El contenido de La espiral Bipolar se engloba en un libro de alrededor de 140.000 palabras (o al menos eso creo de momento) Aquí haré la honesta y árdua tarea de transcribir los cápitulos en varias fases para una lectura mas fácil. Y sobre todo compartiré el arte porque el arte que trasmite es el arte para TODOS.
La curiosidad dió sentido a nuestros pasos y nuestros pasos nos llevaron a ella...a la curiosidad bajo el influjo de las mismas espirales.

{Os mando la energía... si queréis saltar os espero en la otra espiral}

jueves, 6 de septiembre de 2012

CAPITULO 7 , 7º Parte)


La espira de los leones de Sión, (Parte 7) 





Toda la aldea había despertando por fin.
El sol comenzaba a ser poderosamente inquietante, su rebeldía hacía que fuera imposible estar en el interior de la tienda provisional. Los visitantes que faltaban por desayunar ya estaban enfilados frente a las mesas del almuerzo.
De repente, una lluvia tropical empezó a caer desbordante. El viento había acercado a gran velocidad unas nubes bajas hasta la aldea.  Mientras unas gotas de lluvia caían del nubarrón, el viento las precipitaban en diagonal.
Los visitantes cogieron alimentos y volvieron a la tienda provisional corriendo. Los leones, que habían dado cuenta de numerosas lluvias tropicales, se quedaron en las entradas de las casas esperando la parada de la lluvia. Sabían que alrededor de quince minutos, como mucho, todo escamparía.



En la tienda provisional, la reina Luz le explicaba a una Ecodita:
-Esta lluvia parará pronto, tan pronto como Levar comience a llorar en su interior -dijo en un tono nostálgico.- Es buena chica, tan solo más rebelde de lo que a algunos desearían, supongo que no son conscientes de que están jugando con una espiral.
Entonces un hijo de la Liberación exclamó:
-¡No está en contra de las normas, solo quiere ser ella misma! Y claro… ser uno mismo siempre va en contra de las normas-.  Dijo mirando a Jacky. -Quizá, al ser bipolar, no puede expresar su auténtica naturaleza.

Jacky miró algo distraído al hijo de la Liberación. Estaba preocupado y lo que era peor, aún no había sido capaz de expresar lo que sentía.
-Creo que no la entendemos, creo que ni ella misma se entiende-. Declaró mirándose los zapatos.
Después de decir esto empezó a moverse como un tigre enjaulado de una esquina a  otra.
-¡Jacky! -exclamó la reina Noe, que se encontraba cerca.
-Ven, por favor.
Este se sentó en el suelo y observó de forma grandilocuente a la reina.
-Ella es como una niña -comenzó a decirle-. Solo intenta no mostrar debilidad. Sobre ella recae gran responsabilidad y la presión de no fallar en esta situación es elevada. Cualquier cosa podría ser un detonante. Ella esta acostumbrada a vivir entre mutantes y . De todos modos fue un simple accidente que tomara ganja.
-Maldito néctar de leones. No sé como pudo pasar -exclamó el Keburi algo descontrolado e iracundo.



La lluvia estaba amainando. Ya había pasado algo más de veinte minutos. En la casa de Rasha corrían otra suerte.
Levar ya había despertado hacía un par de horas. Analizaba los movimientos de sus carcelarios algo entretenida y al mismo tiempo meditativa. La puerta estaba abierta y podía echar a correr…
Sin embargo, a pesar de lo que aparentaba, siempre había sido lo suficientemente coherente para saber que era lo correcto.
En la Tierra siempre había escuchado aquello de “loco es aquel que no distingue la realidad, lo malo de lo bueno” y siempre se preguntó si lo que le sucede al loco es que la distingue demasiado bien, al menos en su caso…

El chamán Lucas había llegado a la casa. Quería ver a la mujer bipolar para confirmar su recuperación y expresar a Levar sus deseos mas sinceros de que mejorara.

