LA
ABNEGACIÓN MUTANTE (Año 2045)
Una
alianza de mutantes azules estaba hablando con los pasajeros de los farms que
ya habían aterrizado. A pesar de que el líder de los leones Negros no había
llegado aún, ellos sentían que tenían la responsabilidad de proteger el resto
de farms de cualquier ataque invasor.
Sin
embargo, esperaban con ansiedad a Rasha. Los sentimientos eran ambivalentes;
desconfiaban del resto de espirales pero albergaban la esperanza de que los
luchadores de Rasha pudieran crear un punto de inflexión donde ya no se pudiera
retroceder atrás. Un punto que pusiera en cuestión todo el sistema de Babylon.
Por
fin llegó el farm del líder de los leones; respiraron más tranquilos.
Al
estacionar, los luchadores se quitaron de inmediato los cinturones y bajaron
con la intención sana de pisar tierra firme.
Todos
cogieron sus macutos, menos Levar que llevaba la alforja que le regaló la reina
Makkeda y, además, portaba a Tso de mochila, el cual sostenía una pequeña bolsa
de tela repleta de dulces y víveres que las princesas les habían preparado para
el viaje.
Se
levantaron y desfilaron hasta una concentración compuesta por mutantes. El
resto eran los compañeros de los farms que habían llegado entre un cuarto de
hora y media hora antes.
Rasha
llevaba una espada y un venablo, y una mochila con una cantimplora de
fabricación chamánica hecha de un mineral altamente biodegradable que los
chamanes llamaban biohydor. Dentro de la
mochila también había dos cuchillos, medicamentos elaborados por las princesas
leonas y una pantalla tecnológica de pequeñas dimensiones que siempre llevaba
encima cuando viajaba.
El
león se acercó al gentío con la compañía del círculo de Levar tras de él. Por un momento se quedó pensativo y aminoró su
paso. Tenía que valorar si el ataque frontal sería lo más indicado después del
supuesto camuflaje.
Después
de las presentaciones comenzaron los interrogantes.
-Necesitaremos
ropa similar a la vuestra para infiltrarnos.- Espetó Rasha.
-No
será necesario. Reuniremos a todos los farms en un lugar seguro.- Dijo un
mutante que daba la sensación de ser un coordinador de grupo.
Ja,
que así se llamaba, era un hombre algo serio, definido por el carácter de su
propia cultura. Pero en el siempre asomaban atisbos de cordialidad y de una
personalidad dinámica y organizadora. Vestía de traje gris a juego; pantalón
largo de pinzas y una camisa con diminutos botones y cuello camisero con picos
cortos y elegantes. Su color de piel era gris con tonos liláceos, y su pelo era
corto y negro, peinado con una raya hacia el lado derecho.
Después
siguió hablando su compañera.
-Ahora
falta averiguar el punto de encuentro, pero varios de los nuestros ya están en
ello -dijo una mujer alta de un tono de piel blanca con unos matices violetas.
Su pelo era rizado y moreno y su cara estaba acompañada por un gesto de
continua sequedad.
-Gracia,
Pal -le dijo Rasha a la mujer, haciéndo una reverencia también a Ja.
-Gracias
a ti también, sabes que tus leones Negros para nosotros son recibidos con
respeto y admiración-. Contestó ella.
Ja
le contestó con la mirada moviendo ligeramente el mentón hacia abajo y
expresando cercanía en los ojos.
Todos
miraban atónitos la relación entre el león y los mutantes. Para la espiral de
los hijos de Acuario era impensable tener alianzas con mutantes. Pero se podía
decir que esta vez se trataba de una generosa excepción.
-Aconseje
a las mujeres que se pongan esto -dijo la mutante Sofía, dirigiéndose a las
mujeres. Llevaba en la mano una especie de compresa de algodón.
-Al
principio es incómodo, pero evitará que más de una tenga problemas.
Aquí
las mujeres están acostumbradas a canalizar esa energía, por no decir que
algunas carecen de la energía de la ley de atracción por completo... Aquí llega
un momento que aprendes a bloquearla, incluso destruyes los vínculos –explicó
con cierta dejadez.- Pero en otras espirales ellas rebosan de este poder y eso
podría hacer que un mutante las encuentre con mucha más facilidad.
-Algún
mutante podría atacarlas hasta absorber su energía sin compasión. Aquí todo el mundo sabe que en la mayoría de los
casos los mutante juegan con estas energías sin querer hacer daño a priori.-
Añadió justificándose.
-Sin
embargo, los más peligrosos se ensañan, con tan solo mirar a una muchacha
pueden contaminarla o succionar su fuerza. Aquí las mujeres lunares son carne
de cañón. Aunque sean fuertes corren el peligro de ser desangradas o incluso,
en el peor de los casos, marcadas de por vida-. Explicó Sofía esta vez tratando
de alertar de la gravedad del problema.
