El contenido de La espiral Bipolar se engloba en un libro de alrededor de 140.000 palabras (o al menos eso creo de momento) Aquí haré la honesta y árdua tarea de transcribir los cápitulos en varias fases para una lectura mas fácil. Y sobre todo compartiré el arte porque el arte que trasmite es el arte para TODOS.
La curiosidad dió sentido a nuestros pasos y nuestros pasos nos llevaron a ella...a la curiosidad bajo el influjo de las mismas espirales.

{Os mando la energía... si queréis saltar os espero en la otra espiral}

jueves, 21 de junio de 2012

(Capitulo 5, 1ª parte) LOS HIJOS DE ACUARIO

Los hijos de la Liberación. Año 2045*





Llegaron a buen puerto y sin ninguna incidencia. El vehículo estacionó junto a una gran nave que se encontraba a poca distancia del poblado.
Salieron del farm, y mientras tanto, fueron guiados por un muchacho alto. El chico tenía el pelo negro hasta la cintura y unas grandes dilataciones negras en forma de cuerno en cada una de sus orejas.
Vestía con ropa ceñida. altas botas negras y una bolsa con numerosos bolsillos atada a la cintura. Aunque sus rasgos eran agresivos, recibía a los visitantes con una sonrisa.
Cuando le llegó el turno a Levar, las cejas del muchacho se arrugaron. Entonces buscó la mirada del Keburi. Solo el podría decirle toda la verdad.

-Es Levar, una amiga. Se confundió de espiral pero haremos por adoptarla. Es inofensiva, ¿no crees? – dijo en tono alegre y picaresco.
En ese instante Levar y el muchacho se clavaron las miradas. La rebeldía de Levar comenzaba a aflorar.
-Creo que puede hacer mucho daño -sentenció el chaval.
-Si es así, nos iremos todos -aseguró Blod-. Ella también pasará por el chamán como todos si es lo que te preocupa.
-No tenemos chamán y lo sabes -contestó el chico alto.
-Bien, pues llamarla a ella. La protegí unos años; sé muy bien quién es.
El tipo de tez agresiva se dio por vencido.
Guió al grupo hacia el exterior y llamó a un perro del Oeste.

-Llévalos hasta la celebración de la Liberación. Que allí coman y beban. Luego regularemos una asamblea.



Había caído la noche. El poblado tenía grandes explanadas caracterizadas por unos palos altos unidos por unas cuerdas que servían para realizar los juegos libres, tal y como ellos los llamaban.
Las casas estaban separadas, excepto algunas que parecían escuelas.
Éstas últimas se distinguían a unas de otras por unos graffitis que ilustraban diversas escenas totalmente heterogéneas. En algunas casas los dibujos presentaban tensión, oscuridad y conflicto. En otras era evidente la necesidad de expansión, tranquilidad o equilibrio.
El tejado, sin embargo, era idéntico en todas; un conglomerado coherente de tejas de color tierra arcillosa con el tramo final de un rojo burdeos.
En la aldea reinaban por doquier árboles y arbustos de distintas especies creando sombras frescas a la luz del día. Y, justo a pie de cada casa, habían unos grandes tableros de madera que protegían en fila a un número tremendo de plantas florales.

Era de noche y Levar no podía apreciar del todo el color, pero intuía una invasión de colores y dibujos pintorescos por doquier.
Siguieron andando unos minutos más hasta encontrarse con un par de naves destacables en su forma. Tenían la mayoría de los ventanales rotos y los dibujos en sus paredes se superponían unos a otros.
Parecían abandonadas pero, de hecho, no lo estaban ya que comenzaron a salir a su paso un grupo de personas riéndose ruidosamente. Parecían arlequines fúnebres por sus vestimentas, pero podían ser cualquier cosa en realidad…
Minutos después, vieron a dos hombres más salir de la nave. Cada uno de ellos tenía una cresta en el pelo tintada de un color distinto. Sus camisetas estaban desgastadas y rotas y llevaban faldas, una de cebra y el otra de tigre.
Por el panorama, aquel lugar iba gustando cada vez más a Levar. Fueron guiados hasta la celebración, donde un grupo de músicos tocaba en un escenario y otro grupo le seguía desde abajo haciendo una timbalada con unos timbales similares al djembé. Eran unos instrumentos de percusión inmensos que la mayoría apoyaba en el suelo y unos pocos los sujetaban con un cinturón. El cuerpo del timbal era de madera y la piel, inteligentemente tensada, procedía de lagartos y serpientes. La tensión estaba hecha con unas sujeciones de aluminio y plata; minerales que los hijos de la liberación sabían trabajar a la perfección. 
 Los espectadores parecían una manada de ñus enfadados girando entorno a un círculo imaginario. Era francamente complicado acercarse sin recibir un empujón o una patada.