-No podréis pasar sin orden de Rasha -le dijo Blod que se encontraba en el pasillo, cerca de la habitación de la terrestre. El resto de guardianes callaron. Ambos eran tan grandes y robustos como un ñú, incluso teniendo en cuenta su tez negra.
-Rasha tiene su custodia… -murmuró en forma de chanza elocuente y suspiró.- Bueno, esperaremos a Rasha-. Resolvió el chamán.
Éste apareció llamado por una princesa.
-Quiero hablar contigo sobre lo ocurrido –le planteó sin dilación el chamán nada más verle.
-Claro, no hay problema.
Se sentaron en una de las salitas. Había un sillón rústico de piedra y dos grandes cojines justo encima y, frente a ambos, un pequeño armario empotrado sin puertas pero con cortinas.
Ambos se miraron creando un silencio clarificador.
Rasha ofreció una infusión al chamán y éste negó el ofrecimiento.
-¿Cómo está ella?
-Algo confusa. No entiende muy bien lo sucedido, pero sabe que tiene unas consecuencias no muy positivas precisamente.
-¿Recuerda lo que pasó? -inspeccionó el chamán.
-A medias, chamán Lucas. Ella tiene su propia versión de los hechos.
-¿Ha tomado algún calmante o algo que le estabilizara el ánimo?
-Tratamos de dárselo en las comidas. La reina Omega me  advirtió sobre ello, era de esperas que no comiera lo suficiente pero si probaba cualquier bocado o cualquier bebida debía estar cargada de “mermelada de niños”.
-Al menos ha dejado de estar furiosa –siguió diciendo el león-. Habrá que hacer una reunión. No sé cuándo partiremos pero tampoco podemos esperar demasiado. Hemos recibido noticias de los mutantes azules. Por lo visto ellos también buscan a Levar.
-Hablaremos en la reunión, pues.
-Claro. ¿Puedo ver a la princesa antes?
Rasha se ausentó unos minutos y al rato llamó al chamán y le invitó a que entrara en la habitación donde Levar  había pasado su propio calvario.