-No
tiene porque suceder pero es mejor prevenir que acabar en el Perípato por algo
que ni si quiera le corresponde a una.
Dijo
esto y miró a la mujer Bipolar. Por alguna extraña razón pensó que aquella
forastera podía ser una mujer lunar.
Levar
no daba crédito, esa parte siniestra que corresponda a los mutantes no era otra
cosa para ella que la eterna lucha entre el poder del falo y el poder del
útero. Para ella suponía simplemente aquella extraña razón por la que los
hombres habían envidiado siempre el poder energético de una mujer. La terrestre
siempre sintió frustración por que el poder del triángulo invertido, es decir,
el poder de la sexualidad y la energía más íntima de una mujer, siempre había
supuesto una guerra entre sexos absurda e interminable. Todo esto también le
hacía sentirse triste, triste porque muchas personas, tanto hombres como
mujeres, habían negado la parte que les correspondía a todo ser vivo en el gran
puzzle universal. ¿Cómo era posible negar una parte femenina a la fuerza? ¿Cómo
era posible negarle una parte masculina a la sensibilidad?
La
terrestre miró al cielo mientras un mutante daba instrucciones.
El
firmamento estaba sombrío, gris y proporcionaba un aire de somnolencia. En el
fondo, para ella aquella atmósfera le era familiar; estaba acostumbrada a la polución
de las grandes ciudades y al aire espeso de las mismas.
Agudizó
el oído y se dio cuenta de que no se escuchaba el sonido de ningún animal
nocturno. Tan solo era posible oír el
crujir de unas máquinas lejanas y la resonancia de algún que otro farms que se
movían en el aire dirección a cualquier sitio.
Jack
se acercó a ella y le dio un codazo.
-Vamos,
niña, están repartiendo las compresas.
-Ah
-dijo anonadada mientras miraba el cielo-. Sí. Sí, voy -y dejó de mirar hacia
arriba.
-Tania,
¿tú las coges también? -preguntó con total inocencia, mientras se sumaba a la
cola junto a la hija de Acuario.
-Claro,
es para la fuente energética del útero. Es una fuente inagotable hasta que
dejamos de poder tener hijos. Esto, y la energía de las bolas, son las fuentes
más codiciadas por estas alimañas.
-Ya
entiendo –masculló.- ¿Y qué significa mujer lunar?
-Los
leones las odian porque les hacen sentirse inferiores. No entienden que ellos
mismos manejan esa energía, o al menos podrían hacerlo… si no fuera porque se
empeñan en utilizar el orgullo y el egocentrismo.
-La
mujer danza con las lunas –continuó con su explicación.- Tiene ciclos distintos
energéticos y cuando alcanza los ciclos más fértiles o está embarazada tiene
uno de los poderes más codiciados en este Universo; el poder de la ley de
atracción. La unión de los contrarios, Levar, simboliza que cada pequeña parte
del Todo esta formada por un dualismo: masculino-femenino, positivo-negativo.
Nada sobra y nada es superior. Pero el poder de la mujer lunar, ese que todas
llevamos dentro, el que dice que la disolución de las leyes es el principio de
la conjunción de las mismas, es el poder de la creación. Genera tanta energía
que si no se dosifica puede pasar como sucede con los mutantes… que ellos sean
mas rápidos que tú y la utilicen a su favor. De hecho ellos necesitan la ley de
atracción pero la utilizan para sus propios beneficios superficiales, tú en
cambio eres la llave de esa ley, tu y cualquier mujer-madre, claro.
-Has
visto que por ejemplo los leones veneran a las mujeres… (Aunque otros siempre
muestren su orgullo fálico)-. Dijo murmurando.
-Saben
que ellas en todas las espirales abren puertas a la trasmutación e incluso ellas
mismas manejan y respetan estas leyes, por el motivo que sea.
-Si…
-murmuró la reina Bipolar aturdida.
-Si
utilizas de forma descontrolada tu energía de mujer lunar puede tornarse en
negativa. Pero no necesariamente lo es. Si utilizas con serenidad tu energía de
mujer lunar puede tornarse a positiva. Pero en ambos casos hay una dualidad de
atracción… Si alguien reclama esa energía en tu contra es una agresión, es
justo lo que hacen los mutantes con esa energía… Pero ahí radica el secreto de
la ley; ¿realmente atraemos lo que queremos? ¿Realmente debamos protegernos de
aquello que nos subleva o nos transforma, de aquello que nos condena? La fuerza
que tu ejerzas en lo que quieres conseguir quizá sea la que pueda hacerte
crecer, supongo que lo importante es la dirección pero claro… nadie sabe del
todo como funciona. Y aunque sigue siendo un secreto para todos y a la vez es
una ley natural, algunos siguen temiéndola y evitándola, tal y como hacen
muchos hombres que aun no admiten su existencia o condenan a las mujeres por
ser simplemente ellas mismas.