-Ejem… -intentó hablar un perro del oeste-. Yo soy Xangó, si queréis comer y beber algo, acompañadme -dijo esta vez casi gritando.
-Claro -articuló Blod. -!Vamos! -y haciendo un ademán les invitó a los otros a acompañar al otro perro.

El resto seguía corriendo al son del cantante. Iban ataviados con cinturones y pulseras de pinchos, camisetas desbocadas en el cuello y ,sobre todo, vestimentas negras combinadas con colores rojos, azules y verdes. Por otro lado, tenían los cabellos rapados en distintos laterales del cuero cabelludo y una línea tatuada que dividía simétricamente las dos partes de la cara.


-¿Quiénes son éstos? -preguntó Levar a Jacky.
-Son enérgicos, ¿verdad? -contestó.
-Bueno, no son muy distintos de algo que ya he visto en mi mundo.
-Son algo agresivos, pero canalizan toda su fuerza en lo que hacen. De hecho, han alcanzado su propio equilibrio, aunque son incapaces de vivir entre las reinas, por ejemplo. 
-Algunos también luchan -siguió diciendo Jacky-. De ahí la celebración de la liberación. Una vez al mes celebran que aquí, en esta espiral, nadie los controla, aunque en ocasiones se les cuela algún π. En tal caso lo expulsan o lo reconvierten.

Siguieron andando hasta que sobrepasaron la mitad de la aldea, hasta que el perro les sugirió que entraran en la nave que tenían enfrente.
Al entrar se intimidaron por el gentío pero el perro del oeste se hizo paso de inmediato entre la gente y resolvió la situación advirtiendo la presencia de los nuevos invitados.  Seguidamente Xangó les mostró donde estaban las mesas con alimentos y el grupo entero se puso a comer. Levar comió un pan con unas semillas que no supo identificar. La bebida tenía un sabor similar al vino, aunque realmente su consistencia era algo más espesa y dulce. Alguien nombró a esa bebida serini y Levar guardó ese recuerdo. Para acompañar el pan comieron unos filetes de un sabor suave aunque algo extraño para el paladar de la chica.
Levar mientras comía esa carne arrugó el ceño y Jacky ,consciente de su asombro, le explicó:
-Eso es pral. Son unos bichos en forma de ardillas gigantes. Por aquí abundan. Son inofensivos, pero están ricos al paladar. Pruébalos.

Levar no lograba entender porque necesitaban alimentarse si supuestamente eran seres evolucionados o reencarnados o no-vivos…
Ni corta ni perezosa se lo preguntó a Jacky.
-Realmente somos orgánicos. Si comiéramos energía solo seríamos energía. En la espiral de los hijos de Acuario vivimos como los humanos pero no morimos como ellos. Mas bien nos trasmutamos. Supongo que la diferencia está en el objetivo…
-Y, ¿qué es trasmutar? -preguntó por la parte más inocente que le correspondía a Levar.
-Trasmutar es viajar en el tiempo -hizo una pausa y aprovechó para comer un bocado de pan con pral.
-Vaya, me encantaría saber más sobre eso -dijo con un brillo especial en los ojos.
-Claro, te contaré… pero antes voy a terminar de comer, pequeña. No dejo de ser un Keburi hambriento -terminó de decir con una sonrisa abierta, y justo después se metió un sorbo de serini.
Después dio otro bocado de su comida y añadió con desidia:
-No estamos muertos si es lo que te preocupa… Todo depende del tiempo…
De nuevo alguien presentía sus pensamientos.