-Hola, princesa- le dijo expectante.
-Hola, chamán Lucas, me alegro de verte -dijo con una serenidad pasmosa.
-Yo también, princesa Levar. No creía que te iba a ver tan guapa y sensata.
-Ya ves, aún sé quién soy y todo -dijo ironizando.
-Nos has dado un buen susto a todos.
-Y disgusto también -dijo casi sin dejar de hablar-. Seguramente lo que desee todo el mundo es ir a la lucha -dijo, restando importancia al infierno que había pasado la noche anterior.  
-Es importante para nosotros que vengas. Equilibras todas las fuerzas de las espirales y tienes una fuerza interior que solo tú puedes aportar. Para ellos eres la esperanza que siempre habían estado esperado.
-No quiero ser necesaria, solo estar bien -dijo más seria de lo debido.
-¿Y a qué tienes miedo ahora? Ya pasó lo difícil. Ahora puedes brillar de la misma manera que lo haces en la oscuridad... solo que ahora todos te verán-. Aseguró el chamán.
-Quizá pueda, pero no me sirve de nada… volveré a caer… volveré a decepcionar a todo el mundo… Siempre fue así, aquí… en la Tierra y en todos los infiernos donde estuve.  Esto siempre me pasará mientras sea yo misma, simplemente por ser distinta y no quererme aferrar a las cosas que otros quieren imponerme. Es una maldición que el ciclón venga siempre a por mí, supongo que lo tengo asumido pero no contaba con que pudiera pasarme entre vosotros, chamán Lucas.
-Tus miedos son infundados…
-Entonces, ¿qué se espera de mí? ¿Que luche a toda costa y…?-. Trato de terminar la frase-. ¿…y me abandone a mí misma por los demás? Yo quiero luchar por mí, simplemente por estar bien. Supongo que suena a egoísta porque estoy haciendo verdaderos esfuerzos por ayudar a estas gentes pero siento que me pierdo por el camino… -hizo una pausa- Es ese equilibrio el que me destroza, el que me divide siempre en dos…
-Yo creo que ahora es tu oportunidad de luchar por estar bien. Cuando luchas por otros hay ganancias y pérdidas. Cuando luchas por ti misma no puedes celebrarlo con los otros -agregó el chamán-. Hubo un tiempo en el que no te importaba ser tan roja y rebelde como un dragón.
La mujer bipolar le miró confirmándole que así era y admitiendo que sentía cierta fascinación por la clarividencia del chamán.
-Si… un tiempo en el que luchaba hasta por dejar de ser roja pero eso siempre supuso una oscura maldición.
-Tienes una facultad inherente a ti, Levar. Tu sensibilidad te permite verle la cara a aquellas dimensiones que el resto solo podría llegar tomando demasiada hierba sagrada o haciendo algún pacto con un alquimista. En éstas dimensiones puedes encontrar cosas muy feas, bien sabes que para traspasar el espejo y volver has de tener mucha fuerza, una fuerza que en ocasiones tu misma temes a pesar de tu rebeldía. Sin embargo lo que encuentras en la luz no tiene precio. Es una Barak; una bendición que simboliza que has superado difíciles peligros y estás preparada para superar pantallas mas elevadas. Ahora tienes que salir y ser tú. La aldea te espera-. Sonrió plácidamente el chamán.
-No me dejan salir, chamán Lucas. Rasha me tiene enclaustrada.
-Él solo cuida de ti -le explicó, recalcando lo que ella ya sabía.
-Quizá yo busque algo distinto a él.
-Habla con él y también con Blod… Ambos están preocupados.
-Pero ahora tengo que solucionar todo esto que me hierve por dentro. Cuando vuelva a la Tierra… si es que lo hago… me sentiré más triste que la luna -confesó-. No habrá nada por lo que luchar.
-Estarás tú. Deberás luchar por ti misma. Además, no te entristezcas -dijo levantándose y quitándole a la terrestre una lagrimilla que le caía por la mejilla-. Nosotros siempre estaremos aquí, las encrucijadas no llaman tan fácilmente a la puerta. Siempre habrá alguien en tu mundo o en éste que crea en ti.
-En mi mundo de momento sí, mis padres-. Aseguró con todos los gestos de su cuerpo.
-Eres una chica auténtica, Levar. Podrías tener lo que quisieras en tus manos. Elige pues bien tu encrucijada.
-Creo que elegiré según lo que me toque vivir, lo cual me plantea ahora un dilema.
Hubo un silencio en el que Levar anduvo de lado a lado de la habitación tornándose inquieta pero lo suficientemente serena para no alarmar al chamán
Sin previo aviso el chamán habló.
-¿Cómo te encuentras ahora? Espero que la llamada sagrada de los leones se haya trasladado a otro cuerpo-. Insinuó refiriéndose a la ganja.
-Pues estoy intranquila, llena de dudas, llena de vergüenza.
-Tienes que salir, de ese modo comprobarás cuántas personas están verdaderamente preocupadas por ti.  Es decir, verás que gran parte de la aldea quiere lo mejor para ti, por no decir todos. Quizá eso te ayude a encontrar respuestas.
-Me mirarán extrañados -temió algo avergonzada.
-Que te miren como quieran, pero que te miren -sonrió el chamán.
-Cierto, necesito salir de aquí -dijo Levar midiendo las palabras del chamán.
-Hablaremos con Rasha.