La
terrestre por un momento se sintió saturada. Buscó con la mirada a la reina
Makkeda en la cola. Efectivamente también ella estaba ahí.
-¿Es
verdad que si dirijo la fuerza de mi vagina hacia arriba seré poderosa?
La
reina la miró estupefacta pero entendió que algunas circunstancias de las
espirales no debían ser tan sencillas de asumir por la terrestre.
-Si
no la controlas puedes ser peligrosa, igual que tus manos -añadió la reina
Makkeda.- Pero te aconsejo que aquí pases inadvertida con esa fuerza, reina
Bipolar.
Levar
agachó la cabeza…
-Mira
–siguió diciendo la reina Makkeda- puedes subir esa energía hacia el estómago
cuando algún mutante quiera absorberla, es la única técnica que puedo
trasmitirte porque, por lo demás, solo tú podrás aprender a controlarla.
La
cola por fin estaba adelantada. Levar tuvo en su poder la compresa. Entonces la
miró observando en sus manos un simple paño de papel que simbolizaba en la
espiral de los mutantes la aspiración de comprender sus propias fuerzas.
Después,
con la compañía de Tania, se subió al farm para colocársela. Después del relato de Tania no quería que
hubiera ningún margen para errores.
Al
salir del farm, se encontraron con Blod
y a Tso, estaban abajo esperándolas.
-Chicos,
no sé por qué, pero me siento más segura… como en el anuncio de compresas de la
tele.
Todos
se quedaron mirándola sin entender ni una palabra de lo que decía.
-Nada,
nada. Que más da… -dijo en voz alta.
-Ahora
hace falta saber dónde nos reunirán -dijo Najren.
-Rasha
dijo que pronto nos avisarían -añadió Ari, la dulce mujer Ecodita.
-Mirad,
allí esta, con el león de Judá -comentó Ággelo al otearlos a lo lejos.
-Si,
con Pripe -dijo Jacky mirando de reojo-. Pues yo creo que deberíamos estar
todos unidos sin separarnos... –declaró algo indignado.
Rasha
se acercaba desde lejos hacia el grupo. Algunos se habían apoyado en el farm y
otros se sentaron en el suelo.
Jacky
y Levar se sentaron junto al resto de círculos que no querían esperar de pies y
aguardaron allí. En realidad aún estaban algo mareados por el trayecto del
viaje y permanecer de pie no solucionaba gran cosa.
-Hola,
chicos y chicas. Están tratando de investigar dónde se reunirá la secta. Así
que tendremos que esperar. Tenemos que prepararnos para cualquier cosa.
-Aconsejo
a las mujeres que se lo piensen bien antes de luchar -dijo el león Pripe, que
había estado acompañando a Rasha en las negociaciones.
-¿Pero
qué te has creído tú, imbécil? -gritó Tania con toda su furia, mientras Jacky y
Blod le cogían de los brazos.
-Tranquilos,
¡si entre nosotros no hay paz, nunca la habrá! -gritó Rasha apoyado por Najren.
Entonces,
el chamán intervino tratando de sembrar algo de paz.
-¿Qué
sucede? No veis que no tiene sentido que os enfrentéis.
Entonces
se oyó una vocecita que dijo:
-Hombre
no gustar mujeres.
Todo
el mundo se quedó mirando a Tso y Tania pidió disculpas solo si el león
retiraba lo que había dicho sobre las féminas.
-¿Pero
te das cuenta de lo que haces, león de Judá? Las mujeres tienen una energía innata
más pura que nosotros. Son fuertes y perspicaces. Deberías retirar lo dicho
-concluyó el chamán Lucas.
-Lo
retiraré solo en el caso de que me dejes retar a Tania.
-Eso
es absurdo Pripe, basta ya -intercaló Rasha.
-Quizá
tu no entiendas lo que es tener un mal día con “la roja” o parir un hijo -dijo
irónicamente Tania- pero el dolor lo sentirás igual…
-Pripe
y Tania, creo que es justo que tengáis, al menos, una lucha -apuntó el Ággelo.
Ambos
se miraron y afirmaron con la cabeza.
Comenzarían
a luchar a la orden de uno, dos, tres…
Los
dos tiraron sus armas al unísono. Iban a combatir mano a mano. Era lo mas justo
para ambos.
Tania
le atestó un golpe en la cabeza a mano abierta y luego le evitó, mientras se
quitaba la compresa plastificada.
-Cógela,
Levar, este se va a enterar -gritó eufórica.