Mientras tanto, justo delante de ellos pasaron cuatro Keburis subidos en monociclos haciendo piruetas, cada par, uno encima de otro.
Blod andaba hablando con otro perro del oeste. Tania le contaba acalorada a otra chica del poblado lo que había sucedido hasta ahora desde la llegada de Levar. Al desahuciado lo habían dejado en el farm. Y el resto de Keburis e hijos de Acuario comentaban las hazañas sucedidas y hablaban sobre la nueva visitante.
Levar observaba todo a su alrededor pensando que si este mundo tampoco le correspondía, ¿cuál le podría corresponder o ,porque era necesario buscar ningún otro mundo?

En la nave había varios columpios para trapecistas. De pronto, un trapecista con la cara pintada de blanco y los labios pintados de negro se balanceó sin pies ni manos, tan solo apoyado del dorso, y al dar la vuelta cayó haciendo doble voltereta en el aire justo delante de Levar.

-Te pillé preciosa. ¿Quieres ver algo? -le preguntó con un tono pícaro en su vibración de voz. 
Entonces le dio la mano y ella, entusiasmada, se la cogió y le siguió.
Se acercaron a los escenarios donde había concentrada la mayor parte de la gente del poblado.
Se situaron cerca de los tambores y el Keburi, cogiendo fuertemente la mano de Levar, comenzó a mover las caderas. Ella le imitó.
Todos los sentidos en ella comenzaron a explotar. La emoción eclosionaba en su estómago y subía por su pecho hasta salírsele por la boca.
Sus ojos, que se llenaron de éxtasis, se unían a la sonrisa del Keburi que bailaba sin parar.

-Tú eres única. ¡Ven! -le pidió-. Ponte la mano en el corazón.
Ella obedeció.
Latía más fuerte que nunca. Casi había olvidado ese latido que le pertenecía.

-¿Notas este éxtasis? -siguió exclamando.
-¡¡Si!!- gritó.
-Algún día un corazón como el tuyo abrigará el mundo. Entonces, ese día si que será el día de la liberación. -Sonrió de oreja a oreja- Pero nadie lo sabrá…

Aún exhausta visionó sus palabras y un escalofrío recorrió su cuerpo.
-Todo saldrá bien… -le dijo trasmitiéndole calma-. Entonces besó su mano y se evaporó entre la gente.


El Keburi estaba buscándola. Tampoco podría haber ido demasiado lejos. Todo el mundo se concentraba en dos lugares. En la nave de la comida y en el escenario donde todo el mundo bailaba extasiado.
Levar andaba bailando sola, guiada por el sonido de los latidos de su corazón. Desde el día del hospital, donde le prohibieron ser ella misma con absurdas órdenes y pastillas, no había vuelto a sentirse tan llena de sí misma.
Siguió danzando sintiendo como su cuerpo se elevaba solo en el aire. Un perro del Oeste le cogió un zapato y consiguió tirar también de su calcetín. Llevaba botas pesadas pero no lo suficientemente apretadas. La bota y el calcetín volaron por el aire. Los allí presentes creyeron que estaban realizando un truco de magia o algún tipo de malabarismo nuevo. Solo unos pocos entraron en su asombro.
Jacky, que andaba un cuarto de hora en búsqueda de la muchacha, la divisó desde lejos.
Llamó por telepatía a Blod y este se puso en marcha.
Todos los Keburis manejaban habilidades extraordinarias como la telepatía, pero con los pensamientos de Levar había resultado inútil. Solo les era posible captar algunas palabras débiles de su interior.
Por algún motivo que nadie lograba entender, la temeridad de esta chica se equilibraba con su suerte.