La conversación concluyó cuando el chamán abrazó a Levar. Tenía unas espaldas amplias, era ciertamente corpulento aunque de cintura para abajo tenía una estructura corporal más delgada.  Levar sintió el alivio de verse correspondida y volcó todas sus inseguridades en el chamán al tiempo que le devolvía el abrazo. Por un momento volvió a sentirlo, a sentir la fuerza liberadora que se despide del contacto de dos personas que se aprecian, esa que surge cuando abrazas a alguien que es como tu familia.
Después de canalizar las energías negativas que le quedaban a la muchacha templó los pocos residuos que se habían resistido a abandonarla y al hacerlo los expulsó espolsándose el cuerpo. Más tarde fue en busca del león. Debía tener conocimiento de su mejoría.
Le explicó que se encontraba mucho mejor y que era recomendable que le diera la luz del día y paseara al aire libre.  Todos confiaron en las palabras del chamán aunque estaban preocupados por su estado,


Rasha dejó al chamán y fue en busca de Levar. Estaba sola, algo retrotraída pero esta vez no era por sus miedos interiores. Se preguntaba si tenía sentido seguir con todo aquello, si realmente había una oportunidad para la Tierra o las espirales o si la había simplemente para ella.
En la habitación todo seguía impecable, tal cual lo había dejado el león la última vez.
-¿Has dormido bien? -le preguntó sin más dilación.
-Claro, han sido muchas horas… Me vinieron de maravilla.
-¿Entonces te encuentras mejor? - dijo de forma superficial. La interiorización ciega de sus sentimientos volvía a formar parte del juego.
-Me encuentro avergonzada -dijo agachando la cabeza.
-¡Nooo! Princesa… -musitó-. Estabas mal. ¿Cómo voy a pensar que hiciste nada a conciencia?
-Si, pero aún así yo me siento mal. No tenía que haber pasado.
-Pero pasó -le cortó la frase antes de que acabara-. Así que ahora solo pido a la reina Madre de los leones de Sión que nos proteja y que tu curación sea pronta.
-La verdad es que, a veces, lo único que espero de ti es que estemos más unidos…
-Yo solo deseo que tú estés bien, Levar.
-Ya, pero quizá… lo que yo necesite…no es que me protejas sino que me ames.
Rasha, que andaba inquieto de un lado a otro, se paró y la miró fijamente. Ella estaba sentada en el colchón con los pies en el suelo y los brazos apoyados en las rodillas. El león se desplomó en la cama junto a ella y se quedó pensativo.
-Eres un hombre excepcional -le dijo confesándole sus pensamientos mientras urdía palabras que le parecían inconexas-. Tanto, que no sé si podría encontrar a alguien como tú en todo el Universo Alfa, Omega o lo que sea… - balbuceó.
-Levar, yo… yo… -dijo acercándose a ella.
Entonces ambos acercaron sus labios y se besaron con la fuerza justa que Levar necesitaba. Después la cogió del cuello con las dos manos, levantó su cabeza con suavidad y le siguió besando tiernamente mientras ambos sentían el latir del corazón del otro a mil por hora.
En ese preciso instante alguien tocó la puerta que andaba entreabierta. Levar deseaba no tener que esconder su amor por Rasha, pero las circunstancias debían respetar la posición del león entre los luchadores.
Verdaderamente no podían demostrar su amor mutuo pues los sentimientos y las envidias ajenas no debían entorpecer la batalla.
Pero era obvio que ese pensamiento era exclusivo del león ya que para Levar era absurdo fingir algo tan sincero y honesto. Ella nunca escondió su amor por nadie y no quería que esta fuera la primera vez para ello.
Se abrió la puerta, era Blod. Se notaba en el ambiente cierta pose circunstancial. Pero precisamente el can debía un alto grado de respeto a aquella muchacha de palabras sencillas.

-Princesa. Jacky y Tania desean verla.
-Tranquilo, voy a salir con Rasha al exterior, me encuentro mucho mejor.
Blod abrió los ojos como platos y sonrió.
-Me alegro, me alegro muchísimo -dijo.
-Gracias  -contestó Levar con una gran sonrisa.
-Rasha, quiero que se haga una reunión general. Debo una disculpa y una explicación a todos.
-Así se hará, princesa -dijo sonriendo Rasha.
Mientras andaba por el pasillo, una princesa se le acercó. Era una prima de Rasha.
-¡Princesa Levar! -exclamó ésta-. Tu mejoría es visible. ¿Deseas algo de comer o beber?
-Si, deseo lavarme y ponerme mi ropa de guerrera.
-Claro que sí -contestó en seguida la princesa.
-Blod, antes quiero hablar contigo -dijo casi a hurtadillas.
-Cuando tú quieras Levar.