La
mujer Bipolar la alcanzó al vuelo y la guardó en la bolsa que llevaba Tso.
Treinta
segundos después el león se tiró de bruces contra Tania tirándola al suelo. La
hija de Acuario no se iba a rendir fácilmente. Lo cogió de las piernas desde el
suelo y una vez allí, le golpeó en el pecho, mandándole toda su energía, en
esta ocasión la energía sobrante era la furia y la fuerza motriz provenía de la
energía lunar.
El
león, sin embargo, se levantó y azotó a la muchacha en la cara, haciendo que
cayera al suelo por la inercia de la fuerza física del león. A la muchacha
empezó a sangrarle el labio. Al tocarse la sangre con las manos y vérsela en
los dedos se levantó furiosa y dio dos piruetas,una de las cuales golpeó el
pecho de Pripe.
Éste
volvió a caer. Mientra tanto, Tania se
limpiaba la sangre de cuclillas en el suelo.
-Parad,
es absurdo. La chica Acuario te ha demostrado que es fuerte y… tú, Tania, sabes
que este hombre es honesto, aunque algo rudo y reticente a las mujeres. Pero
nadie es perfecto –dijo el chamán guiñándole un ojo a Tania.
-Por
favor, sembrad las paces con la mano –terminó diciendo encarecidamente.
Hubo
reticencias, pero al final se dieron la mano mientras se miraban furiosos a los
ojos
Rasha
se echó las manos a la cabeza y respiró profundamente. Esto iba a ser más
difícil de lo previsto. Unir a tantas espirales era signo de diversidad, y por
ese mismo motivo eran inevitables ciertas desavenencias.
Levar,
que no había participado en absoluto, sopesaba la situación con los mutantes.
Parecía
una alianza sólida, pero se había dado en pocas ocasiones, tantas como las
veces que los visitantes habían buscado refugio en la espiral de los mutantes
azules, es decir, en un par ocasiones a lo largo de muchos siglos. De todos
modos, el carácter distante de los mutantes, así como su interés primigenio por
las cosas y su actitud, provocaban cierto rechazo en la reina Bipolar.
Rasha
reunió a todos los farms. Era una homilía inminente.
-Compañeros,
tengo que dar una pronta noticia. Los mutantes saben de la existencia de la
reina Bipolar. -Puso su dedo índice en la boca e hizo callar a todos indicando un gesto que todos conocerían para
que no manifestaran la procedencia de la terrestre-. Nadie debe saber de su
paradero, ni quién es. Así que, no ruego… ordeno que guardéis silencio al respecto.
El
discurso fue breve.
A
los pocos minutos todos se habían dispersado.
Rasha
se acercó a la reina Bipolar y le susurró algo al oído:
-Ahora
te llamarás la reina Isthar, la luz que ilumina y guía.
Luego
se miraron a los ojos y Levar le interrogó sobre el futuro:
-¿Qué
pasará, Rasha?
-Tranquila,
todo saldrá bien -le dijo agachándose y acercándose a su cara.
Así
fue como ella cerró sus ojos y se echó a sus brazos espontáneamente.
Él,
sorprendido, le correspondió unos segundos y luego se alejó para que el león de
Judá que le acompañaba no sospechara un cariño especial, mutuo y mágico.
No
podía llamar la atención respecto a Levar y menos en tiempos de guerra; eran
solo tácticas de los leones de Sión...
Pasaron
varias horas mientras Rasha seguía esperando la llegada de nuevas noticias.
Trataba de mantenerse alerta pero guardando cierta serenidad. Estaban, fuese
como fuese, en terreno enemigo.
Durante
el tiempo que esperaron hubo momentos de distensión. El resto no se mantenía
tan alerta como los leones de Sión, no podían mantener su actitud a menos que
sucediera algo que rompiera el ritmo de las circunstancias.
-¿Son
de fiar estos mutantes? Es curioso pero su piel tiene un tono violeta grisáceo.-Dejó
caer Levar mientras hablaba con el chamán.
-En
principio, deberíamos fiarnos de ellos, aunque habrá que seguir alertas por lo
que pueda pasar.
-Isthar
-intercaló Jacky-. Bonito nombre para una reina.
El
círculo entero sabía del apodo nuevo que el león le había asignado y confiaron
de que sirviera de algo.
-Todo
esto no sé si es superior a mí. Yo no quiero llevar ningún cargo.
-No
lo llevas, Isthar -agregó Tania, que ya se había colocado de nuevo la compresa-.
Lo llevamos todos en realidad.
-Lo
que me importa no es la carga, Tania, es simplemente saber a qué me enfrento.
-Estás
preparada para todo, reina Isthar. ¡Créeme! -apostó Blod.