-¡¡Levar!!  -gritó exasperado Jacky.
Ésta cayó de repente sobre manos y rodillas. Todo el mundo hizo un círculo alrededor de la muchacha y Blod, que llegó justo a tiempo, la enganchó y se la puso en el lomo.

-Necesitamos largarnos cuanto antes -le dijo Jacky a Blod cuando estuvieron a salvo.
-Creo que alguien debería explicarle donde está. Si la protegemos sería aun peor -manifestó Blod convencido de sus palabras.

Mientras tanto, Levar yacía apoyada en unos arbustos escuchando todo lo que decían pero sin apenas fuerzas para expresarse.
Pronto llegaron los hijos de Acuario, incluida Tania.

-¿Qué ha pasado? -exclamó Tania.
-Perdimos a Levar por un buen rato -dijo una hija de Acuario que presenció la escena de la levitación.
- Yo también la vi. levitando en la celebración -dijo otro hijo de Acuario.
-Creo que deberíamos organizarnos -propuso Tania.
-No hace falta, sencillamente hay que hablar con ella -insistió Blod-. ¿Alguien conoce al chamán?
-Sí -dijo una hija de Acuario-, estaba hace un momento tocando una tabla en la timbalada.
-Bien pues, hablaremos con él al amanecer. Yo buscaré cobijo. Vamos Keburi -y antes de que éste se diera cuenta le cogió del brazo y le arrastró junto a él dirección hacia la nave de alimentos.

Obtuvieron ayuda del hijo de la Liberación que les había recibido al principio. Éste les ofreció unas casas junto a una de las plazas principales.
Cuando se acercaron al lugar vieron en todo el centro una fuente de piedra gris de lo más austera posible. En todas las casas de alrededor crecían plantas floridas y algún que otro cactus. Las casas tenían formas abstractas y ninguna de ellas guardaba alguna simetría consigo misma o con el resto. Algunas ventanas eran ovaladas, otras triangulares. Algunas puertas eran cuadradas, otras circulares.
La casa donde ellos se hospedarían era grande y olía a galán de noche.
Abajo se situaba la cocina, el comedor y los aseos. Arriba estaban las habitaciones.
La casa presentaba una amalgama de colores lilas, anaranjados y amarillos.
Levar se quedó fascinada por la sensación que le estaba creando el lugar.

Antes de subir a las habitaciones, Blod pidió un minuto para hablar en compañía de Jacky, Tania y Levar.

Blod se sentó frente a Levar y le dijo con toda serenidad:
-¿Qué te ha parecido el lugar?
-No sé. Realmente no es un mal sitio para vivir  -dijo entusiasmada-. He sentido muchas emociones fuertes. Hace tiempo que no me sentía así.
-Levar, deberías saber que no es todo tan bonito. Además, tú no perteneces aquí -dijo Blod en un tono completamente serio-. Este no es tu sitio muchacha, no podrías acostumbrarte a esto. -le aseguró pero esta vez intentando convencerla.

-Creo que podría hacerlo -insistió ella.
-Sabes… hay personas que en su esencia no nacen para ser errantes y otras ,sin embargo, están hechas para luchar… para buscar un lugar mejor donde vivir acorde con ellos mismos -dilucidó Jacky, y exhalando un aliento siguió diciendo-. Tú has nacido para luchar. Lo veo en tus ojos, pequeña, y este justamente no es el lugar por el que debes de luchar.

-Eres un charlatán Jacky, háblale de su tierra, apesta a π -dijo Tania escupiendo al suelo.