La mujer bipolar comenzó a andar por la casa. Blod la observaba desde el pasillo y el resto la miraban anonadados. Por fin, la princesa había salido de su habitación y cualquier indicio de su mejoría era un símbolo de celebración.
En la calle había una algarabía premeditada. La noticia de la mejoría de Levar ya había llegado a todos los  rincones de la aldea. La reina Madre, siempre tan atareada, se encontraba frente a la casa. Había estado esperando ahí desde su conversación con Rasha en la habitación. Todos querían mostrar sus felicitaciones y celebrar su mejoría.
La mañana, en la que se había programada de antemano salir de la espiral de los leones, se había sustituido por la celebración de la nueva recuperación de la mujer bipolar.



El chamán Ribe, que había estado al tanto de todo lo sucedido, se encontraba también cerca de la casa.
Vio a Rasha salir y se acerco a él.
-Rasha, me alegro de que Levar esté mejor, pero lo importante es… bueno… ¿Tú cómo estás?
-Bien, algo cansado, pero bien… - dijo agachando algo los hombros.
-Creo que ahora sería mejor que durmieras tú… -trató de dejar sus pensamientos en suspense. Rasha no era ducho en la trasmisión de pensamientos pero el chamán Ribe dominaba algunas técnicas.
-Si, tal vez. Primero tengo que hablar con todo el consejo. Quizá Levar no sea consagrada. Pero iré en seguida a dormir-. Dijo casi de forma sugestiva, influenciado por una ligera sensación hipnótica.
-Tienes razón en algo. Lo que ha sucedido alterará las opiniones del consejo. Pero la reunión se realizara pase lo que pase y lo sabes.
-Puede ser –murmuró el león-. Puede ser.
Mientras hablaban sobre el consejo, Rasha vaticinó la nueva candidatura para de Levar en lo más hondo de su corazón; rango de reina.
Tania estaba con los hijos de Acuario. Se entrenaban para la lucha. Tenían que usar su fuerza magnética contra unas ramas altas que habían encontrado en la selva.
Algunos competían con fuerzas superiores, levantando simplemente las ramas con la palma de las manos. Otros las partían con las manos como si fueran arcilla blanda.
Todos tenían algún familiar en la espiral del Faraón lo cual se sumaba al deseo sincero y lícito de luchar por su propia libertad.
Tania escondía tras de sí el secreto de una familiar azotada por el sometimiento de Babylon. Su prima Kramp había sido raptada hacía meses por los mutantes azules y llevada supuestamente hasta la espiral del Faraón.
Tania tenía motivos de sobra para afrontar cualquier peligro. Estaba asqueada por las fuerzas de influencia que ejercían los mutantes entre las espirales, asqueada de sus juegos de mercancías que intimidaban y violentaban a todos los Alfarianos. Nunca en toda la encrucijada que le tocó vivir como hija de Acuario había contado con la posibilidad de coger la revancha a una dinámica sistemática que se empeñaba en quitar la esencia las espirales sometiéndolos a tratos vejatorios y destrozando lo que a Tania mas le dolía; su sensación de sentirse libre, libre para saltar donde quisiera, libre para usar sus energías y poder avanzar, libre para elegir subir de dimensión, libre para decir si o no, o tal vez quizá o siempre que quisiera, libre para poder decirle personalmente al Faraón y a cualquiera de sus secuaces que se fueran directamente a la mierda.