-Siento
que algo pasa en mi interior, querido amigo -dijo Levar acercándose a él-.
Estoy sufriendo tantos cambios que tengo miedo de perderme lo mejor.
-Todo
está en ti, desde lo más extraño a lo más maravilloso- objetó el can.
-Pues
siento algo dentro de mí… -dijo encogiéndose como un puercoespín.
-Ya
sé -concluyó Blod-. Es Rasha, no lográis entenderos.
-Él
no desea que nos entendamos, realmente. Teme perderme o que le traicione, o que
no sea aceptada en su grupo. Teme no volverme a ver… No sé cuantas cosas teme o
si estoy en lo cierto con una sola de ellas.- Suspiró la chica bipolar.
-En
realidad, él está respetando tu libertad. Es lo máximo que puede hacer por ti.-
expuso Blod.
-No
sé, Blod. Algo me dice que confíe en él. Sin embargo, no sé a qué me llevará mi
encrucijada y supongo que no debo achacar mis circunstancias difíciles a la
conducta de Rasha-aclaró mirándole dulcemente a los ojos.
-Pues
yo creo que lo mejor es que dejes las
cosas tal y como están. Tú confía en él. Es un hombre de fiar - argumentó el
gran perro del Oeste.
-Supongo
que es así… -musitó Levar-.
-Si
te quitas la piel de serpiente, verás quien eres y cabalgarás como una diosa.-
El chamán Lucas dijo esto con cierta solemnidad y después sonrió a la muchacha.
-No
entiendo…
-Si
te encojes es porque algo bueno se está fraguando en tu interior. Debes
proteger tus energías, reina Isthar. – le aconsejó el chaman.
¿Y
ahora? ¿Qué pasa?-preguntó buscando consuelo.
-Ahora
eres la reina Isthar, la luz que nos iluminará a todos-. Blod le aportó
confianza y el resto del grupo cayó.
Levar
agachó la cabeza y lidió con sus propios sentimientos.
El
laberinto del conejo blanco se había complicado…
Rasha
ordenó a todos los círculos que permanecieran junto a los farms, y así lo
hicieron.
Desde
la linde del horizonte se podía divisar un edificio lúgubre, de inmensas
proporciones y múltiples ventanas ahumadas de color negro. Junto a él había una
selva de edificios la mitad de grandes que éste que le hacían compañía.
De
repente, desde la puerta del edificio alto, empezaron a asomar la cabecita unos
estudiantes con sus mochilas o sus carteras respetivas.
-Es
tarde para ponerse a estudiar -ironizó Jacky.
Nadie
le escuchó. Todos andaban inmersos en sus propios pensamientos hasta que Rasha
pidió a todos que estuvieran alertas y permanecieran callados al tiempo que
ordenó que todas las luces de los farms se apagaran.
Podían
ser unos simples estudiantes, pero los mutantes no eran nunca simplemente una
cosa...
Dos
estudiantes llegaron paseando cerca de la llanura donde ellos estaban. Algún
presentimiento especial les hizo acercarse a la explanada o quizá sencillamente
ese era su destino. Ambas tenían carpetas en las manos y ambas vestían de forma
similar. Llevaban trajes escolares con polos azul marino y faldas tableadas de
color rojo y azul.
Eran
bonitas y particulares. Bonitas por su fuerza, y particulares porque, aunque
tenían una tez blanca lilácea, sus cabellos y cejas eran negros con mechas
azules.
Al
acercarse un poco más, Rasha y un león las esperaban.
-¿Hacia
donde vais? -dijo el león Negro.
-Creo
que no es asunto tuyo -dijo la más alta.
-Lo
es si andáis por estos lares -contestó el otro león a una de las niñas, sin
mover un pelo de su cuerpo.
-Tú
qué quieres, ¿reírte de nosotras? -hizo una pausa- Además no eres mutante.
Hueles a león cagado -rió a carcajada limpia.
Entonces,
la niña cayó en el error. Ellos eran intrusos para los mutantes… Intrusos para
ellas…
-Tendremos
que acabar con vosotros -dijo la más alta-. Su pelo estaba recogido en una
coleta lateral y en sus ojos tenía el adorno de una muchacha inteligente.
En
ese instante se acercó a ellos usando una energía desconocida para Rasha.
La
niña se contoneó y, levantando sus manos al cielo, comenzó a absorber energía
de los leones. Rasha se lo impidió, trasmitiéndole energía cargada de furia y
rabia.
Mientras
él combatía a muerte con la niña alta, la otra se reía. Sabía que la fuerza de
su compañera era fuerte, pero desconocía la furia de un león.
Levar
y el resto observaban desde lejos, impotentes por no poder hacer nada.
La
niña se agotó y dejó de luchar contra el león. Paró de forcejear y dio por concluida
su hazaña.