-¿Qué recuerdas de la tierra? -siguió diciendo Blod.
-Recuerdo mi vida, a mi familia, recuerdo a algunos amigos y una vida… difícil a causa de mi enfermedad.
-¿Cómo llegaste a los hijos de Acuario? -preguntó el can.
-No sé, Blod. Un día comí muchas pastillas y amanecí en una unidad de salud mental. A la semana siguiente tuve sueños muy extraños y luego una noche cualquiera entre tantas noches de soledad me dormí y amanecí aquí. Claro que también comí alguna pastilla mas…
-Alguien te esta protegiendo, pequeña -intervino Jacky con una sonrisa.
-Yo creo que todo está algo entreverado -siguió diciendo Tania.
-No es algo de lo que me enorgullezca, pues odio las cosas demasiado controladas. -siguió diciendo- Pero lo que sí que es cierto es que o has muerto y amanecido aquí, que lo dudo porque tendrías que haber amanecido como un bebé, o has hecho un largo viaje en el tiempo…
-No estoy entendiendo nada pero me gusta la idea de viajar en el tiempo -dijo Levar con los ojos como platos.
-¿Sabes lo que supone viajar en el tiempo? -dijo algo malhumorado Blod.
-No -dijo Levar aun con los ojos plateados y abiertos.
-¡¡Que no podrás volver jamás!! -clamó Tania.
-Bueno, eso no es exactamente así. No estamos solos, nunca lo hemos estado -añadió Jacky.
Levar se sentó en el suelo y se echó las manos a la cabeza. Por primera vez en estos días aterrizó en el suelo y trató de ser razonable, pero esta forma de pensamiento le inquietaba aún más.

-¿Y mis pastillas? -exclamó-. ¿Ya no estoy enferma? -siguió exclamando la muchacha.
-Ahora nosotros somos tus pastillas -sonrío Jacky de oreja a oreja tratando de dulcificar la situación.
-Literalmente, además -añadió Tania.
-El chamán Mol nos advirtió de tu potencial. Las dos caras de la moneda de tu enfermedad son peligrosas en cualquier espiral. Estas marcada por un don, con lo cual será difícil que vuelvas. Además, todos no son capaces de averiguar tu don y eso relativamente es una ventaja para ti.
-¡Pero Jacky también tiene un don! -bramó aturdida-. Y Tania también -siguió diciendo- E incluso Blod -terminó diciendo mas apagada. Entonces hizo una pausa larga quedándose muda por completo.
Todos miraban a Levar algo preocupados tratando de que mantuviera la calma.

Y al cabo de unos minutos quiso saber:
-¿Y cuantas espirales más hay?
-Doce visibles, sin contar algunos agujeros negros que cambian constantemente y son difíciles de ubicar.
-Trece dimensiones… -musitó- más otros submundos… -murmuró mirando a la ventana-. ¿Y por qué queríais ocultármelo? -les cuestionó algo decepcionada.
-Nadie te lo ocultaba -planteó Jacky con tristeza-. Solo que tu no lo preguntabas.
-Estaba aturdida. Solo me estaba dejando llevar. No sabéis el miedo y la tristeza que he sufrido -dijo mirando a Blod-. Pensaba que no erais reales -asumió mirando también a Tania.
-En ocasiones he estado fuera de mi misma. Dejando que sucedieran las cosas. Viendo la vida pasar. Nunca quise que fuera así.

-Tranquila niña, tienes que aprender a levantarte siempre que caigas -le aconsejó Tania.
-Es que es el problema, que a veces no puedo levantarme -confesó desorientada.

Se quedaron un minuto viendo a la muchacha indefensa y trataron de identificarse con una parte de su fuero más interno mirándola con aceptación.
Entonces Blod siguió hablando:
-El chamán nos dijo todo lo contrario. Nos aseguró que no te rendirías bajo ningún concepto -confesó Blod, aun a sabiendas de que no debía revelar cierta información. De todos modos se convenció así mismo de que ,si iban a estar juntos en esto, debía rebelarle cualquier cosa que fuese necesaria.
-Entonces habrá que ver a un chamán -dijo en tono de cierre y añadió-. Creo que voy a dormir, es tarde para todos.
Todos se miraron y desfilaron cada uno a sus habitaciones.
Era mejor dejarla descansar…






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Para no saltarse la historia seguir "la cronología de capítulos" ordenadamente.
Es la forma natural de respetar el libro y respetar su lectura.
Un saludo y que os aproveche la vida y si es un mal trago, beber agua cuanto antes...



Isthar Enlanoxe.

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