Llegó a los oídos de la hija de Acuario que Levar había mejorado e iría al consejo. La alegría invadía la aldea, y de algún modo, también el corazón de Tania pues se acercaba el momento de partir. Sin embargo, al meditar sobre la reacción que tendría frente a la terrestre, una duda le embargó.
Habría sido buena compañera de viaje pero, ¿y qué más?
¿Cómo concederle méritos a una muchacha con la que había vivido una semana escasa? ¿De qué modo debía de tratarla después del ataque de agresividad ocurrido anoche? ¿Cómo confiar en una chica terrestre, en una muchacha que tenía fuerzas desconocidas, que jamás había conocido de forma íntima las preocupaciones de ninguna de las espirales? Una chica que apenas conocía la forma en que los mismos hijos de Acuario entendían la ley dual, una ley que ellos consideraban a bien saltársela siempre que no se dañara a nadie…
Solo había un hecho que le llevaba a confiara en ella; su mirada limpia y honesta. Pero no estaba segura de si su fuerza iría dirigida solamente hacia el mal.
El incidente de anoche había cambiado el rumbo de las cosas, y eso le aportaba a Tania el peso de la incertidumbre.
Concluyó sus pensamientos sobre Levar y siguió ayudando al resto de hijos de Acuario ayudándoles a que levantaran ramas cada vez de más peso.
Mientras tanto, el consejo constituido por Rasha, su reina Madre, el resto de reinas visitantes, los chamanes y las reinas, las cuales tenían menos rango pero más antigüedad, deliberarían la posición de Levar en las espirales. Se encontraban en un lugar apartado de las casas, creado exclusivamente para estas ocasiones.
Había un mostrador de piedra y unas bancadas que lo acompañaban.
Tomaron asiento mientras la reina, que era una mujer entrada en edad pero bella en su presencia, ocupó el asiento duodécimo, constituido por una bancada solitaria con abrazaderas especiales para el uso de una persona de gran tamaño. El asiento trece estaba reservado para Rasha y el catorce para el honorable chamán Lucas.
-Bonito día para todos -empezó a decir la reina-. Interrumpidme si me equivoco, pero estamos aquí para deliberar el destino de Levar y su rango, ¿bien?- Confirmó lo evidente.
Todos asistían en silencio. Sin embargo, el chamán Ribe con la boca sellada pensó, tras la frase de la reina Madre, que el destino de Levar era solo competencia de la terrestre y, sobre todo, que la misma reina había pasado por alto que “destino” y “rango” eran palabras que se usaban indistintamente en las espirales.
-En realidad solo la muchacha puede elegir su encrucijada.- Pensó.
El chamán Lucas pudo presentir sus pensamientos y compartirlos. Ambos tenían una conexión bastante depurada. Gracias a ello ambos, al mirarse en completa complicidad, inclinaron ligeramente la cabeza al unísono. Levar no necesitaba títulos.
Cuando la reina hizo una pausa el chamán Lucas expresó:
-Sugiero que cada uno de los que estamos aquí dé su opinión en total confianza. No debería juzgarse lo ocurrido sino la esencia real de ésta muchacha.  
Entonces, hizo un ademán mirando al chamán Ribe y le dio paso con la voz.
-Soy Ribe, he tenido contacto directo con ella. Así que por lo que he observado, puedo decir que es una chica considerablemente fuerte y llena de magia. Tendría que aprender algo sobre las pócimas, pero por su excepcionalidad, para mí, sin duda, es una reina.
Se oyó un murmullo entre el consejo. Todos hablaban menos la reina Madre y Rasha.

-Callad, por favor -dijo ésta-. De lo contrario, esto se alargará demasiado.
-Podría ser un Keburi. Pasa muchas pantallas y es creativa en ideas prácticas -comentó la reina Indy.
-Bien, si es tu respuesta, queda sabida tu opinión -dijo la reina señalando a la reina Indy.