Ambas
miraron a los leones estupefactas. No creían que un simple león pudiera abarcar
tanta energía, pero ignoraban que Rasha era un león evolucionado consciente de
sus energías y su propio control.
Por
fin ambas huyeron. Los méritos que había desplegado el líder contra las
muchachas eran dignos y a la vez desconocidos para muchos mutantes.
La
espiral de los leones de Sión había evolucionado considerablemente.
Los
farms no podían permanecer demasiado allí, las dos niñas susodichas podrían
delatarlos. No debieron dejarlas marchar. Cualquier movimiento en falso podía ser un
gesto peligroso para el grupo, un gesto en falso…
Cuando
los dos leones se acercaron a los farms, Levar inquirió:
-No
debíais dejarlas escapar. El desahuciado está sediento de energía inservible.
Os empeñáis en no pedir ayuda y yo creo que está claro que nadie sobra.
-Sí,
reina Isthar, tienes razón. No debí dejarlas marchar.
-Creo
que deberíamos vestir como ellos. Será peligroso andar así por aquí -añadió
Tania.
-No
podemos desentendernos del pacto con los mutantes –planteó Rasha como una
evidencia absoluta-. Su ayuda es inminente, ahora.
-Pueden
traicionarnos -argumentó la reina Bipolar.
-Podrían
hacerlo pero si lo hacen ahora romperán
el pacto de alianzas frente a muchas espirales. Ellos no pueden viajar a
ninguna pantalla si no es con la ayuda de nuestros keburis. Los Keburis en esta
espiral no pueden realizar labores de desciframiento de códigos-. Propuso el
león
-Es
cierto reina Isthar, pueden traicionarnos- sonrió el keburi al pronunciar estas
palabras. - No podemos romper alianzas y tampoco desentendernos de sus
advertencias. Ellos conocen su terreno a la perfección.
-¿Quizá
mas tarde?- volvió a sugerir la reina Isthar.
-Quizá
en cualquier otro momento que sea necesario- le aclaró Jacky a Levar.
-Yo
tengo ganas de usar el venablo- dijo Pripe partiendo el hilo de la
conversación.
-Lo
haremos. Seguramente lo usaremos- le contestó Blod al león- Por eso no te
preocupes.
Rasha
estaba hambriento. Derrochó abundante energía cuando se enfrentó a los
mutantes. Necesitaba comer urgentemente.
-¿De
qué se nutren estos mutantes?- investigó Levar.
-De
la energía que les aporta el Faraón. Pero por lo visto últimamente no es
suficiente. La codicia les corroe. Además se empeñan en pasar demasiadas
pantallas superficialmente.- Elucidó Tania.
-¿Pero
que es esa energía?- volvió a preguntar la terrestre.
-Es
una moneda de cambio.- siguió diciendo la hija de Acuario- Se trata de pequeñas
fichas que guardan sobre sí mismas la energía suficiente para trabajar un día
entero. El Faraón tiene métodos para absorber las energías y canjearlo por las fichas. Con ellas manejan
cualquier transacción en la espiral de los mutantes y en la del Faraón. –Dijo
esto y se echó las manos a la cabeza- Sabes, incluso las reinas la usan para
intercambiar tecnología y herramientas; los desahuciados y los mutantes no se
ganan esas pantallas, las adquieren con viles artimañas.
-¿Las
reinas?- exclamó Levar tratando de entender un concepto fuera de lógica.- ¿Y de
donde las saca la reina?- siguió preguntando.
-
En muchas ocasiones suceden cosas dispares que nadie entiende. Pero si no fuera
por las transacciones que realiza la reina Omega ni si quiera podríamos haber
viajado. – expresó el keburi.
-La
reina Omega solo se encarga de hacer el bien para todos- añadió Rasha- Ella no
absorbe esa energía ni la necesita. Solo es una moneda de cambio que utiliza
para facilitarnos la vida.
-¿Y
quién creo esas fichas por primera vez?- Siguió cuestionando la chica bipolar.
-Sucedió
hace siglos reina Isthar. Pero no es lo que nos interesa ahora- pronunció
Rasha.
-Quizá
mis preguntas parezcan estúpidas pero si no me contáis bien la historia me
costará creer en vosotros.
-A
estas alturas deberías saber quién te protege reina Isthar. –Pretendió Blod.
-Por
supuesto amigo. No sufras por ello. Se muy bien quien me protege- dijo mirando
a Blod y luego mirando a Rasha.
A
los pocos minutos Rasha se ausentó y Ággelo se acercó a Levar.
-Es
curioso como cambian las cosas, ¿verdad?- inquirió Ággelo.
-Si
bueno… - balbuceó Levar- Nunca pensé que vendrías con nosotros. No sé porque te
eligió Rasha pero aquí estás.
