entre nosotros- dijo clavándole una mirada inquisidora a Tania.
-Yo he llegado hasta aquí para darme cuenta de que Tania no me acepta- murmuró Levar dirigiéndose a Blod con la suficiente fuerza como para que le oyera la hija de Acuario.
-En realidad es bueno que manejéis vuestra rabia. Necesitarán toda esa fuerza para la lucha – añadió el chamán Lucas tratando de calmar los nervios.
-Que la fuerza de Sión nos acompañe- dijo en voz alta Rasha mirando al infinito.
-Creo que sencillamente es rabia causada por la envidia- le murmuró en voz muy baja Blod a Levar.
-Sea lo que sea tenemos que concentrarnos. Pronto nos encontraremos con los mutantes- dijo seriamente Levar cogiendo las riendas de la situación.



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-¿Cuantas estrellas quedan?
-No sé, no las cuento.- 
Dijo Charlie con cierto desaire.
En el fondo ambos sabían que 
a cada rato nacía una...




Istharenlanoxe.



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