Era el turno del chamán Lucas.
-Ella es un Ággelo -dijo mientras se ponía en pie con la cabeza bien alta-. Ayuda a los necesitados y su energía mágica es provocada por luz blanca, Todavía le falta saber dirigirla pero es evidente que es un alma pura.
-No creo -apuntó la reina Asarté-. Sin duda es un ser especial que ha conquistado el cariño de muchos seres en el universo Alfa. Pero no es suficiente. Tiene desequilibrios. Su encrucijada aún está en la Tierra.
Era una anciana octogenaria de la aldea de los leones Negros. Vestía de forma similar a la reina Madre aunque con una combinación de colores distintos. Era madre de uno de los leones que sujetó a la muchacha así que tenía un testimonio de primera mano en casa y de algún modo consideraba a la terrestre como una amenaza.
-Quizá -intervino la reina Makkeda-. Pero si la condenamos a la Tierra, ¿qué razón de ser tendría que nos acompañara en la lucha? La encrucijada ha querido que ella pase algunas pantallas y ella misma ha sabido afrontarlas. Creo que tiene la capacidad de una reina, aunque a veces dudo de su esencia femenina. Puede que tenga la esencia de un chamán.
-Yo pienso igual, reina meritoria. Ella tiene el suficiente valor como para enfrentarse a cualquier espiral-. Agregó la reina Elsa dirigiéndose a la reina Madre.
Era una preciosa reina, de las más jóvenes. Había adquirido méritos por su creatividad pero aun le faltaba dominar la impulsividad. Unos decían que era espontánea por naturaleza y otros que con los años se relajaría. La reina Omega sencillamente la había catalogado de niña prodigio.
Ésta reina si que llevaba un traje de guerrera como el de Levar aunque tenía una capa con capucha que solo dejaba entrever la silueta de sus piernas y parte de la de sus pechos cuando hacía algún movimiento brusco con sus extremidades. Sus cabellos eran dorados y su piel blanquecina pero sus ojos aguardaban una mirada llena de fuerza. A pesar de la fragilidad de sus rasgos en ningún momento aparentaba un aspecto angelical.
-De hecho, creo que hablamos por hablar -siguió diciendo-. Levar  ha querido seguirnos en esta travesía. Bien sabe la reina Omega que en estos casos los visitantes del Universo Omega  que se ponen en contacto con el Universo Alfa son premiados por el simple hecho de ser mágicos. Ellos solo llegan hasta nosotros a través de los sueños o algún estado hipnótico. ¿Quién ha sido capaz de mirarnos a los ojos como lo hace ella? Dicen que lo que le ha sucedido  a esta mujer jamás se ha dado en otras ocasiones. Yo lo pongo en duda pero la cuestión no es esa, la cuestión es que la terrestre ha mostrado una capacidad de adaptación impresionante.
La reina Artemisa y la reina Sofía que murmuraban entre ellas y se regalaban miradas cómplices también deseaban hablar.
-Todos conocéis las formas del amor- comenzó a explicar la reina Artemisa- Es muy posible que Levar esté aquí porque tenga que superar alguna de sus pruebas. Ninguna reina nació con la verdad pues la verdad se muestra curiosa en los susurros de la vida. Si la terrestre merece algún honor precisamente es el de escuchar esos susurros de forma natural.
Ella y Sofía eran dos mujeres bellísimas aunque la segunda era algo mas baja de estatura y gozaba de un cabello largo y negro y, sin embargo, Artemisa tenía una melena larga y de color rubio platino. Pese a las diferencias físicas ambas vestían como reinas guerreras y se comportaban como tales.

-Estoy de acuerdo con Artemisa aunque he de decir que luchar no implica no amar y eso supone situar a esta chica entre el propio huracán. En la calma merece ser una reina árbol y en la lucha intuyó que será una reina guerrera.