-Yo
lo sé pequeña, quiere demostrar que ha superado su ira y sus celos. Aunque no
se si quiere demostrártelo a ti o a él mismo.
-¿Tu
no sabes hablar de otro tema que no sea Rasha?- dijo malhumorado Jacky
inmiscuyéndose en la conversación.
-Tranquilo
Jacky, no pasa nada. En realidad es inofensivo- declaró Levar y luego le rogó.-
Creo que lo único que pido es que nadie se meta en mis asuntos y es lo único
que hace todo el mundo así que voy a confiar en quien me de la gana, ni una vez
más voy a esperar el consejo de nadie.
Esas
palabras eran demasiado graves para ser dichas sin conocimiento.
Ággelo
se sonrojó un poco y se sentó sin articular a penas una palabra.
Jacky
y Tania se miraban cómplices. Tal vez era momento de realizar algún malabares
juntos para distender el ambiente.
Blod
estaba acompañando a Levar hacia uno de los grupos donde estaba Rasha.
Cuando
se acercó a él le dio una palmadita en el hombro y este se giró.
-Rasha,
yo ya no puedo estar a un lado, no puedo mantenerme al margen. Hemos venido a
luchar no a jugar a al escondite tres horas.
-Esperaremos
lo que sea necesario- argumentó imperturbable.
-Si
pero si es así deberíamos hacer guardias en zonas mas iluminadas por si pasa
otra vez un incidente similar al de las chicas.
-No
hemos querido hacer nada porque queremos pasar desapercibidos. – dijo sensato.
-Tranquila.-
siguió diciendo el león- Busca a los chamanes de todos los grupos. Tienen que
reunirse en un solo grupo.
-Yo
debo ir Rasha… - dudó en tono de pregunta y luego agachó la mirada.
-Por
supuesto reina Isthar. – contestó agachando la cabeza.
La
reina fue reuniendo a todos los chamanes y reinas y en pocos minutos ya habían
formado un grupo. Cuando estuvieron preparados Rasha dio ciertas instrucciones.
-No
debéis decir en ningún momento el nombre de la reina Bipolar. Deberéis guardar
completo silencio y albergar la esperanza de que ningún mutante la encuentre.
-Ahora
está en paradero desconocido- dijo el león con la esperanza de que todos,
chamanes y reinas, desearan salvaguardar la vida de Levar.
-Nadie
imagina que esta entre nosotros menos nosotros mismos. Sin embargo deberéis
manteneros fuertes para luchar por Sión y hábiles para no descifrar el paradero
de la reina Isthar. La guerra ya ha empezado. –Aclamó Rasha.
Después
de la reunión todos tomaron sus posiciones iniciales.
Dos
mutantes azules estaban acercándose a la llanura. Ambos vestían igual que Pal y
Sofía. El formalismo de sus ropas sorprendía a Levar. Parecía un mundo similar
al suyo donde aparentar y acumular riquezas estaba a la orden del día. Las ansias
de poder había hecho de la Tierra
un lugar materialista y sombrío y no distaba mucho de lo que había visto hasta
el momento en la espiral de los mutantes.
Después
de todo la reina Omega tenía razón. Lo que es en la Tierra así lo es en el
Universo Alfa…
Por
fin la mutante Sofía, que se había ausentado, junto al mutante Ja, se reunieron con los
luchadores de Rasha y el resto de mutantes.
Rasha
les recibió con el debido respeto. Éstos traían información sobre de las coordenadas
de la reunión de la Secta.
Se
realizaría en un teatro abierto a la naturaleza sin paredes ni techo y con el
acompañamiento de una banda de música clásica.
Después
de que Rasha estuviera informado fue anunciando
a cada grupo las nuevas coordenadas y su nuevo cometido.
La
situación debía avanzar, no podían estar más tiempo escondidos entre juncos.
Todos
deberían estar preparados para el momento pero la gran mayoría no estaban
preparados para luchar, nunca podrían estarlo... Estaban allí simplemente para
luchar por Sión…
Levar
y Rasha discutían encarecidamente.
-¿Por
qué no puedo salir?
-No
podrás salir del farm, es peligroso. Debemos protegerte.
-¿Protegerme
de qué? Soy fuerte, soy poderosa, soy inteligente- gritó Levar rozando su
vanidad.
-Tienes
que bajar los humos. Y no debes salir. Nos haces falta en el Universo Alfa.
-¿Eso
quiere decir que me obligarás… que me
impedirás salir…?- voceó llena de furia.
-Quiero
decir que no te conviene y nada más.
-Entonces
muy a pesar tuyo, también participaré en la batalla como todos y tendrás que
impedírmelo a la fuerza porque no renunciaré a ello.
-Bien,
si es lo que piensas que vas a hacer recuérdame que no te aconseje nada más.
-Tampoco
es eso- dijo Levar poniéndose las manos en la cabeza.
-Siempre
es lo que tú quieres reina Isthar. Es imposible darte un consejo.
-No
me lo estas aconsejando. Me lo impones.
-Bien
pues, sal si quieres del farm. – Dijo resignado- pero ten claro que lo que vas a ver no te gustará.
-Se
que no voy a un baile- respondió irónicamente- Y si, ya sé que no será fácil
luchar por Sión pero elijo luchar, Rasha. – contestó con una claridad de voz
apabullante.
-Bueno,
se que no puedo luchar con tu carácter. Eres una rebelde inconformista. –
inquirió con aplomo- Muy a mi pesar mío, Ja tenía razón cuando decía que eras
una mujer lunar…
-Hacemos
las paces….- le pidió dándole la mano. De cualquier modo ninguno ganaría la
batalla así que al menos alguien tenía que mostrar algo de cordura.
Por
fin el león se calmó, sonrió a la muchacha y le ofreció también su mano. Rasha
la necesitaba pero por encima de todo estaba su dignidad y la integridad de
Levar. Además la reina Bipolar se estaba ganando a pulso su respeto.
Cuando se dieron la mano ambas energías confluyeron. Levar sintió un calor electrizante que le recorrió todo el cuerpo y Rasha se sintió empujado hacia atrás.
-“¿Qué
es esto?” – pensó para sus adentros.
-“Por
fin te oigo Levar”- insinuó Rasha sonriendo.
Ella
también le oyó a él y se quedó boquiabierta.
-“No
mueves los labios al hablar…”- musitó para sus adentros estupefacta.
-“Ni
tu Levar. Estas leyendo la mente.” – le contestó placidamente.
-“Y
eso como sucede”- le dijo.
-“Yo
llevo años de aprendizaje. No puedo leer tus pensamientos mas profundos aún”-
confesó Rasha trasmitiéndole su verdad.
-Quien
puede- le dijo la muchacha bipolar, esta vez vocalizando.
-Personas
poderosas con la mente. Chamanes, reinas… incluso alquimios- explicó
vocalizando también.
-No
cuentes nada a nadie de esto Levar. Te podría servir de ayuda…- le confió.
-De
acuerdo, no es mala idea.
-Lo
único que puedes y debes hacer es controlarlo. De todos modos todos los que
manejamos este poder en mayor o menor medida teníamos claro que eras una mente
plana… Como los alquimios y algún chamán, puedes preservar tus pensamientos. En
realidad es un alivio que así sea.
Después
de la mini-sesión telepática, Levar se dirigió al su farm. Todo el grupo
hablaba menos el keburi que pensaba en sus cosas mientras manejaba unas bolas
de colores.
El
keburi se planteó si saldrían vivos de
esta. Guardaba el temor de fallecer y que amaneciera en un agujero negro. Sabía
que quizá viviría una trasmutación
próxima, pero no sabía en que lugar le tocaría vivir esa trasmutación y
pensar que podía pasar por la experiencia de sentirse perdido por haber entrado
en el Perípato de la encrucijada le creaba escalofríos.
-¡Jack!–
exclamó Levar. -¿Tu no tienes miedo a fallecer?- preguntó acercándose a él y
trasmitiendo su total inocencia.
Entonces
el keburi pegó un brinco y miró fijamente a Levar.
-¿Miedo
a fallecer?- repitió. Había intuido sus pensamientos, era prácticamente un
avance muy positivo.
-
¡Qué fiera estás echa Levar!- Dijo y sonrió gratamente. Después siguió maleando
sus bolas.
-Ya
has pasado otra pantalla- siguió sonriendo mientras se alejaba.
Desde
ese momento Levar comenzó a oír un murmullo en su mente. Se había dado cuenta
de que los demás tenían dificultad para oír sus pensamientos y se le antojó
pensar que aquello facilitaría el aprendizaje y lo convertiría en un juego
divertido e inquietante.
Sin
embargo aún debía controlar ese murmullo…
Se
pasó un rato sumida en sus pensamientos. Contraía y descontaría las voces en su
mente.
No
quiero oír nada- saltó con un imperativo en su propia mente sin vocalizar nada
en voz alta.
Entonces
todas las voces se acallaron. Ella tembló por unos instantes y, Blod que estaba
a su lado con cara de preocupación, empezó a frotarle la espalda en círculos concéntricos
para calmarla…
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-Cuantas conchas perdidas...
Y cuantas noches, noches
y días que creemos que
no volvernán... -murmuró Charlie.
-Pues yo a veces pienso que todo es una
gran caracolara en espiral...
Istharenlanoxe....
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