En la misma reunión, cinco asientos más allá del chamán Lucas se encontraba la reina Lila que observaba discretamente las posturas de todos los contertulios. Era consciente de las consecuencias de elevar de rango a la terrestre pues las espirales de las reinas daban prioridad a aquellos seres que eran especialmente estimados y si la reunión le otorgara el título de  reina implicaría no solo conocer algunos de los secretos de la espiral de las reinas, sino tener que reconstruir la historia del pasado volviendo a repetir la misma encrucijada.
Esta reina reafirmada y discreta tenía el pelo corto con alguna mecha despistada que le caía sobre la frente. Vestía con una túnica de color violeta y tenía una alforja también con dos compartimentos de la misma forma y material que la de la reina Makkeda.

-Bien, supongo que me toca ya dar mi propia apreciación. Debo decir que es complicado para todos. Está en juego el equilibrio elemental de nuestras espirales y el de la propia Tierra. Si de mi dependiera dejaría que la muchacha se coronara así misma. No podemos obligarla a que se sienta parte de ninguna espiral. Por eso planteo que ella puede elegir también, quiero decir que ella tenga absoluto albedrío para tomar la decisión que crea conveniente. Las reinas estarán de acuerdo conmigo en que nuestra espiral tiene una gran responsabilidad y solo alguien en el lugar de Levar puede entender la naturaleza íntima de mis palabras.

La más anciana, la reina Bubast, miró con cierta severidad a la reina Lila.
Se arremangó la túnica que le caía sobre el suelo. Era una mujer bajita y de una tez chocolate oscuro. Tenía un gran turbante que rodeaba sus añejas rastas y llevaba una capa azul cobalto que tapaba a media luz una túnica roja  de media manga.
Arrugó la nariz y habló:
-Reina Lila, no dudo de vuestra coherencia a la hora de hacer todo lo posible para no romper el equilibrio. Sin embargo tengo que recordaros que traspasar el espejo es sencillo pues todos sabéis que incluso puede suceder por azar y, sin embargo, estar en él es un auténtico laberinto para según que rangos. De todos modos realizar la hazaña que esta muchacha a realizado es inclusive mas difícil. Ha pasado la pantalla completamente sola y aún no sabemos lo que ha visto. Nadie sabe que encrucijada extraña arrastra la terrestre a ver más allá de lo sagrado. Pero si fuerais capaces de entender la gravedad de los acontecimientos, que no dudo de que podáis, veríais que esta muchacha, por extraño que parezca, tiene un don que haría posible algún milagro. Presiento que ella misma ha logrado pasar algunas dimensiones porque cree precisamente en los milagros.
-Si reina Bubast, yo también estoy de acuerdo contigo. Pero su esencia es como la de una caracola; fuerte pero frágil al mismo tiempo. En realidad está expuesta a la peor de las encrucijadas-. Inquirió la reina Lila.


La reina Madre levantó el cetro de madera alzándose también ella con él y ordenó callar a ambas reinas.  En ese preciso instante miró a su hijo y le señaló con el cetro.
Éste se vio obligado a hablar a pesar de sentirse violentado.
-Bueno… yo… -balbuceó-. Realmente pensaba decir que hubiera sido una excelente reina. Pero ella es mucho más que todo eso.
Entonces, se oyó un murmullo superior al anterior.
Rasha, sin sentirse intimidado, continuó su exposición. Hablar le hacia recobrar fuerzas.
-Creo que debería ser reina, pero de su propia espiral, una espiral que ella misma pudiese crear y fundar.
La reina Madre, esperando esa respuesta, hizo un ademán de nuevo con el cetro.
-Por favor, escuchadme. Si mal no he oído la mayoría considera que Levar debería ser nombrada reina.
Algunos murmuraron.
-Así que, reina será -dijo finalizando la reunión.


El consejo había realizado su dictamen y las habladurías habían estado en lo cierto. Pronto se realizaría la adjudicación del rango de Levar en público, donde todos comprobarían su estado de compromiso.
Era obvio que algunas ideas estaban divididas, pero por fortuna la mayoría deseaba su bien.
Todos se retiraron hasta la adjudicación del rango de terrestre.
Antes de que terminara la tarde, el consejo haría una homilía frente a todos.


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